Los partidos catalanes apuran las últimas horas de una campaña atípica

Grupo de manifestantes en Cataluña.
Grupo de manifestantes en Cataluña. / AFP
19 de diciembre 2017 - 15:34

Con un encuentro frente a una prisión y una videoconferencia desde Bélgica de Carles Puigdemont, los partidos independentistas catalanes apuraban este martes las últimas horas de una anómala campaña electoral en la que esperan recuperar el control de la región.

Con mayoría absoluta parlamentaria desde el 2015, los partidos separatistas fueron despojados de ella por parte del gobierno español de Mariano Rajoy después de haber declarado infructuosamente la secesión unilateral de esta importante región del noreste de España.

El dirigente conservador destituyó al gobierno regional del independentista Carles Puigdemont y disolvió la cámara catalana para convocar las elecciones de este jueves, cuyo resultado se prevé muy ajustado.

"Estas elecciones deciden si volvemos a la normalidad, a la Constitución, a lo que es razonable, sensato", dijo en un mitin Rajoy, que se implicó a fondo en los últimos días de campaña ante los malos resultados augurados a su Partido Popular.

La mayoría de sondeos apuntan a que los partidos independentistas tendrán dificultades para revalidar su mayoría absoluta e incluso podrían perder las elecciones ante la formación más hostil contra el nacionalismo, Ciudadanos (centro), de la líder de la oposición Inés Arrimadas.

"Vamos a hablar tan fuerte que nos escuchará hasta el señor Puigdemont desde Bruselas", dijo Arrimadas en un acto en Barcelona.

Su formación se aprovecha de la importante caída del Partido Popular de Rajoy, que puede quedar último, y de la competencia interna entre los independentistas, Juntos por Cataluña de Puigdemont (centroderecha) e Izquierda Republicana (ERC) de su exvicepresidente Oriol Junqueras.

- Lucha por el liderazgo independentista -

Su campaña se vio afectada por la situación judicial de sus líderes, investigados por rebelión, sedición y malversación tras haber impulsado el proceso de secesión y celebrar el referéndum de autodeterminación ilegal del 1 de octubre.

Con una orden de detención si vuelve a España, Puigdemont cerrará su campaña este martes con una videoconferencia desde Bélgica que se podrá seguir en un centenar de pueblos de la región.

Junqueras, por su parte, está encarcelado desde el 2 de noviembre en una prisión de Madrid, adonde acudieron este martes líderes de su partido para hacer un acto antes de desplazarse al pueblo de su líder, Sant Vicenç dels Horts, a 30 km de Barcelona, y celebrar su último mitin.

"Nos quieren sometidos y desmoralizados, rendidos y entregados. No van a tener ni uno ni lo otro", denunció Ernest Maragall, uno de sus candidatos.

El ministerio del Interior anunció la apertura de un expediente contra Junqueras y otro líder independentista encarcelado por grabar mensajes desde la cárcel que fueron divulgados en los mitines de campaña.

ERC compite con Ciudadanos para ganar los comicios y quiere gobernar la región por primera vez desde la Segunda República española (1931-1939).

Su principal rival es la propia candidatura de Puigdemont, que utiliza su figura presidencial para ganarle terreno en las encuestas.

"La victoria de Juntos por Cataluña será la que más costará de explicar y tragar a Rajoy", dijo el presidente cesado en un mitin el lunes.

El conflicto político en Cataluña se escaló en los últimos meses con la celebración del referéndum, reprimido duramente por la policía, y la declaración de la secesión y arrastró al país a su peor crisis en décadas.

Concentrados en denunciar la intervención del gobierno español y la encarcelación de sus líderes, los separatistas parecen haber apartado por ahora su plan de ruptura unilateral tras la fallida declaración de independencia del 27 de octubre.

Ningún país reconoció la nueva república, más de 3.000 empresas cambiaron su sede social fuera de Cataluña y se agravó la división de la sociedad respecto a la cuestión, con grandes manifestaciones por parte de ambas partes en Barcelona.

Las negociaciones post-electorales se prevén largas e incluso se especula con una repetición de los comicios si no hay acuerdo para formar gobierno.

Si los independentistas ganaran la mayoría, no está claro quién liderará el gobierno dada la situación judicial de sus líderes y sus discrepancias internas.

En caso de mayoría contraria a la independencia, la formación de un gobierno requiriría el apoyo del partido Cataluña En Común, aliados regionales de Podemos (izquierda regional), que no quieren decantarse por ninguno de ambos bloques.

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