El presidente rumano critica al Gobierno pero rechaza unas elecciones anticipadas

El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, pronuncia un discurso ante las dos cámaras del Parlamento en Bucarest (Rumanía).
El presidente de Rumanía, Klaus Iohannis, pronuncia un discurso ante las dos cámaras del Parlamento en Bucarest (Rumanía). / EFE
Efe
07 de febrero 2017 - 16:40

El presidente de Rumanía, el liberal conservador Klaus Iohannis, criticó hoy con dureza al Gobierno socialdemócrata por el intento de despenalizar ciertos casos de corrupción, aunque rechazó la convocatoria de nuevas elecciones.

"Rumanía necesita un Gobierno transparente, que sea previsible, a la luz del día, no por la noche de forma subrepticia", manifestó el presidente en un discurso ante el Parlamento en Bucarest.

Se refería a la reciente adopción de forma sorpresiva del controvertido decreto, que causó una ola de protestas ciudadanas sin precedentes desde la caída del comunismo y que fue retirado ayer ante la presión social.

A pesar de ello, miles de personas volvieron a salir hoy a las calles de Bucarest para expresar su malestar con el Ejecutivo.

El controvertido decreto aumentaba el monto mínimo para penalizar actos de corrupción y amnistiaba a miles de personas, incluidos numerosos políticos.

"Retirar el decreto y una posible dimisión de un ministro es demasiado poco. Y elecciones anticipadas, en esta fase, es demasiado", dijo Iohannis sobre un posible cese del titular de Justicia, Florin Iordache, supuesto responsable del decreto.

En la mitad de su discurso, los diputados de las formaciones gobernantes, el Partido Socialdemócrata (PSD) y la Alianza de los Liberales y Demócratas por Europa (ALDE), abandonaron el pleno en señal de protesta.

El PSD encabeza un Gobierno de coalición con el ALDE después de haber ganado con claridad (un 45 % de los votos) las elecciones generales del pasado 11 de diciembre.

"Habéis ganado. Ahora gobernad y legislad, pero no de cualquier manera. Rumanía necesita un Gobierno fuerte, no uno que ejecuta de forma dócil las órdenes del partido", concluyó el presidente rumano.

El presidente del Senado, el liberal Calin Popescu Tariceanu, arremetió contra Iohannis por ir "al Parlamento a dar lecciones", lo que calificó de "inaceptable", en lugar de "iniciar un diálogo con todas las instituciones".

Más tarde, el polémico líder del PSD, Liviu Dragnea, también se mostró decepcionado por el mensaje del jefe de Estado.

"Me esperaba un discurso de unidad, de llamada a la calma y a la estabilidad. Por desgracia, eligió hablar de división", señaló el hombre fuerte del PSD, inhabilitado para ser primer ministro por haber sido condenado por un intento de manipulación electoral.

Por eso, el Gobierno está liderado por el primer ministro Sorin Grindeanu, considerado un "títere" de Dragnea.

Al anochecer volvieron a salir miles de habitantes al centro de Bucarest, donde el domingo pasado se habían congregado unas 300.000 personas en una marcha contra el Gobierno.

Según las televisiones locales, a las 20.00 hora local de hoy (18.00 GMT), había unas 5.000 personas en la Plaza Victorie y otras 2.000 frente a la sede del Gobierno, lo que indica que la protesta estaba perdiendo fuerza en su octavo día.

Los manifestantes corean lemas como "Dimisión" y "Ladrones" y sostienen pancartas con inscripciones "¿Os habéis cansado ya? ¡Mala suerte! ¡Nosotros, no!

"No nos creemos las palabras del Gobierno, seguro que estarán buscando fórmulas legales para aprobar un cambio en la ley que les ayude a escapar de las rejas", denunció en declaraciones a Efe Mona Vieru, una de los manifestantes.

Cezar Dumitrescu, otro participante de la protesta, aseguró que "el pueblo rumano ha madurado". "Ahora somos solidarios y mucho más vigilantes con nuestra clase política", agregó.

Pero no solo los opositores al Gobierno se manifestaron esta noche, también lo hizo un millar de críticos con el presidente Iohannis, quien pertenece a la minoría alemana del país.

Ante el Palacio Presidencial de Bucarest estos manifestantes gritaron lemas contra Iohannis y su origen germano.

"¡Queremos un Gobierno legítimo!" o "¡No es rumano, es alemán!", exclamaba la muchedumbre.

"Si cae el Gobierno, moriremos aquí, en la calle", advirtió en declaraciones a Efe una jubilada, al destacar que el actual Ejecutivo le ha subido su modesta pensión en 25 euros al mes.

Mientras, el Gobierno rumano afronta mañana una moción de censura presentada por la oposición de centroderecha.

Debido a la clara mayoría que tienen los dos partidos del Gobierno en la Cámara, la moción no tiene posibilidad de éxito.

Al mismo tiempo, la Corte Constitucional analizará, también mañana, la solicitud del presidente y de del Consejo Superior de Magistratura sobre un posible conflicto entre el poder ejecutivo y el sistema judicial.

Y pasado mañana, el Constitucional deberá valorar la petición del Defensor del Pueblo, Victor Ciorbea, sobre el polémico decreto.

Este preveía despenalizar los casos de corrupción si el daño al Estado era menor de 44.000 euros y un indulto para unos 2.700 presos condenados por delitos menores, también por corrupción.

Uno de los beneficiados de la medida habría sido el líder socialdemócrata Dragnea, quien debe responder ante un tribunal por una caso de corrupción valorado en 24.000 euros.

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