La sanidad pública británica, amenazada por la falta de personal

Personal sanitario coloca una vacuna en un hospital en Londres
Personal sanitario coloca una vacuna en un hospital en Londres / AFP
Afp
08 de octubre 2021 - 09:35

Entre pandemia, ola de jubilaciones y endurecimiento de las normas de inmigración como consecuencia del Brexit, el servicio británico de salud NHS se ve amenazado por una grave escasez de personal y depende de los trabajadores sanitarios extranjeros para su supervivencia.

El NHS es uno de los empleadores más cosmopolitas del mundo: en 2020 contaban con 211 nacionalidades entre sus trabajadores en Inglaterra.

Por ello, las restricciones a los viajes debido a la pandemia han creado una escasez de personal, dice a la AFP Faizan Rana, responsable de operaciones de un hospital londinense. Entre marzo de 2020 y 2021 llegaron al Reino Unido 3.700 trabajadores sanitarios extranjeros menos que en 2019/2020.

El Reino Unido pierde atractivo desde hace varios años: según el registro oficial, en 2021 hay 8.000 enfermeros europeos menos que en 2016, año del referéndum sobre la salida de la Unión Europea.

Y más de la mitad de los que abandonan el país citaron el Brexit como motivo de su decisión, según una encuesta realizada en 2020 por el consejo de enfermeros y comadronas.

Para 2029, el cóctel explosivo de Brexit, endurecimiento de las normas migratorias y pandemia podría dar lugar a una escasez crónica de 108.000 enfermeros, afirma el grupo de reflexión Health Foundation. Esto supondría una pérdida de más de un tercio de su plantilla actual, de unos 300.000 enfermeros.

"Enorme demanda"

Traer a sanitarios extranjeros ha sido durante mucho tiempo "una solución improvisada" en el Reino Unido, que ha sufrido 40 años de "crisis recurrentes", explica a la AFP Mark Dayan, analista del grupo de expertos en salud Nuffield Trust.

Iftikhar Ali Syed, médico jubilado, llegó en 1960 desde su Pakistán natal y ejerció durante 45 años en la ciudad industrial de Burnley, en el norte de Inglaterra.

Como muchos de sus compañeros, fue enviado a una zona pobre donde el reclutamiento era más difícil.

"A los médicos extranjeros se les dio una consulta que nadie quería", dice este hombre de 86 años, recordando la ola de médicos inmigrantes como él que "inundaron" Burnley en aquella época, dando a la ciudad su primera unidad de cardiología.

Pero muchos de ellos se jubilaron en la década de 2000, creando una escasez en esta región -donde los inmigrantes están sobrerrepresentados en el personal sanitario-, acentuada por la "enorme demanda" generada por las partidas a raíz del Brexit.

"Crisis existencial"

El Brexit también ha hecho más complicado incorporar a nuevo personal sanitario europeo, con la introducción de un sistema de inmigración en el que los solicitantes deben cumplir con altos niveles salariales y de dominio del inglés, y tener una oferta de trabajo cualificado.

Demás, por ejemplo, dejó de aplicarse aquí el sistema europeo de puntos por el que los enfermeros españoles, muy numerosos en el Reino Unido, podían convalidar su experiencia británica para encontrar después mejores trabajos en la sanidad pública española.

Sin este aliciente "tengo muchos compañeros que se han ido y hay otros que ya no vienen sino que ahora van a Irlanda", explicó a la AFP tras el Brexit el enfermero catalán Joan Pons Laplana, de 46 años y afincado desde hace 20 en el norte de Inglaterra.

En este contexto, el gobierno británico creó un régimen especial de visas para el personal sanitario, pero en opinión de Akshay Akulwar, médico indio de 34 años que trabaja en el NHS, sus compatriotas preferirán cada vez más Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Oriente Medio por sus mejores condiciones.

La situación es de "crisis existencial", considera Rebecca Bland, de 42 años. Su agencia de enfermería, que trabaja con el NHS, depende en gran medida de los trabajadores de Filipinas, pero el año pasado sólo consiguió contratar a una décima parte del personal que necesitaba, "llevando al límite al personal restante".

El ejecutivo de Boris Johnson anunció este mes que destinaría 36.000 millones de libras (49.000 millones de dólares, 42.000 millones de euros) adicionales al NHS en tres años.

Pero la inyección de dinero por sí sola no resolverá la escasez de personal, afirma el analista Mark Dayan, que aboga por una mejor planificación y formación del personal.

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