Dos expresidentes se disputan la presidencia de Madagascar en un tenso duelo electoral

Más de diez millones de habitantes de Madagascar están convocados a las urnas este lunes para participar en la segunda vuelta de las presidenciales, en la que elegirán entre dos expresidentes protagonistas de las turbulencias políticas de uno de los países más pobres de África.

Con acusaciones recíprocas de corrupción y de incompetencia, Marc Ravalomanana y Andry Rajoelina se confrontaron en una tensa campaña electoral, marcada por sus rencores personales y la convulsión política de este país durante las dos últimas décadas.

Tras su elección como presidente en 2002, Ravalomanana se vio obligado a dimitir siete años más tarde a causa de una ola de manifestaciones que contaba con el apoyo de Rajoelina.

Entonces, Rajoelina, que ejercía como alcalde de la capital Antananarivo, fue elegido por el ejército para presidir el país durante un periodo de transición.

En las presidenciales de 2013, se prohibió a ambos rivales presentarse, debido a un acuerdo que quería terminar con la sucesión de crisis que afecta esta isla del Índico, en el sureste de África, desde su independencia en 1960.

Pero cinco años más tarde, vuelven a confrontarse para dirimir su disputa política.

Con el 39,23% de los votos, Rajoelina, de 44 años, fue el candidato más votado el pasado 7 de noviembre en la primera vuelta de las presidenciales, mientras que Ravalomanana, de 69 años, obtuvo el 35,35% de los sufragios.

El carisma de los dos expresidentes y, sobre todo, su dinero les permitieron imponerse con claridad ante los otros 34 candidatos.

Incluso el presidente saliente Hery Rajaonarimampianina quedó relegado a un segundo plano con solo el 8,82% de los votos.

- Clientelismo -

La campaña de la segunda vuelta estuvo marcada por la aversión recíproca entre Ravalomanana y Rajoelina.

El primero de ellos trató a su rival de "destructor" y denunció sus "provocaciones y sabotajes"."Ha llegado el momento de que se jubile y se vaya a ordeñar vacas", le respondió el segundo.

Para atraer a los votantes del resto de candidatos y especialmente a los abstencionistas (el 45,7% del censo en la primera vuelta), los dos expresidentes recorrieron todo el país con sus respectivos helicópteros y distribuyeron seguros y otras ayudas sociales en un clientelismo descarado.

En el sur del país, en plena crisis alimentaria, partidarios de Rajoelina incluso ofrecieron arroz y aceite a unos precios muy asequibles.

"No se trata de propaganda, es solo para ayudar a la población", explicó a la AFP Serge, propietario del restaurante Fort-Dauphin donde se realizó esta distribución de comida.

"Está muy bien de hacer esto, los precios son demasiado caros", ratificaba Pauline Lalao, de 42 años, quien reconoció que "por esto, votaré al candidato 13 [Rajoelina]", ya que "comprende nuestros problemas".

Ravalomanana también realizó numerosas promesas y el pasado sábado anunció que ofrecerá un kit a todos los alumnos de las escuelas del país.

No obstante, el duelo entre estos dos archienemigos relegó a un segundo plano los graves problemas sociales de Madagascar, como la pobreza, la corrupción o la inseguridad.

"Esperaba que hubiera un debate de ideas, pero en realidad vimos un violento duelo de egos", afirma Sahondra Rabenarivo, del Observatorio de la Vida Política de Madagascar. "Es preocupante, ya que todo debe ser reconstruido en el país y sólo resultará posible si la gente trabaja conjuntamente", reconoce.

Con 25 millones de habitantes, Madagascar es uno de los pocos países africanos que sin haber estado en guerra se empobreció después de su independencia. Según el Banco Mundial, tres cuartas partes de su población vive con menos de dos euros al día.