Pequeños altercados en la Explanada de las Mezquitas en una festividad judía

La Policía israelí se encuentra hoy en alerta y con un despliegue reforzado en torno a la Ciudad Vieja de Jerusalén por la celebración de la festividad judía de Tisha BeAv, en la que se han registrado pequeños altercados en la Explanada de las Mezquitas, en la parte oriental ocupada de la ciudad.

"Continúa la seguridad ampliada en la Ciudad Vieja de Jerusalén y el Muro Occidental (Muro de las Lamentaciones). Miles de personas visitan la zona y unidades de la Policía patrullan el área", informó el portavoz policial Miki Rosenfeld.

Esta mañana, decenas de turistas y visitantes judíos ascendieron a la Explanada, donde el rezo está reservado para los musulmanes, pero a la que suben extremistas judíos que tratan de orar y reclaman que el lugar (el más sagrado para el judaísmo y tercero más sagrado para el islam) se abra al rezo judío.

Seis visitantes judíos fueron expulsados del sagrado recinto por "violar las normas" y otros tres y un fiel musulmán fueron detenidos e interrogados tras participar en un altercado violento, informó la portavoz policial Luba Samri.

Los judíos practicantes conmemoran hoy la jornada de rezo y recogimiento de Tisha BeAv (noveno día del mes Av).

"Esta es una fecha que siempre recordamos. Siempre volveremos y rezaremos una y otra vez en nuestro hogar. Sabemos que esto es nuestro porque dios nos lo dio", asegura a Efe frente al Muro de las Lamentaciones (en territorio ocupado) Yehuda, un padre de familia que hoy se ha acercado allí a rezar.

A lo largo del día de hoy (que según el calendario hebreo comienza al anochecer del día anterior), los judíos se reúnen para leer la Torá (Pentateuco) y llorar en la fecha en que, según su tradición, tuvo lugar la destrucción de sus dos templos sagrados (el primero en 586 A.C. por los babilonios, y el segundo en 70 D.C. por los romanos), la expulsión de los judíos de España en 1492, y el envío de miles al campo de concentración nazi de Varsovia.

"Para mi este día subraya la espera de la construcción del futuro templo. Hoy es un día muy triste", asegura Miriam, que atiende a los asistentes en la plaza frente al muro, donde decenas oraban y se lamentaban esta mañana.