Régimen y rebeldes sirios preparan la batalla final de Alepo

Crisis en Siria
Crisis en Siria / EFE
Afp
08 de agosto 2016 - 11:27

El régimen y los grupos rebeldes enviaban este lunes importantes contingentes al frente de Alepo, la segunda ciudad siria, en vistas de una batalla que puede resultar determinante para la guerra que devasta al país.

El domingo, una alianza de rebeldes y yihadistas anunció el inicio de la batalla para apoderarse de la totalidad de Alepo, tras haber propinado un duro revés al régimen en esta ciudad del norte del país.

Los insurgentes rompieron tres semanas de asedio impuesto por el régimen a sus barrios en el este de Alepo, en una contraofensiva que les permitió por su parte rodear parcialmente los barrios del oeste controlados por el régimen en esta ciudad dividida desde 2012.

Esta victoria representa uno de los pocos éxitos de los rebeldes en estos últimos años frente al régimen, en un conflicto devastador y complejo que ha dejado más de 290.000 muertos desde 2011 y ha obligado a millones de personas a abandonar sus hogares.

Frente a la aviación del régimen, el apoyo de los ataques aéreos rusos y de los combatientes iraníes y del Hezbolá libanés, los rebeldes apoyados por yihadistas utilizaron con éxito vehículos cargados de explosivos y atacantes suicidas para abrir huecos en el sistema de defensa del régimen.

Según el director del Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman, tanto el régimen como los rebeldes enviaron refuerzos a Alepo y sus alrededores.

"Unos dos mil combatientes prorrégimen, sirios, iraníes, irakíes y del Hezbolá libanés llegaron a Alepo a través de la ruta de Castello, al norte de la ciudad", procedentes del centro del país, precisó.

Un alto responsable de seguridad de Damasco confirmó a la AFP la llegada de estos refuerzos.

'La guerra no se detendrá'

Los rebeldes, por su parte, recibieron refuerzos de combatientes uigures (musulmanes) chinos, procedentes de la provincia vecina de Idleb y de la campaña de Alepo, según el OSDH.

Los aviones sirios y rusos continuaron, mientras tanto, bombardeando los barrios rebeldes y las posiciones de los insurgentes al sur de Alepo, así como en la ciudad de Idleb, bastión rebelde.

Ambos campos se preparan para la batalla que reviste una gran importancia para ambos y sus aliados en el extranjero. Rusia e Irán apoyan al régimen, mientras que los occidentales, Turquía y Arabia Saudita apoyan a los rebeldes.

"Gane quien la gane, la guerra no se detendrá. Sin embargo, es una etapa importante cuyo resultado orientará la trayectoria del conflicto", estima Thomas Pierret, experto en Siria.

"Si los rebeldes vencen, se irá hacia una partición del país, con un régimen en el Golán, Damasco, Homs y la costa", explica este profesor de la universidad fe Edimburgo.

"Si los leales [al régimen] ganan, la insurrección se replegará a la provincia de Idleb, dominada por Ahrar al Sham y Fateh al Sham", añade.

Reforzado por su éxito en Alepo, "el Ejército de la Conquista", que agrupa a los grupos rebeldes islamistas, entre ellos el potente Ahrar al Sham y el Frente Fateh al Sham (antiguo Frente al Nosra, que renunció a su lealtad a Al Qaida), anunció "el inicio de la nueva fase para la liberación del conjunto de Alepo".

"Anunciamos nuestra intención de duplicar el número de combatientes para esta batalla", declaró.

'Es vuestra última oportunidad de desertar'

Esta coalición también tomó el sábado una gran parte del barrio gubernamental de Ramusa, en la periferia sur de Alepo, lo que les permitió llegar a los barrios rebeldes, romper su asedio y cortar la principal ruta de abastecimiento de los barrios prorrégimen.

En la noche del domingo, las fuerzas progubernamentales consiguieron hacer llegar a sus barrios de Alepo camiones de ayuda a través de la ruta del Castello, retomada recientemente a los rebeldes.

Decenas de camiones con alimentos y carburante entraron antes del amanecer en los barrios prorrégimen, donde viven 1,2 millones de personas, después de que los residentes compraran masivamente alimentos y agua por miedo a un asedio total.

Animado por la inesperada victoria de los rebeldes, el líder de la coalición de la oposición política en el exilio, Anas al Abdé, instó a los soldados del régimen a desertar.

"Hemos roto el sitio de Alepo y vamos a liberar todo Alepo. Instamos a los oficiales del ejército sirio: es vuestra última oportunidad de desertar", declaró en una rueda de prensa en Estambul.

La guerra en Siria, iniciada en marzo de 2011 tras la represión de manifestaciones prodemocracia, se volvió más compleja con la implicación de actores internacionales y grupos yihadistas.

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