Las mujeres alzan la voz y piden el voto en el Sínodo

Imagen facilitada por la Asociación Voice of Faith. Solo el diez por ciento de los participantes en el Sínodo sobre los jóvenes que se está celebrando en el Vaticano son mujeres
Imagen facilitada por la Asociación Voice of Faith. Solo el diez por ciento de los participantes en el Sínodo sobre los jóvenes que se está celebrando en el Vaticano son mujeres / EFE
Efe
16 de octubre 2018 - 05:58

Solo el diez por ciento de los participantes en el Sínodo sobre los jóvenes que se está celebrando en el Vaticano son mujeres, por lo que crecen las reivindicaciones para una mayor participación femenina y para que también las religiosas puedan votar en esta asamblea.

"Toc, Toc, ¿Quién es? Somos la mitad de la Iglesia", así comienza el vídeo de la campaña firmada por varias organizaciones de mujeres católicas y en la que se pide que las religiosas puedan votar en Sínodo y que ha recogido en pocas horas más de 5.000 firmas.

"A dos hermanos religiosos se les dio luz verde para votar, pero a las hermanas religiosas que asistieron no se les dio la misma oportunidad. Instamos a los obispos, cardenales, líderes del Sínodo de los Obispos y al papa a que creen un camino para que las religiosas superiores trabajen y voten como iguales junto a sus hermanos en Cristo en las reuniones del Sínodo de los Obispos", añaden las promotoras de la campaña.

"Como el papa Francisco pide 'una presencia femenina más incisiva' en la Iglesia, mientras llama al Sínodo 'un instrumento adecuado para dar voz a todo el Pueblo de Dios ...', le instamos a que lleve a las mujeres a tomar decisiones significativas en todos los cuerpos de la Iglesia, incluido el Sínodo", añaden.

El Sínodo comenzó con una pequeña manifestación de mujeres católicas que pedían el voto en esta asamblea y ahora el debate se ha colado en su interior, y en todas las ruedas de prensa y preguntas a los obispos y cardenales.

Las religiosas en el Sínodo son siete, respecto a los 267 llamados padres sinodales.

La religiosa española María Luisa Berzosa, de la congregación de las Hijas de Jesús, es una de ellas y explica a EFE su asombró cuando llegó al Sínodo y vio que eran "tan pocas", aunque asegura que se hacen valer.

Las siete religiosas han abierto un blog donde se puede seguir su trabajo en el sínodo.

Desde allí Berzosa denuncia que le gustaría que "en la Sala Sinodal hubiera más ojos femeninos, para que los pocos que tenemos a disposición no se cansaran tanto de mirar en todas las direcciones".

Critica que de la Unión Internacional de Superiores Generales (USG) haya 10 representantes, "pero ninguna de la Unión de Superioras. "¿Alguien podría darme razones para esta diferencia?", pregunta.

En una rueda de prensa organizada anoche por las 7 religiosas participantes en el Sínodo, una de ellas, Sally Hodgdon, explicó que hasta ahora era un Sínodo de obispos y cardenales y solo ellos tenían voto, pero que esta vez hay dos hermanos de la USG que votarán.

"En teoría yo también tendría el derecho a votar, pero este punto no se trató antes del Sínodo. Trataremos ese tema en el futuro y esperemos que se mueva", añadió.

Estas religiosas matizan que el Sínodo es para hablar de los jóvenes, pero también se ha discutido sobre la mujer, y que su voz se está oyendo.

"Hablamos sobre la mujer y cuando vemos que hay un párrafo orientado masculino lo decimos para que lo cambien", reivindica Hodgdon.

A estas reivindicaciones ya han respondido algunos como el Superior General de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, que dijo a los periodistas que "este malestar (de las mujeres) es una señal de que algo no va bien" y deseó que "pueda ser una ocasiones para escucharlo e ir adelante".

Contundente ha sido la declaración del cardenal alemán Reinhard Marx, que aseguró que "mujeres en puestos de responsabilidad tendrían un papel decisivo para acabar con los círculo clericales cerrados".

Y que la cuestión de la credibilidad de la Iglesia "aumentaría mucho más con mujeres que ocupen lugares de liderazgo en todos los niveles de la Iglesia, desde la parroquia hasta el mismo Vaticano".

Aunque como reconoció Maria Luisa Berzosa en la rueda de prensa: La iglesia a veces es "una tortuga patriarcal, que cuesta moverla".

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