La ONU condena bombardeos del régimen sirio contra la población
El régimen sirio está intensificando sus ataques porque cree poder compensar con ellos sus bajas en el campo de batalla", dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, el director del OSDH.
La ONU tildó este domingo de "inaceptables" los nuevos bombardeos del régimen sirio con barriles de explosivos que han matado a decenas de civiles este fin de semana en el norte del país.
El mediador de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, denunció los ataques del régimen de Bashar al Asad, que el sábado mataron a 84 civiles, incluidos niños, en las zonas rebeldes de Alepo, la metrópolis del norte de Siria, según la ONG Observatorio Siria de los Derechos Humanos (OSDH). Ese balance es uno de los más altos en esa región en lo que va de año.
"El bombardeo aéreo en Alepo merece la mayor condena internacional", afirmó De Mistura.
El ejército sirio también golpeó el sábado Jabal al Zawiya, región montañosa de la provincia de Idleb (noroeste), matando a al menos 20 civiles, precisó esa ONG con sede en Londres, que se apoya en una red de informadores en Siria.
Los ataques apuntaron a un mercado popular en Al Bab, ciudad bajo control del grupo yihadista Estado Islámico (EI), y el barrio rebelde de Al Chaar, en el este de Alepo, según el OSDH que calificó lo ocurrido de "masacre".
El ejército del aire también bombardeó Jabal al Zawiya, región montañosa de la provincia de Idleb (noroeste), matando al menos a 20 civiles.
VENGANZA CONTRA CIVILES
"El régimen está intensificando sus ataques porque cree poder compensar con ellos sus bajas en el campo de batalla", dijo a la AFP Rami Abdel Rahman, el director del OSDH.
"Se trata también de una especie de venganza contra los civiles que apoyan a la rebelión", añadió.
Las ONG internacionales denuncian con frecuencia el uso de barriles de explosivos que, en 2015, dejaron cientos de muertos entre los civiles.
Por su parte, el jefe de la diplomacia británica, Philip Hammond criticó el sábado "los métodos horribles e indiscriminados utilizados por el régimen de Al Asad para matar a civiles inocentes", y abogó por "una transición política para un futuro del que Al Asad no formará parte".
Las negociaciones están en punto muerto después de cuatro años de conflicto y más de 220.000 muertos.
Para tratar de relanzarlas, el mediador de la ONU inició el 5 de mayo una nueva ronda de discusiones separadas y a puerta cerrada con los protagonistas del conflicto y los distintos actores internacionales, entre ellos Irán, aliado clave de Damasco en el conflicto.
AVANCE YIHADISTA
Teherán (chiita) y Riad (sunita) libran una guerra de influencia en varios frentes en Oriente Medio. Frente al EI, el gobierno iraquí, como el sirio, también recibe el apoyo de Irán en forma de armas y combatientes.
Sin embargo, el primer ministro iraquí trata de mantener una buena relación con ambos países: Al Abadi afirmó el domingo que Bagdad no tomaría parte en los conflictos que enfrenten a las dos potencias.
En el centro de Siria, el EI logró avanzar hacia el oeste y el sur a partir de la antigua ciudad de Palmira, tomada por los yihadistas hace diez días. Así, se hicieron con el control de la localidad de Basire, situada en un importante cruce de carreteras, que conduce a Damasco hacia el sur y Homs, tercera ciudad del país, más al oeste.
"La ruta de Palmira (en Siria) a la provincia de Al Anbar en Irak ya está abierta (para el EI), sin ningún obstáculo", subrayó Mohamed Hasan Al Homsi, un activista local.
En la provincia iraquí de Al Anbar las fuerzas gubernamentales retomaron el sábado un barrio del oeste de Ramadi, su capital, conquistada por el EI el pasado 17 de mayo.