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Más de una semana de encarnizados combates en Nagorno Karabaj
Nagorno Karabaj, región separatista de Azerbaiyán de mayoría armenia apoyada por Everán, es escenario de intensos enfrentamientos desde hace más de una semana.
Inicio de los combates
El 27 de septiembre, las autoridades de Nagorno Karabaj anunciaron que Azerbaiyán había lanzado una campaña de bombardeos "a lo largo de la línea de contacto" y en Stepanakert, la capital del enclave.
Por su parte, Bakú afirmó haber iniciado una "contraofensiva" en respuesta a una "agresión" armenia, usando su artillería, vehículos blindados y efectuando bombardeos.
El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan decretó rápidamente "la ley marcial" y la "movilización general". El dirigente de Karabaj, Arayik Harutyunyan, hizo lo mismo.
El presidente azerbaiyano, Ilham Aliyev, prometió "vencer" a las fuerzas enemigas. Declaró la ley marcial y un toque de queda en la capital y en varias ciudades.
Erdogan sube el tono
El 28 de septiembre, Recep Tayyip Erdogan instó a Armenia a poner fin a la "ocupación de Nagorno Karabaj".
"Turquía seguirá apoyando al país hermano y amigo que es Azerbaiyán [...] por todos los medios", aseguró el mandatario turco.
Los autoridades de Nagorno Karabaj afirmaron haber recuperado las posiciones perdidas la víspera, mientras que Azerbaiyán aseguraba lo contrario, más aún, que había avanzado.
Los dos campos señalan sin cesar los pérdidas que han causado al enemigo.
"Echar leña al fuego"
El 29 de septiembre, Armenia informó que un cazabombardero turco derribó uno de sus aviones de combate. Ankara lo desmintió rápidamente.
Rusia instó a Turquía a evitar "echar leña al fuego" después de que Ankara alentara a Bakú en su ofensiva militar.
El Consejo de Seguridad de la ONU pidió de forma unánime el "cese inmediato de los combates" y la reanudación de las negociaciones.
Temor a una "escalada" regional
El 30 de septiembre, Rusia dijo estar "muy preocupada" por el despliegue en la zona de conflicto de combatientes "procedentes de Siria y Libia", y expresó su temor a una "escalada" en la región.
"El verdadero enemigo es Turquía", denunció el dirigente de Nagorno Karabaj, considerando que había que prepararse para una "larga guerra".
El presidente azerbaiyano prometió continuar la ofensiva hasta reconquistar el territorio o hasta "la retirada total, incondicional y sin plazo" de las fuerzas armenias.
"Yihadistas"
El 1 de octubre, el ministerio de Defensa azerbaiyano afirmó que "toda la noche hubo devastadores disparos de artillería contra las fuerzas armenias".
Los presidentes de Rusia, Francia y Estados Unidos --cuyos países copresiden el Grupo de Minsk, a cargo desde 1992 de la mediación en el conflicto de Nagorno Karabaj--, reclamaron "el cese inmediato de las hostilidades" en una declaración conjunta.
El jefe de Estado francés, Emmanuel Macon, declaró que 300 combatientes "yihadistas" salieron de Siria y llegaron a Azerbaiyán, pasando por Turquía.
Stepanakert, bombardeado
El 2 de octubre, Stepanakert es blanco de la artilleria pesada, que causa "numerosos heridos entre la población civil" y daños materiales, según Ereván.
Armenia indicó que el ejército azerbaiyano "fracasó en su intento de quebrar" su defensa. Bakú dijo haber avanzado en el norte y forzado a los armenios a retirase hacia el sur.
Las autoridades armenias dijeron estar dispuestas a "comprometerse" con el Grupo de Minsk, para "restablecer un alto el fuego".
Momento "decisivo"
El 3 de octubre, el primer ministro armenio declaró que el país se encontraba "quizás en el momento más decisivo de su historia" contemporánea.
Azerbaiyán anunció que había recuperado la localidad de Madaguiz, permitiéndole controlar la carretera entre Armenia y Karabaj.
Zonas urbanas
El 4 de octubre, se intensificaron los bombardeos en las zonas urbanas de los dos bandos, especialmente contra la capital secesionista, Stepanakert, y la segunda ciudad de Azerbaiyán, Ganyá, a 60 km de la línea de contacto.
Balance parcial
El 5 de octubre, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, exhortó a Turquía a "usar su influencia para calmar las tensiones", mientras en el terreno, se recrudecían los enfrentamientos.
El balance de muertos, muy parcial puesto que Bakú no comunica sus pérdidas militares, era de 245: 202 combatientes separatistas, 18 civiles de Karabaj y 25 civiles azerbaiyanos. Pero cada bando reivindica haber matado a más de 2,000 soldados rivales.
