Senado recomienda avanzar con el impeachment y suspender a Rousseff

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff. / EFE
Afp
06 de mayo 2016 - 13:34

La comisión de impeachment del Senado brasileño recomendó este viernes por holgada mayoría al plenario que someta a un juicio de destitución a la presidenta Dilma Rousseff, decisión que la suspendería transitoriamente de su mandato.

El pleno de 81 senadores deberá votar el miércoles 11 de mayo si acepta o rechaza ese parecer, que no es vinculante, pero marca el último paso formal antes de la decisión de someter a Rousseff a un juicio político y apartarla del poder por hasta 180 días mientras se tramita el proceso y llega la sentencia definitiva.

"La presidenta de la República será apartada de sus funciones temporalmente", anticipó el senador socialdemócrata Cassio Cunha Lima (PSDB), uno de los impulsores del impeachment, luego de votar en la comisión.

Un total de 15 senadores votaron a favor de aceptar la denuncia y cinco en contra.

En una sesión más tranquila que las realizadas en la cámara de Diputados, aunque no exenta de algunos cruces retóricos, los senadores dieron este viernes un veloz trámite al caso.

"Van a tomar el poder por el atajo, van a subir por la rampa de atrás, a entrar por la puerta del fondo del Palacio de Planalto", denunció el senador Humberto Costa, líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff y su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva.

La oposición acusa a la mandataria de haber cometido un "crimen de responsabilidad" al utilizar préstamos de bancos estatales para ocultar déficit presupuestarios en 2014 y 2015.

La Cámara de Diputados ya aprobó la continuidad del impeachment a mediados de abril por una aplastante mayoría, y desde entonces Rousseff pierde cada vez más margen para defender su mandato, previsto hasta fines de 2018.

"Golpe parlamentario"

Los sondeos coinciden en que estas podrían ser las horas finales del mandato de Rousseff, que denuncia un "golpe parlamentario" en su contra. Y los analistas ven pocas posibilidades de su eventual regreso a la presidencia tras el juicio.

"Vivimos un impeachment golpista. Está en juego una elección indirecta travestida de impeachment (...) Los que están usurpando el poder, el señor vicepresidente de la República, son cómplices de un proceso extremadamente grave", dijo la primera presidenta mujer de Brasil, una exguerrillera de 68 años que fue torturada durante la dictadura militar (1964-1985).

"Soy la presidenta electa, no cometí ningún crimen y si renuncio entierro viva la prueba de un golpe, sin base legal, que tiene como interés enterrar las conquistas de los últimos 13 años. Resistiré hasta el último día", prometió Rousseff al entregar 25.000 hogares para brasileños de bajos ingresos.

Si es suspendida, el vicepresidente Michel Temer, un exaliado del gobierno que se ha convertido en su principal enemigo, asumirá la presidencia de forma interina.

A menos de tres meses de los Juegos Olímpicos que comienzan el 5 de agosto en Rio de Janeiro, Brasil es sacudido por la batalla por el impeachment, una recesión económica que se anticipa como la peor en un siglo y una enorme investigación por corrupción en la estatal Petrobras, que tiene a decenas de políticos y grandes empresarios en la mira.

Un remolino de corrupción

Mientras Rousseff lucha por su supervivencia política, tanto sus mayores aliados -incluido Lula- como sus más acérrimos enemigos son blanco de investigaciones y denuncias en el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil, que defraudó a Petrobras en más de 2.000 millones de dólares y engrosó bolsillos de políticos del gobernante PT y aliados, así como las arcas de sus partidos.

El arquitecto del impeachment, el diputado Eduardo Cunha, fue suspendido el jueves por la Corte Suprema de su cargo como presidente de la Cámara baja por intentar obstruir investigaciones en su contra vinculadas al escándalo en Petrobras.

Temer no es blanco de investigaciones en la trama de corrupción, aunque fue mencionado como involucrado por el exlíder del PT en el Senado, que firmó un acuerdo de delación premiada con la justicia para reducir su pena en el marco de la causa.

En otro giro inesperado, el jueves se supo que Temer puede ser impedido de presentarse a un cargo de elección durante ocho años porque fue declarado culpable de violar reglas del financiamiento de campañas. Esa prohibición no le impediría asumir la presidencia de manera interina.

La crisis del gigante sudamericano contrajo su economía 3,8% el año pasado, la mayor caída del PIB en un cuarto de siglo, y se estima que este año tendrá un retroceso similar.

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