Guerra en las favelas de Río de Janeiro deja 15 muertos en tres días

Policías se reúnen en la entrada a la favela de la Maré hoy, lunes 21 de noviembre de 2016, en Río de Janeiro (Brasil). Al menos cuatro presuntos delincuentes resultaron muertos hoy en un operativo de la Policía en la favela de la Maré, en Río de Janeiro, según fuentes policiales consultadas por Efe.
Policías se reúnen en la entrada a la favela de la Maré hoy, lunes 21 de noviembre de 2016, en Río de Janeiro (Brasil). Al menos cuatro presuntos delincuentes resultaron muertos hoy en un operativo de la Policía en la favela de la Maré, en Río de Janeiro, según fuentes policiales consultadas por Efe. / EFE
Efe
21 de noviembre 2016 - 15:23

Los enfrentamientos entre narcotraficantes y policías en las favelas de Ciudad de Dios y La Maré, dos de los complejos más populosos de Río de Janeiro, han dejado en apenas tres días al menos 15 muertos, cuatro de ellos agentes.

Los operativos policiales, además, obligaron al cierre de comercios y dejaron sin clases a más de 7.000 niños en varias comunidades de la periferia de la ciudad.

Las últimas víctimas, cuatro presuntos traficantes, murieron hoy en una operación de la policía militar y las tropas de choque en el complejo de La Maré, en la zona norte de Río.

Dos de ellos fueron abatidos por los agentes y los otros dos resultaron gravemente heridos durante los tiroteos y fallecieron en un hospital, según la versión oficial.

La intervención, de acuerdo con fuentes policiales consultadas por Efe, concluyó con tres detenidos y la incautación de unos 300 kilos de droga, y tiene una relación "indirecta" con el operativo que se desarrolla desde el sábado en otra de las grandes comunidades de Río, Ciudad de Dios.

Conocida en todo el mundo por el éxito de la película del mismo nombre, Ciudad de Dios, en la zona oeste de Río de Janeiro, ha cobrado de nuevo un triste protagonismo por los enfrentamientos que comenzaron el sábado y que han dejado allí, hasta ahora, once muertos, cuatro de ellos miembros de la Policía Militar.

Las autoridades han reforzado la presencia policial en la favela, que hoy amaneció con comercios y colegios cerrados y en un clima de tensión tras la tercera noche de tiroteos.

La policía investiga las circunstancias del accidente del helicóptero que el sábado provocó la muerte de cuatro agentes, mientras las autoridades empezaron a escuchar los testimonios de los familiares de los siete jóvenes encontrados muertos entre la maleza, el domingo, algunos con signos de tortura y disparos en la cabeza.

Cinco de los fallecidos, según medios locales, tenían antecedentes policiales y al menos uno era menor de edad.

"Las informaciones que nos llegan desde la favela es que se trata de ejecuciones extrajudiciales realizadas por la policía", dijo hoy a Efe el coordinador de la ONG brasileña Río de Paz, Antonio Carlos Costa.

"Es inaceptable la acción de la policía, con constantes violaciones de derechos humanos y constantes ejecuciones extrajudiciales", criticó Costa, quien añadió que este tipo de acciones provocan que la "sociedad de la comunidad" rechace la presencia policial.

"La solución no es apenas de naturaleza policial. No es cuestión de tener más policías matando", afirmó.

Costa pronosticó un empeoramiento progresivo de la violencia en las favelas, entre otros factores, por la grave crisis que atraviesa el estado de Río de Janeiro, la falta de reformas en los cuerpos de la policía y la corrupción del Gobierno.

"Hoy en día esa policía que dio su sangre por controlar las favelas está dirigida por el Gobierno más corrupto de la historia y bajo recortes de salario", afirmó Costa.

También Amnistía Internacional insistió hoy en denunciar la "letalidad" de las operaciones policiales en Río de Janeiro y señaló que las acciones en las favelas "siguen una lógica de guerra, en este caso, guerra contra las drogas", que deja a estas zonas como áreas "sin derechos".

Organizaciones civiles coincidieron también en subrayar que la presencia de la policía no es suficiente para avanzar en el proceso de pacificación de las favelas, que comenzó en 2009 con la instalación de las UPP (Unidades de Policía Pacificadora), durante la gestión del entonces gobernador Sergio Cabral.

Precisamente, Cabral fue detenido la pasada semana por corrupción tras una investigación que arrojó que cobró comisiones ilegales de proyectos de infraestructuras, como la reforma del estadio de Maracaná y obras de mejoras en las favelas.

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