Jefe del Ejército dice que Río sentirá en breve los beneficios de la intervención

En la cita fueron tratadas las medidas ya adoptadas por el interventor para intentar frenar la creciente violencia en Río y recuperar la capacidad operativa de los cuerpos policiales
En la cita fueron tratadas las medidas ya adoptadas por el interventor para intentar frenar la creciente violencia en Río y recuperar la capacidad operativa de los cuerpos policiales / EFE
Efe
05 de marzo 2018 - 13:21

El comandante del Ejército, general Eduardo Villas Boas, dijo hoy que la población de Río de Janeiro sentirá en breve los efectos de la intervención en la seguridad regional, por la que el control del orden público en la ciudad más emblemática de Brasil pasó a ser responsabilidad de los militares.

La previsión fue hecha por el máximo oficial del Ejército brasileño en un mensaje que publicó en su cuenta en Twitter tras reunirse este lunes con el interventor en la seguridad de Río de Janeiro, general Walter Braga Netto, y con otros militares que ahora comandan los organismos de seguridad en esta ciudad.

"Tras una reunión con el general Braga Netto, refuerzo mi convicción de que la planificación y las acciones ya en marcha en breve serán percibidas por la sociedad carioca", afirmó el comandante del Ejército en su mensaje.

Villas Boas agregó que las autoridades y la sociedad de Río tienen que aprovechar la oportunidad que se abrió con la intervención para "recuperar la capacidad operacional de sus órganos de seguridad pública".

En la reunión también participó el recién nombrado secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, general Richard Fernandez Nunes, y otros altos oficiales del Ejército que componen el equipo asesor del comandante de esta fuerza armada, entre los cuales el Jefe del Centro de Inteligencia del Ejército, general Ubiratan Poty.

En la cita fueron tratadas las medidas ya adoptadas por el interventor para intentar frenar la creciente violencia en Río y recuperar la capacidad operativa de los cuerpos policiales.

La intervención en la seguridad de Río, una medida inédita desde la promulgación de la constitución de 1988, fue decretada por el presidente Michel Temer el 16 de febrero y refrendada por amplia mayoría pocos días después por la Cámara de Diputados y el Senado.

La decisión cede a los militares el control de la seguridad en el estado de Río hasta finales de 2018 tras la ola de violencia que el año pasado causó 6.731 muertes, entre las que se cuentan las de más de 100 policías y diez niños alcanzados por "balas perdidas".

En enero, el mes anterior a la intervención, el estado de Río registró 649 homicidios, un número en un 7,6 % mayor al del mismo mes de 2017 y que supone una media de 21 muertes violentas diarias.

La medida, sin embargo, es criticada por movimientos sociales y sectores de la oposición, que la consideran una "cortina de humo" que en ningún caso servirá para resolver la crisis de seguridad en Río y que tiene motivaciones electorales.

Según el ministro de Seguridad Pública de Brasil, Raúl Jungmann, una de los motivos de la intervención es que al menos un millón de habitantes de Río vive en las 830 favelas que son controladas por narcotraficantes o por milicianos (paramilitares).

El nuevo secretario de Seguridad Pública de Río anticipó en una entrevista publicada el domingo que, además de los operativos en las áreas controladas por pistoleros, el Ejército llevará programas sociales a las favelas.

"Cuando una ocupación se restringe a la actuación militar, no resuelve las causas del problema, sino los efectos", dijo Fernandez Nunes quien aseguró que estas causas "serán resueltas en los planos económico, social y político".

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