Macri apela a la unidad para superar la situación argentina

El presidente de Argentina Mauricio Macri durante un discurso en la apertura de sesiones del Congreso de Argentina.
El presidente de Argentina Mauricio Macri durante un discurso en la apertura de sesiones del Congreso de Argentina. / EFE
Efe
01 de marzo 2016 - 17:14

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, apeló hoy martes a la unidad para superar la situación de "fragilidad" del país y se trazó como retos reducir la inflación, acabar con el narcotráfico, reformar el Estado, la justicia y la educación, restaurar los lazos internacionales.

"Somos mejores que esto, somos mejores que la vida que llevamos. Los argentinos juntos podemos superar cada uno de estos problemas, no estamos condenados a vivir mal", dijo el presidente en un discurso durante la apertura del año legislativo al que asistieron diputados, senadores, gobernadores, sindicalistas y referentes sociales.

En su primera intervención para inaugurar las sesiones del Congreso, Macri hizo un duro repaso a la herencia recibida de manos de Cristina Fernández, como el elevado déficit fiscal, una de las inflaciones más altas del mundo, la corrupción y la ineficiencia en el aparato estatal y el avance del "flagelo del narcotráfico", fruto de la "incompetencia" o la "complicidad" del gobierno anterior.

"Venimos de años en que el Estado ha mentido sistemáticamente, borrando línea entre verdad y fantasía. Encontramos Estado mal gestionado y gobernado", criticó.

El presidente sostuvo como prioridad alcanzar la "pobreza cero", gracias a la vuelta al crecimiento económico y a la creación de empleo "digno".

Ello no solo será posible sin la meta de que para fin de año se reduzca la elevada inflación, que se "come los salarios".

En ese sentido, advirtió que no serán "tolerantes contra aquellas empresas que se crean por encima de la Justicia" y violen las normas de la competencia.

Aunque reconoció que tras su asunción los precios han continuado su escalada por "inercia", aseguró que la inflación fue promovida por el Ejecutivo de Cristina Fernández (2007-2015) como una "herramienta válida de la política".

Las declaraciones del presidente despertaron sucesivamente los abucheos del kirchnerismo en la Cámara, que a su vez, eran contestados con gritos de "sí, se puede" y aplausos del sector oficialista.

Macri también apuntó a la necesidad de encarar una "ambiciosa reforma política", con el sistema electoral en el punto de mira; modernizar y transparentar el Estado y mejorar las infraestructuras y el sistema educativo, con un proyecto para que la enseñanza sea obligatoria desde los 3 años.

El presidente recalcó también que Argentina mantendrá relaciones "maduras y sensatas con todo el mundo" y confió en que el Congreso, -donde el oficialismo no tiene mayoría-, primará la "responsabilidad" sobre la "retórica" para afrontar una de sus primeras tareas del año: derogar las leyes que impiden cerrar el conflicto de la deuda con fondos especulativos.

Además de repasar las principales medidas adoptadas desde el 10 de diciembre, como la normalización cambiaria o la eliminación de trabas a la importación y la exportación, Macri destacó el giro en la política exterior, con nuevas relaciones con países como Estados Unidos, Israel o Reino Unido, así como el fortalecimiento de los lazos con los socios del Mercosur.

Todo ello sin que el diálogo implique renunciar a reclamos históricos como el de la soberanía sobre las islas Malvinas, bajo dominio británico.

Macri ratificó el compromiso con los derechos humanos y con buscar la "verdad" sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman -sin esclarecer tras más de un año- y sobre el atentado que este investigaba, el ataque la mutualista judía AMIA que dejó 85 muertos en 1994.

Además, el presidente afirmó que ni es verdad que "la corrupción es la forma de ser los argentinos" ni que la pobreza "haya llegado para quedarse", solo hay que alejarse "definitivamente de la viveza criolla mal entendida de la búsqueda del atajo".

Por último, Macri apeló a su mote de "el ingeniero", y aseguró que va a "construir un inmenso puente" que lleve "de las frustraciones del pasado a la alegría del futuro".

"Ese puente no lo construye un ingeniero solo, ese puente lo construimos todos juntos o no se construirá jamás", afirmó el mandatario, quien se mostró "abierto a recibir todas las mejoras" que propongan los legisladores.

En ese sentido, el líder del opositor Frente Renovador (peronismo disidente), el diputado Sergio Massa, aplaudió la "invitación al diálogo" de Macri con otras fuerzas políticas.

Massa también cuestionó a los diputados del kirchnerismo por sus abucheos al presidente, una actitud que según él "no ayuda a resolver los problemas de la gente".

Por el contrario, el kirchnerismo se mantuvo firme en su opinión sobre el discurso de apertura, al que consideraron provocador.

La diputada kirchnerista Diana Conti consideró que la afirmación de Macri sobre que Argentina está peor que en 2003 -año de asunción de Néstor Kirchner- "es una mentira absoluta".

"Macri no habló del aumento feroz de los precios, de las tarifas ni de los despidos de los últimos meses", criticó Conti y justificó la actitud de su bloque durante el discurso presidencial.

Para Conti, "tanto agravio y desprecio" de parte de Macri fue "difícil de soportar".

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