Operativo en la cárcel de Bolivia evitó una 'fuga masiva'

El Gobierno de Bolivia aseguró hoy que la intervención policial en la cárcel más conflictiva del país, en la que fallecieron siete reos, evitó una "fuga masiva" organizada por grupos de poder dentro del penal ubicado en Santa Cruz (este).

El ministro de Gobierno (Interior) de Bolivia, Carlos Romero, compareció ante los medios en Santa Cruz para informar del operativo policial que el pasado miércoles se saldó con siete fallecidos junto con una veintena de reos y siete policías heridos, varios de ellos por armas de fuego.

La intervención de madrugada de unos 2.300 policías se efectuó después de que servicios de inteligencia advirtieran de "la preparación de una fuga masiva" en la prisión de Palmasola, explicó. El ministro relató que para esa evasión "se provocaría un motín, un enfrentamiento con la Policía", a través de "una suerte de trincheras con dispositivos explosivos".

Romero detalló que se detectaron más de setecientas garrafas de gas para ser "lanzadas contra la Policía, provocar una gran explosión y luego una fuga masiva".

La autoridad denunció que dentro de la penitenciaría actuaba "una verdadera estructura de crimen organizado", que a través de "grupos de poder fáctico" estaba organizada y se financiaba con prácticas como "el seguro de vida", un pago de entre 1.000 y 1.500 dólares que exigía a internos a cambio de dejarles vivir.

El ministro indicó que algunos reos denunciaron torturas y que su vida estaba en riesgo, en áreas dentro de la cárcel "inaccesibles para la Policía" al estar controladas solo por esos grupos.

Carlos Romero destacó que el operativo de las autoridades estaba coordinado con instituciones como el Ministerio Público, en el marco de una política de "profunda transformación del régimen penitenciario" del país comenzado por Palmasola.

Algunos de los reclusos considerados cabecillas de esos grupos de poder fueron trasladados a distintas prisiones de Bolivia, mientras en el exterior de la penitenciaría de Santa Cruz familiares de reos esperan noticias de sus seres queridos.

Este es el tercer episodio crítico en los últimos meses en Palmasola, donde hace unas semanas salió a luz el caso de la violación de una niña de ocho años por parte de un interno.

Hace unos días hubo un motín en el que se lograron fugar dos reclusos, luego de que las autoridades decidieran restringir el ingreso de menores para evitar más agresiones sexuales a niños.

En Palmasola hay más de 5.200 internos, de los que solo unos 400 tienen sentencia condenatoria. Las cárceles bolivianas presentan problemas de conflictividad y hacinamiento, debido entre otros factores a que el 83 % de los más de 13.800 reclusos está en prisión preventiva sin sentencia y sus casos sufren el crónico retraso de la Justicia.