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“Ellos (Ciudad Mágica) deben contratar un ingeniero, civil, mecánico o electromecánico para que certifique qué estructuras están adecuadamente instaladas. Los bomberos vemos la parte de los cerramientos por si se da situación en que las personas deban evacuar o del sistema eléctrico”, explicó.
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Dijo que se solicitó al Jefe de Eventos y Espectáculos Públicos a nivel nacional del Cuerpo de Bomberos que tuviera el expediente de este caso a mano a primera hora de hoy.
Sobre el accidente registrado en Costa del Este, donde fallecieron tres personas y una resultó gravemente herida, manifestó que desde hace tres años el Cuerpo de Bomberos está haciendo las inspecciones a proyectos y edificios que están ocupados a fin de verificar las medidas de seguridad en edificaciones.
“Vamos a ver si podemos hacer un trabajo en conjunto con otras instituciones, llámese Municipio, Junta Técnica, porque hay temas que según la ley no podemos tratar”, puntualizó.
Para De Frías hay que ver cuáles son las especificaciones de las vallas metálicas ante un impacto, pues las estructuras deben soportar el impacto en caso de choques.
Tras lo ocurrido, consideró que hay que crear un grupo colegiado entre las instituciones relacionadas con la seguridad en las edificaciones para que este tipo de situaciones no se vuelva a repetir.
Sobre los incendios forestales, De Frías manifestó que la práctica de quemar para que la tierra sea más productiva o para que el pasto sea mejor, es errónea. Eso lo que hace es dañar el suelo.
“La mayoría, entre el 80% o 90% de los incendios forestales son provocados, pero al buscar solamente se encuentran las causas que originaron el fuego, no a los responsables”, agregó.
En el 2016 se registraron cerca de 6 mil incendios forestales, pero estos últimos años ha bajado la estadística, pero sigue manteniéndose arriba del 20%, lo que para De Frías significa que los bomberos están perdiendo esa batalla.
Uno de los más afectados con los incendios forestales son los animales que residen en esos herbazales, que al darse el fuego migran a residencias, por lo que se dan casos de mordeduras de serpientes, arañas y ratones.