Inseguridad en cifras, pena de muerte y justicia en Panamá

Cuando se habla de inseguridad, es común referirse a la violencia como un fenómeno marítimo. La “ola de homicidios”, “la ola de inseguridad”. Pero a diferencia de las olas en el mar, la muerte de un ser humano no es un fenómeno natural.

El crimen ocurre por varios factores, desde hogares rotos y deserción escolar, hasta corrupción estatal y narcotráfico internacional. Un panel de expertos analizó el tema este domingo 1 de setiembre en Radar.

Veamos ahora las cifras concretas.

¿Qué tan violento es Panamá?

De enero a julio de 2019 se registraron 237 homicidios en la República de Panamá, de acuerdo a Estadísticas del Ministerio Público. En ese mismo período se reportaron 12 femicidios y 17 casos de mujeres asesinadas que no fueron considerados femicidios, sino muerte violenta.

Durante esos primeros 7 meses del año también ocurrieron 3,347 delitos sexuales, de acuerdo a cifras del Ministerio Público. Destacan 1,521 casos de violaciones, 181 violaciones doblemente agravadas y 1,333 casos de "acceso sexual" con jóvenes entre 14 y 18 años de edad.

A pesar de los esfuerzos de la pasada administración, las cifras de homicidios son casi idénticas a las registradas en los primeros 7 meses del 2016, cuando se registraron 236 homicidios, uno menos que en 2019. En el caso de los delitos sexuales, la situación de hecho empeoró. De enero a julio de 2016 se registraron 2,707 casos, es decir que hubo un incremento de 640 casos en los últimos tres años.

El Sistema Nacional Integrado de Estadísticas Criminales detalla aún más el tipo de muertes que ocurren en el país. La mayoría de los casos se trata de rencillas delincuenciales, pandillerismo y riñas. Las muertes por ajuste de cuentas y narcotráfico representan un porcentaje menor incluso que las muertes por robos.

Expertos coinciden que el trabajo integral en las comunidades, escuelas y sobre todo familias es fundamental. La Policía Nacional está encargada de detener a criminales, pero es responsabilidad del Estado evitar que las personas se vuelvan criminales en primer lugar.

Pena de muerte y aumentos de penas

Muchos panameños claman que la solución es matar a los criminales. Ante una pregunta sobre posibles soluciones a la inseguridad en el país, varios usuarios de Twitter afirmaron que la respuesta era terminar con la vida de los criminales y emular al presidente filipino, Rodrigo Duterte.

Sin embargo, se ha comprobado que la pena de muerte no ha servido para bajar las tasas de homicidios en los países dónde ha sido aplicada. Alrededor del 35% de las ejecuciones hechas en Estados Unidos ocurren en el estado de Texas. Precisamente en Texas se registró el sábado 31 de agosto un tiroteo que cobró la vida de siete personas. Los estados en los que se ha prohibido, tienen incluso una tasa menor de criminalidad.

En cuanto al caso de Filipinas, Duterte juró realizar “ejecuciones diarias” e intenta revivir la pena de muerte que fue abolida en su país. Sin embargo, el sistema judicial del país asiático presenta serias fallas. De acuerdo a información publicada en un fallo de 2012 de la Corte Suprema de Filipinas, el 56% de los casos por drogas fueron rechazados en cortes debido a los agentes policiales no respetaron el procedimiento establecido por la ley. No hay indicadores claros que las acciones extremas hayan mejorado la situación en Filipinas.

En Panamá, el indicador de confianza en el Órgano Judicial fue de 25% en 2013 y 22% en 2017, según reportó el informe Visión País 2025 de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa (Apede) este año.

Más de tres cuartos de la población desconfía de la justicia. ¿Es suficiente confianza para poner en sus manos la capacidad de terminar la vida de una persona acusada de un crimen? La otra alternativa de vivir en un país en el que los policías ejecuten a criminales en el acto va contra los derechos humanos y las libertades consagradas en nuestra Constitución. Serían actos de venganza, no de justicia. Y no resolverían el problema de la inseguridad.