Detenidas además de buscar la libertad, quieren ser emprendedoras

El Centro Femenino de Rehabilitación busca reintegrar a la sociedad mujeres empresarias.

Zenovia Vanterpool es una de la 700 privadas de libertad del Centro Femenino de Rehabilitación y forma parte del proyecto IntegrArte, hoy una luz al final de su encierro se enciende con la posibilidad de salir, pero con habilidades para los negocios, pues forma parte del programa "Emprendimiento hacia la Libertad". La separación de sus familias es el motor que las mueve al cambio.

Vanterpool aprendió a coser piezas únicas que son exhibidas y hasta forman parte de una línea de ropa desde las cárceles para los comercios.

Hoy gracias a un convenio con la Autoridad de la Pequeña Y Mediana Empresa (Ampyme) se les brinda capacitación para poder explotar sus habilidades en el ámbito empresarial una vez salgan del penal.

Una de las condiciones para participar de los programas es estar condenadas y en el centro femenino de las 700 privadas de libertad, solo el 60% lo está.

Para la Dirección del Sistema Penitenciario, la mala infraestructura del penal es uno de los máximos obstáculos a vencer.

Hay 124 mujeres certificadas como artesanas; ellas pueden optar por Estudios Universitarios Intramuros, que en la actualidad tiene 36 participantes; “Mi Voz Para Tus Ojos” con 10 privadas de libertad; IntegrArte con 100 y la orientación artística con el programa “Detrás Del Muro” donde participan 34 internas. Cada una de estas actividades representan pasos para reducciones o conmutación de penas.