La visión del primer presidente de la República de Panamá

El mensaje de Manuel Amador Guerrero en el primer año de Panamá llamaba a la colectividad y unión de esfuerzos para concretar la prosperidad de la joven nación.

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Imagen del primer presidente de Panamá, Manuel Amador Guerrero.

Una alocución del primer presidente de Panamá, Manuel Amador Guerrero, encabeza las celebraciones del año de proclamación de la República. Un mensaje en el que hacía un llamado a la unidad entre los istmeños y solicitaba apoyo a su gobierno.

El contenido del escrito, publicado el 4 de noviembre de 1904 en La Estrella de Panamá y disponible en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, destaca en momentos en que el país –a sus 114 años– vive situaciones que definirán sus próximas décadas: la lucha contra la impunidad, el clientelismo, la corrupción y de aquellos que ponen sus intereses sobre los del Estado, aprovechando sus recursos para beneficio propio.

¿Qué pensaba el primer presidente?

En un mensaje conmemorativo al primer año de la nación, Manuel Amador Guerrero destaca que la bonanza de la República panameña dependía de la colectividad.

La conservación y prosperidad de esta República imponen, a todos los que por ella se interesan, altos deberes de patriotismo y grandes prendas de cordura, para demostrar con ello que si hubo probado valor civil el 3 de Noviembre de 1903, con posterioridad a esa gran fecha ha habido, hay y habrá abnegación y sensatez”.

Unas líneas más adelante, el primer mandatario pide que se olviden los instantes de la unión a Colombia, que calificó como un periodo que hizo vivir al país “como sobre un océano tempestuoso, en continuos sobresaltos, en la miseria y el descrédito”.

La consideración y respeto de potencias ante el recién proclamado país, a percepción de Amador Guerrero, obligaba a los istmeños a “ser cuerdos”, a convertirse “en una sola familia, unida en aspiraciones de progreso” y “a no dejarnos seducir por exagerados conceptos y perniciosas teorías”.

Tales procederes aumentarán las consideraciones que por nosotros tienen los países relacionados diplomáticamente con el nuestro y nos pondrán en capacidad de trabajar fructuosamente por el engrandecimiento de la Patria y de legar a nuestros descendientes un lisonjero porvenir”.

En su alocución, el presidente menciona el Tratado Hay-Bunau Varilla, firmado el 18 de noviembre de 1903 y que marcaría las relaciones entre EEUU y Panamá.

En el escrito, el primer jefe de Estado resalta que conseguir una justa y equitativa interpretación del acuerdo internacional era de “vital importancia” para su gobierno. Un tema que Amador Guerrero consideraba sería resuelto “sin duda alguna de común acuerdo, sin detrimento para nuestros derechos y aspiraciones”.

La historia plasmaría lo contrario ya que las décadas siguientes fueron de persistentes luchas por la soberanía del país.

Manuel Amador Guerrero también enviaba un mensaje a los extranjeros residentes en el istmo: les ofrecía protección de su gobierno y el goce de las mismas garantías de los panameños, “sin pedir otra cosa que el respeto de las leyes de la Nación”.

Se refiere además a los colombianos que vivían en la joven república. No eran excluidos del ofrecimiento y les solicitaba calma y tiempo para que pudiesen entonces “apreciar debidamente la justicia de los hechos cumplidos”, refiriéndose a la separación de Panamá.

Su alocución cierra con un mensaje a los conciudadanos. Les pedía su colaboración y apoyo en la gestión de la cosa pública.

Ayudadme todos en la administración de los negocios públicos con el concurso de vuestras luces, los que seáis ilustrados, con vuestros consejos, los que tengáis práctica en el Gobierno. Así y solo así será una realidad el progreso iniciado a la sombra del orden y de la paz cuyo desarrollo será traducido bien pronto en el bienestar y la prosperidad de todos los ciudadanos”.

Esta última línea de su escrito retrata la realidad social y la necesidad de una conciencia colectiva de valores y de un espíritu de superación, un compromiso que permitirá a los nacionales experimentar por igual la prosperidad del país a la que se refería el primer presidente de la República de Panamá.

*Transcripción de la alocución, publicado el 4 de noviembre de 1904 en La Estrella de Panamá.

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