Martinelli y Varela: sus discursos versus la realidad

En julio de 2009 Ricardo Martinelli y Juan Carlos Varela escalaron a lo más alto del poder en Panamá como Presidente y Vicepresidente de la República, respectivamente.

“Ni Juan Carlos ni yo aceptamos este trabajo para quedarnos sentados detrás de un escritorio”, diría el recién nombrado mandatario, Ricardo Martinelli mientras su vicepresidente aplaudía sonriente en las gradas.

Cuatro años después le tocaría a Varela asumir el poder. La alianza se había roto. Los que antes eran amigos ahora se llamaban “corrupto” y “botella”.

Martinelli arengaba progreso. Varela justicia. De esos bonitos discursos, ¿cuánto se trasladó a la realidad?

Ni Juan Carlos ni yo aceptamos este trabajo para quedarnos sentados detrás de un escritorio" - Ricardo Martinelli

Las promesas de Martinelli

Empresario exitoso y autoproclamado “político no tradicional”, las palabras de Martinelli se enfocaron en agilizar la economía nacional y abrir el país a mercados internacionales.

Específicamente prometió:

• Crear empleos con la construcción del Metro de Panamá
• Aumentar los créditos al sector agropecuario
• Concretar tratados de libre comercio con Estados Unidos y países de Europa y Latinoamérica.
• Promover el libre mercado desafiando el “péndulo ideológico” de varias naciones latinoamericanas que habían elegido gobiernos de izquierda.

La primera promesa se cumplió. El Metro de Panamá ha generado miles de empleo en el país, fortaleciendo el sector de la construcción y servicios conexos. Ya que el gobierno de Juan Carlos Varela le dio continuidad, se proyecta que la Línea 2 y la Línea 3 crearan aún más plazas de trabajo para los panameños.

En el sector agropecuario, la realidad fue distinta. Entre 2009 y 2013, los préstamos del Banco de Desarrollo Agropecuario cayeron de 52.7 millones de dólares a solo 25.8 millones, un bajón de 51% en solo 4 años.

En cuanto a la política comercial, Martinelli cumplió con su promesa de abrir el mercado. Durante su gobierno se firmaron Tratados de Libre Comercio con México y Colombia, así como la entrada en vigencia de un Tratado de Promoción Comercial con Estados Unidos.

La economía panameña experimentó años de crecimiento extraordinario impulsado en buena medida por fuertes inversiones en infraestructura. Sin embargo, también se alcanzaron niveles de endeudamiento histórico llegando a 17,668 millones de dólares en junio de 2014 para el Sector Público No Financiero, un incremento de 7,691 millones de dólares comparado con junio de 2009.

Martinelli también realizó varias promesas de corte social en su discurso.

• Aumentar el salario a la fuerza pública.
• Otorgar un subsidio de 100 dólares a adultos no asegurados de 70 años o más.
• Entregar una Beca Universal a estudiantes alrededor del país.
• Bajar el costo de la comida.
• Juzgar a menores como adultos.
• Ejecutar un plan masivo de titulación de tierras.

En mi gobierno se puede meter la pata, pero no la mano” - Ricardo Martinelli.

En la mayoría de estos puntos, Martinelli cumplió con su discurso. La fuerza pública recibió múltiples aumentos durante su gobierno, el programa 100 a los 70 se convirtió en realidad y fue expandido a 120 a los 70 y la Beca Universal se extendió por el país.

Las penas a los menores por delitos de droga y posesión de armas se duplicaron, aunque la eficacia de esta medida en reducir la criminalidad permanece en tela de duda.

El costo de la comida, sin embargo, se mantuvo en aumento. El proyecto insignia de la Cadena de Frío fue largamente demorado y finalmente no ha tenido un efecto considerable en los precios de los alimentos.

La titulación masiva de tierras también se cumplió con la creación de la Autoridad Nacional de Tierras en 2010. Pero la polémica por los derechos posesorios de tierras daría lugar a numerosos escándalos durante la administración Martinelli como el caso del “parque del florista” en Paitilla y los terrenos de Juan Hombrón en Coclé.

Las promesas de Varela

En su primer discurso, Varela se comprometió a ampliar los programas sociales que había propuesto durante su alianza con Martinelli. Algunas de sus promesas fueron:

• Establecer el programa 120 a los 65.
• Fijar control de precios para productos de la canasta básica.
• Apoyar al sector agrícola.
• Otorgar amnistía a pandilleros para su resocialización.
• Iniciar el proyecto de Renovación de Colón.
• Desarrollar el proyecto de Sanidad Básica y Techos de Esperanza.

Varela cumplió con la promesa del programa 120 a los 65 y fijó el control de precios para algunos productos de la canasta básica. De acuerdo al último informe del Ministerio de Economía y Finanzas, el control de precios logró un ahorro mensual de 28.76 dólares en 2015 y 31.66 dólares en 2016. Sin embargo, empresarios y consumidores han alegado que la medida ha encarecido productos fuera de la canasta básica que forman parte esencial de las compras para el hogar.

El apoyo al sector agrícola se concretó con un aumento en los préstamos otorgados por el BDA (que alcanzaron un récord histórico de 80.5 millones de dólares para el primer semestre de 2016) y una reducción dramática de los intereses.

El proyecto de Renovación de Colón y la amnistía a pandilleros le brindó oportunidades a muchos. A pesar de esto, el problema de la violencia, el pandillerismo y la crisis social en Colón están lejos de resolverse.

Más de 750 millones de dólares se han invertido en el Proyecto de Sanidad Básica, que tiene un avance aproximado de 23%. En cuanto a Techos de Esperanza, la construcción de las viviendas avanza a paso glacial cargando un alto costo por los retrasos.

El legado

Ricardo Martinelli inauguró su presidencia a la sombra de la crisis financiera mundial más grande de la historia. Su discurso inicial fue un pantallazo a lo que sería su presidencia.

El entonces gobernante anunció la muerte de la burocracia, reemplazándola con un gobierno ágil, abierto a la empresa privada y la inversión extranjera.

La realidad fueron cinco años cargados de escándalos de corrupción por los que muchos exfuncionarios enfrentan casos legales y el nombramiento de un magistrado a la Corte Suprema -Alejandro Moncada Luna- que terminaría condenado a prisión.

La famosa frase “en mi gobierno se puede meter la pata, pero no la mano” terminaría siendo la más grande promesa sin cumplir.

Juan Carlos Varela, por su parte, se comprometió al “proceso de reparación de nuestra democracia” que se tradujo en una ola de investigaciones y juicios a miembros del gobierno del que antes formaba parte.

Sus proyectos sociales han tenido resultados limitados, si bien positivos. Sus promesas de mantener el desarrollo económico han chocado de frente con el proceso de rendición de cuentas, el aumento del gasto social en subsidios y una elevada deuda pública.

A dos años de completar su mandato, aún está a tiempo de cumplir muchas de sus promesas. Una de ellas, manifestada en ese primer discurso, es “a partir de hoy, nadie en nuestro país está por encima de la ley”.

El actual escándalo de Odebrecht, la constructora brasileña que recibió contratos millonarios por mega proyectos en los gobiernos de Martinelli y Varela y que ha confesado el pago de millones de dólares en sobornos, está poniendo a prueba cada día la veracidad de sus palabras.

A partir de hoy, nadie en nuestro país está por encima de la ley" - Juan Carlos Varela