Organismos de seguridad luchan contra la corrupción dentro de los penales

En el último mes, los centros penitenciarios La Joya y La Joyita han estado en el ojo de la tormenta con casos de corrupción, fugas y la introducción de artículos prohibidos en los penales.

A raíz de estos casos, fueron llevados al banquillo de los acusados cinco funcionarios. Todos fueron separados de sus cargos y dos de ellos están detenidos en la Policía Nacional por haber ayudado a fugarse a un israelí.

“Siempre hacemos cambios. Los cambios son rotativos, los períodos son de seis meses. Tenemos operativos de revisión y registro de pabellones. Cuando nos llega información, le caemos a estos ciudadanos”, aseguró el director de la Policía Nacional, Alonso Vega Pino.

Este caso lleva al Ministerio de Seguridad (Minseg) a redoblar medidas dentro de la policía y evitar que más policías sigan cayendo en manos de la corrupción.

“Estamos dispuestos a cooperar dentro de lo que podamos, dentro de nuestros recursos y hacer la milla extra para cooperar en la seguridad de los centros penales”, afirmó el ministro de Seguridad, Alexis Bethancourt.

La introducción de licor, cigarrillos, celulares y armas es otra guerra diaria con la que se enfrentan quienes cuidan las cárceles del país. Recientemente, se logró detectar un cargamento de todo tipo de artículos que estaban cerca de una casa utilizada como tienda de almacenamiento de estos productos que luego son introducidos a los penales. Por este caso se inicia una investigación a los dueños de la vivienda.

“Lo que se puede decir preliminarmente, porque todavía está en investigación, es que se encontró en una casa aledaña licor previo a la final de la Copa del Mundo. Presumimos que era para entrar al penal, de comprobarse esto hay que buscar quiénes son los involucrados y sacarlos del sistema con una sanción ejemplar para que esto no vuelva a suceder”, explicó el ministro de Gobierno, Carlos Rubio.

Pese a los trabajos que vienen realizando el Sistema Penitenciario y la policía para evitar la corrupción, en los penales la guerra parece ser infructuosa ya que los funcionarios siguen siendo consumidos por el crimen organizado y caen en las garras de la tentación.