El macabro crimen de dos policías en Chilibre remece a la Fuerza Pública

Las autoridades buscan a los responsables del crimen de dos policías

¿Por qué dos policías fueron asesinados brutalmente de un escopetazo en la cabeza mientras hacían guardia en el Corredor Norte en Chilibre?

Esa es la interrogante que intentan resolver los investigadores este sábado, horas después del macabro hallazgo de los cuerpos de los agentes en el propio bus patrulla donde trabajaban.

El caso ha movido a la plana mayor de seguridad del país –el director de la Policía, Omar Pinzón; y el ministro de Seguridad, Alexis Bethancourt- al lugar, donde el presidente Juan Carlos Varela los alcanzó sobre el mediodía.

"Fueron acribillados vilmente", dijo Pinzón sobre el cabo primero Ernaldo Córdoba y el agente Juan Martin, ambos jóvenes que laboraban en el punto de "relevo, control y auxilio" que funciona en la autopista hacia Chilibre y Colón.

Los primeros informes son difusos: algunos sostienen que se trata de rencillas de delincuentes con la policía de Chilibre, aunque sin claridad de por qué. Otros creen que fueron pandilleros a los que se les salió de las manos el asalto: el Ministerio Público confirmó que le robaron las armas Glock a los agentes.

La policía empezó redadas en los barrios chilibrinos. “Tenemos la Fuerza Águila y todos los servicios de inteligencia. Si el área está caliente por estos individuos, vamos a mantenernos firmes”, aseguró Pinzón.

El macabro asesinato ocurre en tiempos en que la policía está bajo la lupa, tras el hallazgo de policías en redes de narcotráfico como El Gallero –operación mediante la cual incluso un alcalde fue arrestado-, el juicio al exmayor Alex Cedeño, quien se culpó de facilitar la evasión de personas vinculadas con drogas; o la estrepitosa salida de Javier Fanuco de la Dirección de Operaciones de Tránsito, tras acusaciones de acoso sexual.

Para el exdirector de la Policía Rolando Mirones, el crimen de éste sábado también es un síntoma inequívoco de que el “fundamental” código de los delincuentes de jamás asesinar a policías se acabó.

“Uno no puede asegurar que todo está relacionado, pero cuando vamos viendo los antecedentes la lógica nos indica que sí. Esta es una situación totalmente anormal y extraña. La policía tiene un problema de imagen”, dice.

Pero ese problema tiene serias implicaciones prácticas, a su juicio: “se transgredió una línea que nos pone en peligro a todos, porque envía el mensaje de que un policía no es suficiente para cuidarnos”.

El criminólogo Severino Mejía advierte de un problema similar. "Llegar a este nivel (de crímenes) es un hecho sintomático que nos debe preocupar", sostiene, después de recalcar que desde hace algún tiempo se viene advirtiendo del peligro de que los delincuentes no le teman a la fuerza pública.

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