Defienden decisión del Gobierno de solicitar a funcionarios no vacunados que se inmunicen

COVID-19 en Panamá

El doctor Eduardo Ortega defendió la decisión del gobierno de solicitar a los funcionarios no vacunados que lo hagan o de lo contrario se tendrán que hisopar cada 8 días.

'Los no vacunados general nuevas variantes'

Desde que se detectó el primer caso de la variante ómicron, el pasado 20 de diciembre, en Panamá el número de casos ha aumentado 18 veces, la positividad cuatro veces, las hospitalizaciones y admisiones en terapia intensiva ha incrementado 1.7%, lo que es visto como algo bueno por Eduardo Ortega, del consorcio de investigación de vacunas Covid-19 y director de la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), comparando al país con lo sucedido en Sudáfrica.

No obstante, a Ortega le preocupa que en Estados Unidos se está viendo un escenario distinto, donde las hospitalizaciones están incrementando. Indica que en Panamá aún es temprano para saber qué pasará, ya que se está entrando a la tercera semana con la ómicron y aún la variante delta circula en el país, por lo que podría haber 50% de casos de delta y 50% de ómicron.

Destacó que la situación va a empeorar, pues aún no se ha llegado al pico máximo de esta variante, y podríamos llegar a tener 8,000 casos diarios, lo que significa que se tendrá un número importante de personas inhabilitadas, ya sea por aislamiento o en cuarentena y hay que tomarse las medidas necesarias para que la sociedad funcione.

“El Estado tiene la obligación de garantizar la protección de las personas sepan ellas o no decidir lo que es mejor para ellos, tenemos que ayudarlos somos los expertos y especialistas, la Ley nos ampara en términos de la situación pandémica que estamos viviendo y como especialistas tenemos que hacer las recomendaciones, les guste o no porque tenemos que proteger a la sociedad panameña”, expresó.

El especialista aclaró que existe evidencia científica que demuestra que la vacunación disminuye la infección sintomática si tienes un refuerzo hasta del 75% y disminuye la enfermedad grave hasta un 85%. Resaltó que es una gran ventaja que el país está hasta seis semanas retrasado con lo que sucede en Israel y otros países de Europa para entonces prepararse.

“La vacuna aún en caso de ómicron disminuye la frecuencia de infección, por lo tanto, va a disminuir la frecuencia de infección asintomática, va a disminuir la carga viral, y al hacer esto va a disminuir la trasmisión del virus. Nosotros sabemos que los no vacunados se infectan más frecuentemente, se enferman más gravemente y lo trasmiten más eficientemente”, explicó.

“El no vacunado es el huésped preferido del virus, esa persona lo va a trasmitir más fácilmente y lo puede hacer aún a las personas vacunadas, ¿Dónde está el derecho de la persona vacunada que fue voluntariamente a protegerse y a proteger a su familia? Creo que el derecho de la persona no vacunada termina donde inicia el del que se quiere proteger”, destacó Ortega.

Reiteró que las vacunas tienen como objetivo evitar la enfermedad grave y hospitalización, además de que la realidad de Panamá está retrasada de 6 a 7 semanas con el pico de los casos en otros países, por lo que si se continúa como ahora se podría pasar la ola bien, pero solo un 12% de la población tiene el refuerzo.

Comentó que lo importante no son los casos asintomáticos, sino evitar que se llenen los hospitales, que se enferme el personal de salud, que se colapse el sistema de salud y que el virus colapse a quienes no se han vacunado que son los niños menores de 11 años.

“La discusión que si la vacuna evita al asintomático o no es innecesaria que no llevará a cambiar la política de salud pública y la política de salud pública indica que hay que vacunar al mayor número de personas rápidamente, eso implica completar con 2 dosis lo que no lo han hecho y completar los que faltan por refuerzo”, manifestó Ortega.

Fue enfático en decir que la inmunidad desarrollada de forma natural por la infección con la variante delta no protege contra ómicron, sin embargo, la ómicron sí protege contra delta, por lo que la inmunidad natural por ómicron podría proteger contra otras variantes que puedan surgir en el futuro.

Ortega dijo que es optimista y piensa que esta variante va a aumentar la inmunidad que se obtiene con la vacuna y podremos salir de la pandemia.

Según Ortega, los no vacunados son los generadores de nuevas variantes, debido a que el virus se replica rápidamente en su cuerpo, mientras que los no vacunados por tener una carga viral menor no genera tantas réplicas.

No descartó que en el futuro se pueda considerar reducir la cuarentena a 7 días para las personas asintomáticas positivas que ya estén vacunadas y con refuerzo, o esté recién vacunada.

Dijo que la persona contagiada de ómicron es infecciosa los dos primeros días antes de los síntomas, y dos o tres días después de síntomas, después del séptimo día ya no lo es. Además, destacó que si la persona se vacuna cuando está incubando el virus, la enfermedad se desarrolla, ya que se requieren entre cinco y 7 días para funcionar.

Ortega afirmó que en el país se están comprando pruebas de antígeno por internet y es algo que no se puede controlar, por lo que espera que sean el mismo tipo de pruebas que ha aprobado el Instituto Conmemorativo Gorgas, que son de alta calidad.

Aboga porque se permita a las personas poder adquirir esas pruebas para tenerlas en casa, porque lo importante es saber cómo se comporta la pandemia y no el 100% de los contagiados, sin embargo, esa es su opinión personal y hay quienes piensan diferente.

Finalmente, consideró que la trasmisión comunitaria de ómicron inició a finales de diciembre, por lo que estima que el pico de esta variante se podría tener en las dos primeras semanas de febrero y la caída antes del inicio del año escolar.

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