El esfuerzo de una familia para garantizar la educación a distancia de sus tres hijos obtiene recompensa

Muchas son las familias que realizan diferentes sacrificios para garantizar que la educación de sus hijos prospere en la modalidad a distancia, principalmente, cuando no se cuenta con la tecnología adecuada.

Este es el caso de Cristina Solís, una madre cuya faena comienza desde muy temprano en Vacamonte, Arraiján.

Después de levantar a sus tres hijos los ayuda a prepararse para que comiencen sus estudios a distancia, una labor que describe como difícil, dado que solo cuenta con un celular para seguir las clases y desarrollar tareas.

Los niños deben compartirse el móvil para adelantar la mayoría de las tareas.

La madre invierte hasta 25 dólares mensuales para tener data en el celular y si se consume antes de que culmine el mes entonces tiene que volver a ingresar una tarjeta.

Al papel de madre, esposa y ama de casa se suma la labor de “maestra”, ayudando a los pequeños.

En algunas ocasiones la abuela de los niños ha tenido que prestarles el celular para que puedan cumplir con sus clases a distancia.

Solís reconoce que, pese al gran esfuerzo, los estudios no van a llenar las expectativas de los alumnos al 100%, como lo harían en la escuela, sin embargo, la pandemia ha cambiado el modo de educar.

Pero, como todo esfuerzo tiene recompensa, un grupo de empresarios decidieron donar tres tablets a estos esmerados estudiantes.

Luis Mora, empresario, destacó la importancia de ser solidarios en estos tiempos de pandemia, porque la realidad de esta familia, es la de muchas en Panamá.

Con información de Fabio Caballero