Tres cosas que debes saber del Sistema Penal Acusatorio

Los desafíos del sistema penal acusatorio / María De Gracia

Desde este viernes, en el sistema judicial del país las palabras valen más que cientos de fojas y la cárcel no es sinónimo siempre de justicia.

Después de cinco años de pujas y repujas, ha entrado en vigencia el Sistema Penal Acusatorio (SPA) a la zona metropolitana, Darién, Guna Yala y Emberá Wounaan.

El abogado y exfiscal del sistema acusatorio Roberto Moreno, que organiza un congreso sobre el SPA para la próxima semana, explica a TVN Noticias tres claves para entender cómo la justicia ha cambiado en la capital desde hoy.

1. Las máquinas de escribir, computadoras y teclados desaparecen… todos los procesos son orales

Según Moreno, en los casos que se registren desde la medianoche de hoy no hay expedientes en papel. “Todo se decide hablando y no por escrito”, insiste. Así, la entrevista ante los fiscales o las audiencias ante los jueces se desarrollarán con una grabadora de por intermedio.

Eso, dice el abogado, hará los procesos más rápidos. En los distritos judiciales en los que el SPA ya funciona, el promedio de una investigación ha descendido de 274 días a cerca de 82.

Un caso complejo puede tomar máximo dos años y no ocho, como hasta ayer. Los jueces sólo se limitan a escuchar y escuchar, y a partir de la “capacidad de argumentación” del fiscal o del abogado del acusado deciden quién tiene la razón.

2. La justicia no siempre será sinónimo de cárcel

La prisión es la última de las medidas preventivas que se adoptan.

Ahora no es el fiscal quien decidirá si arrestan o no a una persona, sino un juez de garantías. La decisión la tomará frente al fiscal y al investigado, y a partir de lo que explique cada cual. “Pero esa debe ser la medida excepcional”, dice Moreno.

El juez deberá decidir el arresto si el acusado muestra intenciones de abandonar el país, de impedir la investigación, de presionar a los testigos y de ser peligroso.

Según la Corte Suprema de Justicia, sólo el 25% de los casos tramitados en Coclé, Veraguas, Bocas del Toro, Chiriquí y Ngäbe Buglé terminaron en prisión preventiva.

3. Los casos se arreglan ‘a la buena’

No todos deben ir a prisión, ni aun después de que hayan sido declarados culpables.

Esa es una de las consignas del SPA. “Son estrategias para lograr la paz en base a métodos de reconciliación”, sostiene Moreno, quien recuerda que atendió un caso de homicidio culposo (es decir, no intencionado) y el asesino no pisó ni un día de prisión.

En ese caso, recuerda, un amigo había matado a otro cuando estaban de cacería en Veraguas. Lo hizo sin querer. En lugar de ir a la cárcel se comprometió a mantener a los huérfanos y la viuda, y el juez lo aceptó.

“Siempre que las víctimas lo respalden, se cierran acuerdos”, explica Moreno.

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