Asamblea Nacional: una historia de pactos y negociaciones a golpe de curul

Pactos, traiciones y reproches en la Asamblea Nacional / Icard Reyes
Icard Reyes - (PERIODISTA)
01 de noviembre 2016 - 21:26

1999: es el inicio del Gobierno de Mireya Moscoso, que, como este, no tiene mayoría en la Asamblea Nacional. El PRD ya había decidido que Aydée Milanés de Lay era la favorita para presidir la Asamblea. Pero en un giro inesperado, Enrique Garrido, de lo que hoy es el Partido Popular ganó.

La entonces legisladora Balbina Herrera recuerda que ese cambio intempestivo ocurrió por negociaciones que emprendieron José Luis Varela, Francisco “Pancho” Alemán y el hoy presidente Juan Carlos Varela.

Retrotrae esa experiencia a los pactos que han ocurrido en la Asamblea desde que Varela llegó al poder. “No se asombren de lo que está pasando”, dice.

Pero el PRD las cobró. En diciembre de 1999, rechazó la designación del expresidente Guillermo Endara como magistrado de la Corte Suprema de Justicia.

El problema sólo se destrancó a minutos de cerrar el período de sesiones ordinarias, cuando se presentó la figura de Adán Arnulfo Arjona como figura de consenso.

El año siguiente fue necesario un nuevo acuerdo: el Pacto Meta terminó uniendo al PRD con el hoy PP.

“Por falta de malicia política, (los del panameñismo) no se han querido enterar que lo que tienen enfrente, el PRD, no son aliados. Son gente con la que hay que dormir con un ojo cerrado y uno abierto”, dice el analista político Edwin Cabrera.

La reflexión de “noches de cuchillos largos” a la que alude Cabrera dominó el resto del gobierno de Moscoso. En 2011, la oposición bloqueó el Presupuesto General del Estado, por lo que la mandataria tuvo que operar en 2002 con el mismo presupuesto.

Ese año, las designaciones de los magistrados Winston Spadafora y Alberto Cigarruista volvieron a generar fricciones. Tal cual ha ocurrido ahora con la plaza de magistrado del TE que deja Erasmo Pinilla.

“Deben aprender a compartir. La Asamblea es un proceso de negociación”, sostiene Balbina Herrera.

José Muñoz, quien ha sido diputado durante todo este tiempo, asegura que ahora le corresponderá al panameñismo pensar sobre su nuevo problema: el pacto de Boquete se ha roto y ya no hay aliados del PRD.

“Necesita una bancada que dé gobernabilidad”, explica.

Una que le permita, por ejemplo, el escenario de 2014, cuando en sesiones extraordinarias hubo consenso y se nombró al contralor Federico Humbert.

“A los seis del solar (los disidentes del PRD) les quedará difícil e incómodo sacudirse de los vínculos de Varela: dependen de contratos, y lo peor que puede pasar es que el MEF y la Contraloría le metan contención del gasto”, argumenta Cabrera.

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