TVN Investiga: 60% del consumo panameño está saturado de agrotóxicos

Tóxico vs. Orgánico, el gran dilema / TVN Noticias

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), Centroamérica es la región del mundo con más alto consumo per cápita de plaguicidas, el cual se estima anualmente en 2 kilogramos por persona.

Los agrotóxicos son sustancias químicas tóxicas utilizadas en la agricultura para matar insectos, malezas, hongos que afecten al cultivo.

En Panamá se importan al menos 450 diferentes marcas de plaguicidas, de los cuales un tercio son insecticidas y el resto herbicidas, fungicidas y abonos. De estos, el Ministerio de Desarrollo Agropecuario (MIDA), mantiene una lista con 30 agroquímicos aprobados, los cuales son utilizados en los campos de cultivos donde sale el 60% del consumo panameño.

Los efectos causados por la exposición de agrotóxicos rara vez se pueden apreciar de inmediato, puesto que se reflejan a largo plazo y de distintas formas, como daños al sistema inmunológico, neurológico y reproductivo o en enfermedades como cáncer y malformaciones congénitas.

A nivel nacional, más de 2 mil pacientes reciben tratamiento de hemodiálisis, lo cual está asociado con la alimentación y la producción del cáncer.

Un reciente informe de la OMS, dio a conocer que aproximadamente 5 millones de personas anualmente sufren elevados niveles de intoxicación debido a diferente agrotóxicos, se estima que de esta cifra fallecen cerca de 900 mil personas, de los cuales, el 99% de los afectados, viven en países en vía de desarrollo.

La empresa Monsanto, acusada de contaminar pueblos enteros, aguas y suelos, es la mayor empresa semillera del mundo, creadora del agrotóxico glifosato, con el cual controla el 90% de las semillas transgénicas que se comercializan a nivel mundial.

Agricultura orgánica

La agricultura orgánica, es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la tierra, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica, produce menos dióxido de carbono, previene el efecto invernadero, no genera residuos contaminantes y ayuda al ahorro energético y de los gobiernos, ya que en el cultivo y en la elaboración de los productos se aprovecha el máximo de recursos renovables.

El MIDA, no tiene un sistema de certificación, los productores tienen que pagar altas sumas de dinero a empresas extranjeras para ofrecer un producto certificado como orgánico.

En Panamá de las 199 mil 835 hectáreas que se cultivan con fines comerciales, 7 mil 689 son orgánicas y de estas solo 4 mil 423 están certificadas.

Ante esta realidad, la Fundación Ciudad del Saber, mantiene un proyecto piloto sin fines de lucro, denominado “Mercado Urbano”, un espacio que facilita el intercambio comercial entre la comunidad y fincas de producción orgánica, ya que la comida orgánica es más costosa que la tradicional.

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