¿Preparada para los nietos? Te diremos los pasos para ser una súper abuela.

¿Preparada para los nietos? Te diremos los pasos para ser una súper abuela.
09 de diciembre 2016 - 16:08

Es un inmenso gozo tener a esos niñitos, corriiendo por toda tu casa, las risas los llantos, después de tanto tiempo de haber cambiados pañales. Estos pequeños que se integran a tu vida se convierten en un cántaro de risas frescas que renuevan la vida.

He escuchado por allí cuando mujeres dicen, "Abuela yo, la mato como me haga abuela tan joven" y la hija(o) ya tiene más de 30 años... Hay mujeres que no se hacen la idea de ser abuelas porque creen que eso las hará verse más viejas, pero sin embargo hay otras que se mueren por tener nietos. Pero, ¿Como saber si estas preparada para ese cambio? Aquí te vamos a mostrar esos pasos que debes seguir para convertirte en una súper abuela.

La relación que podemos establecer con nuestros nietos es diferente a la que tuvimos con nuestros hijos. Aunque tenemos un papel importante en su educación, el peso mayor de dicha responsabilidad recae –como debe ser– en los padres. Como abuelos debemos aprender a encontrar un punto de equilibrio entre el respeto por la autoridad paterna y la complicidad que, estoy segura, solo puede darse con los nietos.

Debemos entender primero que todo que cada niño tiene su propio temperamento y con el tiempo va desarrollando su carácter y habilidades. Por tal razón, no podemos aplicar a todos la misma regla. Por lo que debemos analizar a nuestros nietos para poder comprender y complacer a cada uno.

Aquí te vamos a mostrar algunos consejos para convivir mejor con tus nietos, amarlos y complacerlos sin tener la necesidad de malcriarlos.

Este punto inicial es, quizá, el más difícil. Si has criado al menos a un hijo tienes por experiencia una mayor idea sobre cómo hacer muchas cosas que los padres de tu nieto desconocen, sobre todo cuando es su primer bebé. Sin embargo, no pierdas de vista que la responsabilidad y el privilegio que tuviste de criar a tus hijos como mejor te pareció, ahora es de otros. Puedes aconsejar, cuando tu opinión o ayuda sea solicitada, pero no interfieras en las funciones paternas. Y, al mismo tiempo, ayuda a tus nietos a entender que la autoridad máxima son sus padres.

Tus nietos son tus nuevos amores, es normal, pero debes esforzarte porque ese amor descontrolado e inédito no te ciegue. La mejor forma de ayudar a los padres en la crianza de sus hijos es que tú, como abuela, tengas la calma para sentarte a mirar con atención las cosas que hay que pulir, corregir, premiar en ellos. Piensa que esto es muy difícil de lograr cuando se es madre y tienes encima mil pendientes, preocupaciones y problemas qué resolver. Ahora puedes mirar la vida diferente y a otro ritmo, ese puede ser uno de tus principales aportes.

Esto solo se logra escuchándolos, escuchándolos y escuchándolos. Platica mucho con ellos, deja que te cuenten por qué les gusta tal cuento, qué hay en ese juguete que lo hace su favorito. Verás cómo, conforme van creciendo, las pláticas van dejando atrás los juguetes y la fantasía, pero se conserva la confianza absoluta para hablarte de los nuevos temas que llenan su vida: la escuela, las diferencias con sus padres, las preguntas profundas para las cuales ni tú tienes respuesta.

Realiza con ellos atractivas actividades, edificantes y amenas. Cuando son pequeños, es común que jueguen a representar los roles familiares. Participa en estos juegos y, de manera divertida, ayúdales a entender las cosas que ocurren en su familia. Al ir creciendo motívalos a crear historias y cuentos. Es increíble lo que podemos descubrir de ellos y de su entorno mediante estas prácticas tan creativas.

Tus nietos sabrán que eres una figura de autoridad, pero también deben saber que pueden confiar en ti. A veces los pequeños buscan un espacio seguro para quejarse de los castigos de los padres, o para hacer inocentes confidencias sobre las travesuras del día. Siempre que no ponga en peligro su educación, guárdales el secreto. Sus padres no pueden serlo, pero tú sí puedes ser la confidente de tus nietos. Piensa que si desde pequeños no confían en ti, en tu comprensión y amor incondicionales, no podrás tenerlos cerca para ayudarles cuando los grandes desafíos aparezcan en sus vidas.

Platícales a sus padres las cosas que vas descubriendo y compartiendo con ellos. Verás cómo se sorprenden de las cosas que notas, de la forma en que tu relación con sus hijos les permite conocerlos mejor. Tus nietos muestran una parte de sí cuando están contigo, una cara que a los padres no les está dado ver por completo. Compártela con ellos, seguro que juntos estarán en mejores condiciones para cuidarlos y educarlos.

Esfuérzate por pasar tiempo con ellos: jugar, ir al parque, ayudar de vez en cuando en las labores escolares. Además, busca estar presente en sus momentos importantes. Aun cuando parezcan cosas muy sencillas, el primer día de clases, el festival escolar, sus lecciones de natación, en sus presentaciones de teatro, son algunos de los grandes logros de su vida. Nunca olvidarán que tú estuviste allí, en todos ellos. Si la distancia, el trabajo o una enfermedad no te permiten hacerlo, trata de mantener contacto con ellos por teléfono, o por alguno de los muchos medios electrónicos que tenemos ahora.

Finalmente, ámalos mucho y asegúrate de que ellos lo noten siempre. Ser abuela es un don maravilloso, un privilegio de la vida. Al mirar a nuestros nietos, no solo vemos algún rasgo de nuestros hijos, también de cuando en cuando nos reconocemos un poco en ellos. Algo de nosotros permanecerá en su recuerdo.

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