Desigualdad, empleos y democracia en tiempos del coronavirus

Bloque 1: Análisis de las consecuencias de la pandemia del COVID-19 / TVN Noticias

Panamá vive tiempos extraordinarios. Comercios cerrados, calles desiertas, miles de panameños encerrados en sus hogares, cientos en hospitales luchando por su vida. Es la vida en tiempos del coronavirus. Este domingo 5 de abril, expertos en economía, banca, y derechos humanos compartieron su análisis en Radar.

Guillermo Chapman, renombrado economista y una de las mentes principales detrás de la creación del Fondo de Ahorro Panamá en los años 90’s, habló de esperanza y de escoger entre cañones y mantequilla.

Se trata de una referencia clásica en tiempos de guerra. ¿Armas o comida? ¿Salud o Economía? Chapman dio claves sobre el balance necesario que se necesitará no solo durante la crisis, sino también después de ella, cuando el objetivo sea reflotar la economía nacional.

Hay que mantener los niveles de ingresos de la gente”, afirmó el economista. “Y que las empresas estén listas cuando empiece la recuperación para mantener el empleo de las personas”, añadió.

Señala que se necesita más que repartir comida. Reconoce que el déficit presupuestario aumentará, pero que no es el momento de preocuparse de la deuda pública. Considera que podría ser momento de flexibilizar las condiciones a los bancos sobre la liquidez y calidad de los préstamos. Califica el uso del Fondo de Ahorro Panamá y la emisión de bonos por 2,500 millones de dólares como medidas necesarias.

Por otro lado, ve en la crisis una oportunidad para que Panamá atienda uno de sus principales problemas, la desigualdad. Dedicar más recursos a la educación, a mejorar la calidad de la salud pública y promover el empleo pueden ser lecciones de oro para la nación.

Los panameños hemos superado muchas crisis anteriormente. Hemos salido airosos. Tenemos capacidad para hacerlo. Hemos enfrentado muchos desafíos exitosamente. Esta es una oportunidad más para probarnos a nosotros mismos que lo podemos hacer. Tenemos las herramientas, tenemos la gente para hacerlo. Me siento optimista que después de estos días difíciles vendrán días luminosos para nuestro país”, concluyó.

Mantener los empleos es una de las grandes preocupaciones. Nadie quiere despedir trabajadores. Pero, ¿por cuánto tiempo puede una empresa a la que no están entrando ingresos, o entran mucho menos, mantener a toda su planilla?

Es una pregunta difícil. Roberto Brenes, economista y directivo de la Bolsa de Valores de Panamá, aboga por un enfoque pragmático.

Las empresas necesitan poder reducir los turnos, poder cambiar los turnos, poder conseguir acuerdos de rebajar los salarios a costa de defender los empleos”, declaró Brenes.

Apuntó que la legislación laboral panameña fuerza a muchas empresas a escoger entre mantener a todo un departamento, o despedirlos a todos. Opina que poner a la empresa privada en esta situación, sin la flexibilidad de hacer ajustes, terminaría costando empleos en vez de protegerlos. Y que una vez ocurran estos despidos, la posibilidad de reemplear a esa fuerza laboral cesante será mucho más baja.

Igual van a perder sus trabajos si la empresa no tiene forma de flexibilizar el trabajo”, añadió Brenes.

El economista también se refirió a la propuesta de una moratoria general que se discute en la Asamblea Nacional.

Yo no puedo poner en manos de la Asamblea Nacional una moratoria absurda, total, con renovaciones de 90 días decididas por la Asamblea”, declaró.

Explicó que las moratorias son parte de una cadena de pagos. Ese dinero que deja de entrar a los bancos podría incluso afectar a los ahorristas que tienen su dinero depositado en estas instituciones. Esto es aún más relevante en el caso de otras instituciones financieras como las cooperativas.

Por ello, recuerda que ya se aprobó en tercer debate el proyecto de Ley 281, que ya habla sobre las moratorias. Esta legislación le da poderes a la Superintendencia de Bancos de Panamá y el Ministerio de Economía y Finanzas para declarar una moratoria e incluso cambiar los intereses. Brenes está de acuerdo en que sea el Ejecutivo quien tenga el rol de supervisar el tema, y no la Asamblea Nacional.

Manifestó que los bancos no son enemigos de sus clientes, por el contrario, necesita de ellos. Recuerda que la banca panameña se ha mostrado solidaria, otorgando prórrogas a los pagos de préstamos, sin cobrar intereses adicionales. Pero enfatiza que igual se deben pagar las deudas cuando llegue el momento.

Marcela Meléndez, economista en jefe para América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), advirtió sobre sectores especialmente vulnerables durante la crisis y del peligro de que se amplíe la brecha de desigualdad en el país.

Quiénes se están teniendo que exponer más al contagio son quiénes hacen trabajos manuales o tienen que salir a buscarse la vida”, dijo Meléndez. “Son esas personas las que esperamos que el gobierno pueda atender en el corto plazo”, agregó.

La desigualdad se evidencia en distintas formas. Por ejemplo, la desigualdad en el acceso a la educación entre niños que atienden colegios particulares y estudiantes de colegios públicos que no cuentan con las plataformas tecnológicas para seguir sus estudios. Meléndez advierte que esta situación podría tener secuelas negativas a largo plazo.

También señaló la desigualdad en la vivienda. Hay quiénes tienen casas grandes, con suficiente espacio para sentirse cómodos, y empleos que les permiten trabajar desde su hogar. Otras personas tienen que vivir en espacios confinados, a veces con muchas otras personas, y sin la posibilidad de generar ingresos.

Meléndez advierte que ya se ha podido observar en varios países un aumento en los casos de violencia intrafamiliar y de género. La cuarentena forzada puede convertirse en una pesadilla para muchas personas.

Hay cosas que deben cambiar y que podemos cambiar como humanidad para tener un mundo mejor”, declaró la economista.

Comentó que se debe invertir en establecer mecanismos para el aislamiento selectivo. En otras palabras, agilizar los procesos de detección de casos y crear sistemas que no sobrecarguen los hospitales y servicios médicos.

Advierte que los bonos y subsidios estatales no son sostenibles indefinidamente. Al igual que Brenes, también considera que es preferible reducir salarios a perder empleos. En un mundo ideal, dice, se podría hacer uso de créditos diferidos, que los trabajadores cobren menos como una especie de préstamo a la empresa por la que serán remunerados en un futuro.

Durante la crisis, se ha otorgado al Ejecutivo poderes extraordinarios que pueden prestarse para abusos del dinero público. Olga De Obaldía, directora ejecutiva del Capítulo de Panamá de Transparencia Internacional, manda un mensaje claro: “Tiempos extraordinarios requieren medidas de control extraordinarias”.

Para De Obaldía la transparencia en los actos públicos no va en contra de la seguridad nacional, por el contrario, la garantiza.

Tradicionalmente, los momentos de emergencia y excepción se prestan para la opacidad, la corrupción y la trampa en las contrataciones públicas. Y también para el exceso en la concentración de poder a costa de las libertades ciudadanas”, advirtió.

Destacó que en momentos en los que muchas libertades están siendo limitadas, otras deben ser reforzadas y actuar de contrapeso. Entre ellas están la libertad de expresión, libertad de prensa y la libertad de acceso a la información.

Su fórmula para pelear contra la corrupción y el oportunismo es más información, más integridad, menos impunidad, menos indiferencia.

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