¿Qué piensan los diputados panameños sobre la Asamblea Nacional y sus propios partidos?

Bloque 1: ¿Debe un diputado entregar donaciones? / TVN Noticias

La Asamblea Nacional pudo haber sido el epicentro de poder del país, pero no lo es. Los diputados no están haciendo buena política. Los políticos no están haciendo bien su trabajo. En su momento el electorado los juzgará.

Esas son las reflexiones que han lanzado este domingo en el programa Radar de TVN Noticias diputados de todas las bancadas y sus matices –disidentes o no- sobre la Asamblea Nacional, la forma en la que los partidos se mueven en ella, y cómo el poder del Gobierno pesa en sus decisiones.

“En la Asamblea, nuestro deber principal es tener claro que representamos a nuestros partidos políticos y electores”, sostuvo el diputado Fernando Carrillo, del ala de Cambio Democrático (CD), leal al expresidente Ricardo Martinelli.

Pero no ha sido así. Esa ala decidió que Mariela Vega sería su candidata a la Presidencia de la Asamblea, pero 16 de sus diputados se decantaron el 1 de julio pasado por Yanibel Ábrego, una CD –otrora independiente- impulsada por el Partido Panameñista, que, a su vez, es archirrival de CD.

“Es muy difícil llegar a conversar cuando tienes preacuerdos establecidos; la suerte estaba echada”, aseguró Carrillo.

“La lealtad se ve dependiendo del interés”, salvó su copartidario diputado Héctor Valdés Carrasquilla, pero del ala disidente de CD. “Los políticos tenemos que reinventarnos”.

Luis Eduardo Quirós, uno de los diputados panameñistas más influyentes, sostiene que la decisión de acalorar la candidatura de Ábrego “fue muy meditada”.

"Nosotros lo que queríamos es que la Asamblea estuviera en calma con todas las fuerzas presentes allí representadas, pero no se pudo esa realidad”, planteó.

No se pudo por el PRD, que se decantó por aliarse al panameñismo en la Asamblea durante la primera mitad del Gobierno, cambió de timón.

“El PRD tomó una decisión política con miras a transformarse en una opción de triunfo en el 2019 (…) al final la decisión que preponderó era que el PRD debía ir con candidato propio al margen de cualquier tipo de alianza”, explicó Quibian Panay.

Ana Matilde Gómez, la independiente de la Asamblea, asegura que todo esto obliga a los partidos políticos panameños a reflexionar sobre su papel social.

“Aspiro que en las urnas se le diga a los partidos que vayan a recomponerse, qué son y qué representan”, dijo.

Mientras Panay dice que el PRD está en plena reestructuración, Carrillo sostiene que CD “tiene mucho futuro, siempre y cuando los directivos comprendan que sus activos importantes son sus miembros”, y Quirós argumenta que con “una serie de obras” que hará el Gobierno panameñista “repunte”.

Pero Ana Matilde Gómez enfila contra todos: “Cambio Democrático es el resultado de ese bipartidismo agotado, no son una fuerza nueva, son el resultado de la gente que salió de aquí y salió de allá fastidiados. Esa tercera fuerza encontró su camino, pero nos defraudó enormemente”.

Y no sólo a CD, PRD y Panameñista, sino sus representaciones en la Asamblea. Para ella, la llegada de Yanibel Ábrego al poder de la Asamblea “no se puede disociar ni del fallo de la Corte ni de lo que históricamente ha pasado” en cuanto a las donaciones de los diputados.

Ábrego dijo que necesitaría aclaración de un fallo del Judicial que determinó que es inconstitucional que la Asamblea incluya en su presupuesto dinero para la caridad.

La Corte se pronunció tras una demanda presentada poco después que La Prensa revelase una red de funcionarios que lucraba de donaciones ficticias, y cuya investigación no ha avanzado.

“Es penoso, denota un delito, un actuar poco leal con aquel que gestionó esa donación. Esa expresión (donaciones ficticias) requiere ser investigada”, argumentó el diputado Carrillo.

La solución, para el diputado perredista Quibian Panay, pasa por “establecer una política que permita que el país se fortalezca” sin la necesidad de donaciones políticas.

Sin embargo el analista Jorge Eduardo Ritter tiene visiones más pragmáticas sobre las donaciones y los planteamientos de Ábrego en torno al fallo de la Corte. “Me parece que ha faltado una descalificación contundente por parte de las autoridades sobre esas declaraciones (…) Es un fallo de la Corte que no admite discusión”.

Pero, en el fondo, Ritter cree que la reticencia al fallo revela otro problema: “el sistema político se agotó… y no podemos resucitarlo con métodos indebidos”.

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