Sabías que comer pescado regularmente podría evitar que sufras de Alzheimer

Todas estas recomendaciones en la ingesta de alimentos, que ayudan a disminuir el riesgo de padecer esta enfermedad, surgen por la conmemoración del día mundial del Alzheimer.

La edad es uno de los principales factores de riesgo de alzheimer. Después de los 65 años crece la posibilidad de desarrollar la enfermedad.
La edad es uno de los principales factores de riesgo de Alzheimer. Después de los 65 años crece la posibilidad de desarrollar la enfermedad.
Efe
21 de septiembre 2016 - 10:15

Existen 47,5 millones de personas que padecen demencia y la enfermedad de Alzheimer acapara entre un 60% y un 70% de los casos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El Alzheimer es la causa más frecuente de demencia entre mayores de 65 años. La investigación sobre la enfermedad se encuentra en un momento álgido, tanto en lo relativo a tratamientos como al conocimiento de sus causas. Hasta el momento no existe una cura, por lo que la recomendación de los neurólogos es llevar a cabo acciones preventivas para retrasar lo máximo posible la llegada de la demencia.

La enfermedad de Alzheimer consiste en una “degeneración del cerebro, sobre todo de la corteza cerebral, con pérdida de neuronas y sus conexiones y con acumulación de una proteína (amiloide), así como con unas lesiones características denominadas placas seniles y ovillos neurofibrilares”, explica Sagrario Manzano, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.

Asimismo, esta entidad añade que la genética y los antecedentes familiares, el síndrome de Down, los factores ambientales y el estilo de vida son otros factores de riesgo.

Alimentación es la clave

En lo relativo a la alimentación, la especialista señala que existen “estudios bien diseñados que revelan que la ingesta de pescado al menos una vez por semana produce una reducción del 60% del riesgo de enfermedad de Alzheimer, así como un retraso en el deterioro cognitivo”.

La dieta mediterránea también se asocia a un menor riesgo de padecer la enfermedad, pues incluye antioxidantes, vitaminas C y E y omega 3. “No son tratamientos curativos, pero sí serían recomendables en las fases tempranas a fin de retrasar el inicio de la demencia”, aclara.

Asimismo, la neuróloga aconseja “procurar ser felices”. En este sentido, detalla que se ha relacionado la propensión a la aflicción con una aceleración del deterioro cognitivo.

La doctora Manzano también hace hincapié en el estilo de vida para combatir los factores de riesgo y encontrar factores protectores. Uno de ellos es la actividad física. “Muchos estudios avalan que un ejercicio físico regular y no explosivo se asocia a un mantenimiento de la función cognitiva y a un retraso del comienzo de la enfermedad de Alzheimer”, apunta.

La neuróloga habla, asimismo, de actividad social. “La hipótesis sería que una integración social más activa serviría para neutralizar el estrés de la vida cotidiana y su efecto neuroquímico (hormonal), que no es demasiado bueno para el cerebro”, expresa.

“Se han analizado tareas como leer libros, asistir a conferencias o participar en juegos de mesa, entre otras, y hay evidencia de un menor riesgo de deterioro cognitivo y de demencia si se realizan con asiduidad”, añade.

Por su parte, la prevención del riesgo cardiovascular es de suma importancia. “Su papel es crucial en el deterioro mental asociado a la edad. Además, la gravedad de los síntomas cognitivos en personas con enfermedad de Alzheimer se incrementa sustancialmente por la existencia de factores de riesgo vasculares.

Dichos factores son: hipertensión arterial, hipercolesterolemia, diabetes, enfermedades cardiacas y tabaquismo, entre los que la diabetes es el fundamental”, afirma.

Síntomas

La enfermedad de Alzheimer consiste en una degeneración del cerebro, sobre todo de la corteza cerebral, con pérdida de neuronas y sus conexiones y con acúmulo de una proteína (amiloide).
La enfermedad de Alzheimer consiste en una degeneración del cerebro, sobre todo de la corteza cerebral, con pérdida de neuronas y sus conexiones y con acúmulo de una proteína (amiloide). / EFE

Respecto a los síntomas de alarma de Alzheimer, la doctora Manzano destaca que todos podemos tener despistes motivados por falta de concentración. “Sin embargo, si olvido el nombre de los que conviven conmigo, cómo hacer mi trabajo cotidiano, no sé qué día es, etc. Entonces debería preocuparme”, precisa.

La neuróloga explica que otras señales de alarma son: la desorientación, sobre todo cuando se da en entornos conocidos; los cambios bruscos del carácter (desconfianza, esconder cosas, culpar sin motivo, ansiedad, depresión); cometer errores al nombrar las cosas; la tendencia a evitar reuniones sociales o tener dificultad para llevar la casa, afeitarse, conducir, manejar el dinero, etc.

“Generalmente, estos síntomas los perciben las personas que conviven con el enfermo, mientras que él tiende a negarlos o minimizarlos”, expresa la Fundación del Cerebro.

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