Bajo vigilancia el iceberg desprendido de la Antártida

Imagen de la grieta del segmento Larsen C
Imagen de la grieta del segmento Larsen C / AFP
Efe
14 de julio 2017 - 11:43

La Armada de Chile desestimó hoy que el iceberg que se desprendió durante esta semana de la Antártida se desplace por el océano antes de septiembre, aunque "no se descarta" que en un futuro cercano lleguen fragmentos a las costas del país suramericano.

"No descartamos en un futuro cercano que el iceberg se fragmente y alguno de menor tamaño llegue al sector Cabo de Hornos o al Mar de Drake", señaló a los periodistas el capitán de corbeta Roberto Díaz.

No obstante, Díaz advirtió que ello "no significará ningún peligro ya que se mantendrá monitoreado y se avisará oportunamente para alertar a las embarcaciones que naveguen por esa zona".

El también jefe del Centro Meteorológico y Marítimo de la Armada en Punta Arenas, a más de 2.000 kilómetros al sur de Santiago, explicó que calculan que el iceberg se quedará en su ubicación actual por un tiempo debido a que el periodo de mayor concentración de hielo es en septiembre.

"Después de esa fecha algo se podría desprender desde su plataforma", afirmó el capitán de corbeta.

Explicó que anteriormente se han avistado icebergs a la deriva, pero estos no llegan a Chile producto de la corriente circumpolar antártica, que empuja estos hielos hacia el océano Atlántico.

El iceberg, uno de los mayores del mundo, de 5.800 kilómetros cuadrados, se desprendió esta semana del segmento Larsen C de la Antártida, lo que deja al resto de la plataforma vulnerable a rupturas futuras, según revelaron los expertos de la universidad galesa de Swansea, en Reino Unido.

Los científicos llevaban vigilando el desarrollo de una gran grieta abierta en esa zona del continente blanco desde hacía más de una década, pero el proceso de ruptura se aceleró a partir de 2014, lo que pronosticaba la inminencia de este suceso.

El desprendimiento definitivo del iceberg tabular ocurrió en los últimos días, confirmó el "Proyecto Midas" de la Universidad de Swansea, que precisó que no "tienen conocimiento" de que esté "relacionado con el cambio climático provocado por el hombre".

En un comunicado, los expertos indicaron que el enorme témpano, que se espera sea denominado A68, pesa más de un billón de toneladas y tiene una extensión equivalente a un cuarto del territorio del País de Gales o a 55 veces la ciudad de París.

Este nuevo desprendimiento ha reducido alrededor de 12 % el tamaño de Larsen C y los científicos advierten de que este fenómeno transformará para siempre el paisaje de esta península antártica.

Pese a su elevado peso el A68 ya estaba flotando antes de su desprendimiento, por lo que los científicos no prevén que se produzca un aumento inmediato del nivel del mar.

No obstante, Midas recuerda que Larsen C está ahora en una "situación vulnerable", a pesar de que el desprendimiento haya sido un "evento natural", y sostiene que podría sufrir el mismo destino que el vecino Larsen B, que se desintegró en 2002 tras un suceso similar.

"Nuestros modelos indican que se mantendrá más o menos estable, pero cualquier colapso futuro ocurriría dentro de varios años o décadas", apuntó el profesor Adrian Luckman, del "Proyecto Midas".

En los próximos meses y años, agregó, la placa de hielo podría "regenerarse gradualmente" o "sufrir más desprendimientos", lo que le llevaría al "colapso", si bien las "opiniones de la comunidad científica está divididas" respecto a estos escenarios.

Si el segmento Larsen C pierde en el futuro más superficie, advierten los expertos, se podría acelerar el proceso de derretido de glaciares y el consiguiente flujo de agua podría tener un impacto moderado sobre el aumento del nivel del mar.

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