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Robots geminoides, cada vez más reales al humano

La profesora Mari Velonaki enfrentada al robot Geminoid F
Robots geminoides, cada vez más reales al humano
Efe
15 de febrero 2016 - 18:22

Los robots geminoides, réplicas de los seres humanos, generan más confianza en los occidentales, que muestran una mayor simpatía hacia ellos y les consideran más inteligentes, en comparación con los asiáticos, según el Instituto Nacional para las Artes Experimentales (NIEA) de Australia.

Los androides, o autómatas con la figura y el funcionamiento de seres humanos han dado el salto desde las novelas, series y películas de ficción, a los laboratorios y centros de investigación, y no tardarán demasiado en compartir espacios y situaciones con las personas a cuya imagen y semejanza están fabricados.

De hecho, esta máquinas ya están en contacto habitual con el público en establecimientos como el Henn na Hotel, situado en el parque Huis Ten Bosch, en Sasebo, Japón, donde una recepcionista androide de rasgos asiáticos y pestañas parpadeantes atiende a los visitantes que se expresan en japonés, y que pronto estará acompañada de otros robots que se comunicarán con las personas en chino y coreano. Pero ¿cómo reaccionan las personas ante estas máquinas?

Psicología de convivencia con androides

Los geminoides son unos androides controlados a distancia y desarrollados en Japón, por los laboratorios del doctor Hiroshi Ishiguro del Advanced Telecommunications Research Institute, ATR, y la Universidad de Osaka, y que se caracterizan por su gran similitud en tamaño, aspecto y movimientos con las personas.

La denominación 'geminoide' se ha generalizado para designar réplicas de seres humanos operadas a control remoto, que han sido desarrollas por destacados diseñadores de robots, además del pionero Ishiguro.

Entre los geminoides más avanzados desarrollados por el doctor Ishiguro y su equipo, figuran los propotipos Geminoid HI-2 y Geminoid HI-4, que tienen la apariencia del propio Ishiguro, y los androides femeninos Erica y la serie Geminoid F.

Una imagen del androide Geminoid F de Hiroshi Ishiguro (al fondo), ante la presencia de su modelo. Foto cedida por Investigación y Desarrollo.
Una imagen del androide Geminoid F de Hiroshi Ishiguro (al fondo), ante la presencia de su modelo. Foto cedida por Investigación y Desarrollo. / EFE

Con estos geminoides se procura perfeccionar la interacción de los humanos y lograr que sus movimientos y comportamientos tengan la máxima naturalidad, según el ATR.

En 2014, los investigadores Mari Velonaki y David Silvera-Tawil, del Instituto Nacional para las Artes Experimentales, NIEA de la Universidad de Nueva Gales del Sur, UNSW, en Australia, efectuaron con centros de investigación japoneses, el primer estudio de lo que podría denominarse "psicología de la convivencia con androides".

Los especialistas del NIEA midieron y compararon la confianza, percepción y actitudes de las personas respecto de los geminoides, en Australia y Japón.

En esa investigación, en la que un grupo de participantes de Tokio y otro de Sidney interactuaron y dialogaron con un Geminoid F y siguieron las instrucciones que les daba esa máquina, se comprobó que los australianos confían más que los nipones en estos robots, mostrando una mayor simpatía hacia ellos y atribuyéndoles una mayor inteligencia, según la UNSW.

Ambas culturas, la asiática y la occidental, tuvieron una percepción elevada de la seguridad de los robots y no los consideraron capaces de hacerles ningún daño, pero los occidentales los percibieron como un poco menos seguros en comparación con los asiáticos, de acuerdo a ese estudio.

Otra investigación más reciente del NIEA se enfocó en contestar otra pregunta: ¿cuáles son los sentimientos de alguien que se encuentra frente a dos individuos, uno humano y su réplica robótica, sin poder diferenciarlos uno de otro a simple vista?.

En esta investigación dirigida por el investigador mexicano radicado en Australia, doctor Silvera-Tawil, acompañador del investigador Michael Garbutt del NIEA, se comprobó que las personas pueden experimentar sentimientos de ansiedad, nerviosismo e incluso de miedo.

Humanos y máquinas: ¿Quién es quién?

Para la primera parte del estudio se sentó a un robot femenino denominado 'Actroid F',

Doctor Silvera-Tawil y el robot Actroid F
Doctor Silvera-Tawil y el robot Actroid F

junto a una mujer de carne y hueso, ambas con la misma vestimenta, y se solicitó al participante que las observaba que distinguiera, en un máximo de cinco segundos, si las dos “personas” sentadas en el cuarto de experimentación eran humanos o androides.

La siguiente parte del experimento se efectuó esta vez colocando a dos mujeres, una junto a la otra, con cierto parecido, y se comprobó que alrededor del 50 por ciento de los observadores respondieron que no podían confirmar en el mismo lapso cuál era un robot y quien era una persona, pese a que en este caso no había androides presentes, según Silvera-Tawil.

Actroid F está desarrollado por el profesor Yoshio Matsumoto en el National Institute of Advanced Industrial Science and Technology, AIST, de Tokio, y es una versión modificada del Geminoid F que, al igual que el de Ishiguro, es de tamaño real, tiene expresiones faciales, dialoga con las personas y expresa emociones, pero es un robot más sencillo, ligero, barato y que necesita menos energía para moverse.

Por su parte, la Universidad Tecnológica de Nanyang, NTU, en Singapur, ha presentado el robot humanoide Nadine, que se desempeña como recepcionista en dicho centro de estudios, y es sorprendentemente parecida a los seres humanos no solo en su apariencia, muy realista, sino además en sus habilidades sociales.

Nadine, que ha sido desarrollada bajo la dirección de la experta Nadia Thalmann a quien se parece considerablemente, es amable y puede dar la bienvenida a los recién llegados a la NTU, además de recordar a las personas que ha conocido, sus nombres y las conversaciones que ha mantenido con ellas.

La profesora Nadia Thalmann dando mano a su robot Nadine
La profesora Nadia Thalmann dando mano a su robot Nadine

Este androide no solo sonríe al saludar, mira a los ojos de su interlocutor cuando le habla y puede darle la mano, sino que además tiene su propia personalidad, estado de ánimo y emociones, ya que puede estar feliz o triste, dependiendo de la conversación que mantenga, según la NTU.

“A medida que los países enfrentan los desafíos de una población envejecida, los robots sociales como Nadine podrían convertirse en acompañantes para los niños y ancianos en el hogar, entre otras funciones", según la profesora Thalmann, directora del Instituto de Innovación para los Medios de la NTU.

La NTU desarrolla otro robot de telepresencia denominado EDGAR, que puede ser controlado a distancia desde cualquier punto de mundo, y proyecta en su cara el rostro y las expresiones faciales de su usuario remoto, reproduciendo en la parte superior de su cuerpo los gestos y movimientos del torso de su operador.

Robots de telepresencia de la serie EDGAR
Robots de telepresencia de la serie EDGAR

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