Christian Vieri de goleador a la bancarrota
Christian Vieri está en la ruina. El que fuera uno de los mayores depredadores del área, profesional entre 1990 y 2009, acaba de lanzar la voz de alarma. Fracasado en su incipiente etapa como empresario, entregado al póker y a las mujeres, el exgoleador italiano ha anunciado que se apuntará al curso de entrenador para labrarse un futuro en los banquillos. Sin estudios y sin más formación que la que le proporcionó una vida de trotamundos, que le llevó a vestir once camisetas y a protagonizar 13 cambios de club (ocho en sus primeros ocho años como profesional), Vieri no es más que uno de tantos futbolistas que ha dilapidado su fortuna con una vida desordenada y errática en los negocios. El proyecto empresarial que levantó hace cinco años en Italia en colaboración con su madre ha hecho aguas. La firma BFC, en la que invirtió 16 millones de euros, ha entrado en bancarrota y con ello ha empujado a Vieri a la ruina. Una situación inédita para un hombre que nadó entre dinero y que siempre contó con una de las fichas más elevadas en las plantillas por las que se movió. El exfutbolista no ha revelado los detalles de la quiebra de su empresa. No se sabe si fue mal asesorado por esos amigos que aparecen por todas partes cuando uno está en la cima pero podría haberse dado el caso dada la ingenuidad con que a menudo ‘Bobo’ se ha manejado en la vida. Con este sobrenombre es como se le conocía en el Calcio, no por tonto, “ni porque no tenga nada que decir, sino porque es muy tímido y habla poco fuera de su ambiente”, recordaba hace unos años Filippo Inzaghi en el diario ‘El País’. “Bobo”, relataba Eleonora Giovio, es una expresión muy utilizada en Italia para decir “no sé” y es la respuesta que Vieri siempre tiene a punto en sus respuestas a los periodistas. Esa incertidumbre, unido a un carácter introvertido entre extraños y arrollador entre amigos y compañeros de equipo, llevó a Christian Vieri a convertirse en un auténtico especialista a la hora de cambiar de clubs, con la única excepción del Inter, con el que jugó durante seis temporadas. Al parecer, una de las más de 200 mujeres que admite haber tenido entre sábanas el exfutbolista y futuro entrenador fue el motivo de tan larga estancia en Milán. Su facilidad goleadora, que le valieron un pichichi con el Atlético de Madrid y un título de capocannoniere con el Inter, le sirvió para encontrar acomodo entre los mejores clubs. Juventus, Atlético, Lazio, Inter y Milan lo tuvieron en sus filas antes de que el Mónaco, Atalanta y Fiorentina intentaran en vano sacar el mejor rendimiento de un futbolista que iba a la baja. En 2009, camino de los 36 años, colgó las botas en el Atalanta, con el que ya había jugado en dos etapas anteriores. Al Atlético llegó en verano de 1997, después de haber triunfado definitivamente en la Serie A con el Atalanta primero y con la Juventus después. Fiel a la tradición, solo jugó una temporada con la Vecchia Signora, con la que ganó su único Scudetto y fue un pilar de aquel equipo que entrenaba Marcello LIppi y en el que destacaban Zidane, Del Piero y Deschamps. Fichado por 2,5 millones de euros del Atalanta, los turineses lo vendieron por 15 millones al Atlético de Jesús Gil, que después lo traspasó por 25 a la Lazio. A esas alturas de carrera, con 25 años y con unos registros goleadores más que apreciables, Sergio Cragnotti, propietario de la Lazio, se lanzó a por Vieri en su intento de convertir al equipo romano en un referente europeo. Con la Lazio de los Nesta, Stankovic, Nedved y De la Peña ganó uno de los tres títulos internacionales que figuran en su palmarés, la Recopa. Los otros dos son la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinetal que ganó con la Juventus. Tampoco los romanos, que entonces aspiraban a ser un grande de Europa, consiguieron persuadir a Vieri para que su compromiso con la entidad fuera más allá de un año. Radomir Antic, que lo dirigió en el Atlético, considera que el carácter traicionó al Vieri futbolista, una constante a lo largo de sus años como profesional. “Discutíamos mucho. Era muy testarudo y tenía un gran carácter”, aunque remarca su gran profesionalidad. “Había una cosa de él que me encantaba: estaba obsesionado con el gol”. Hasta que Florentino Pérez desembolsó 60 millones de euros en 2000 para pagar la cláusula de Figo y liberarlo de su compromiso con el FC Barcelona, los 45 millones que Cragnotti se embolsó en la operación del traspaso de Vieri al Inter fueron el tope jamás pagado por un futbolista. Después vendrían Zidane, Cristiano Ronaldo, Bale… Texto: Josep Coves/Sport.es