Eurocopa: Ucrania es golpeada por controversia de racismo
Hace dos años en el metro de la capital ucraniana, un ebrio golpeó a Victor Chikelu, un estudiante nigeriano de Medicina, y le dijo que regresara a Africa. Pero él, a diferencia de otros africanos que sufrieron ataques racistas en Kiev, tiene un mensaje para los aficionados al fútbol: no boicoteen la Eurocopa. "No creo que esto debería evitar que los aficionados vengan", dijo Chikelu. "Las personas sólo necesitan tomar precauciones y todo estará bien". El nigeriano indica que el hecho de que en dos o tres años no han ocurrido ataques fatales es una señal de que la situación tal vez está mejorando. Aún así, planea irse del país tan pronto como se gradúe de la universidad el próximo año. Chikelu, un hombre alto y musculoso, dice que el recuerdo del ataque lo persigue cuando está en la calle. "Me he acostumbrado a esta sensación. Si detecto algo, siempre estoy listo para correr", dijo al ser entrevistado en la principal avenida de Kiev, que en unos días se convertirá en una zona para hinchas, que contará con grandes pantallas y que estará repleta de gente proveniente de toda Europa cuando arranque el torneo de fútbol organizado entre Ucrania y Polonia. A una semana del torneo, Ucrania se ha visto golpeada por acusaciones de racismo rampante. Un documental británico mostró a maleantes golpeando violentamente a seguidores de piel oscura del mismo equipo durante un partido de la liga local disputado en una de las ciudades que será sede de la Eurocopa. Mientras, el ex jugador británico de fútbol Sol Campbell advirtió a los aficionados quedarse en casa o arriesgarse a regresar en un ataúd. Las autoridades ucranianas se indignaron por los comentarios al decir que el país tiene muchos pecados, pero el racismo no es uno de ellos. Prometieron que los hinchas extranjeros estarán seguros y se divertirán. Sin embargo, expertos y líderes comunitarios ven un panorama diferente. Opinan que decenas de ataques con motivos raciales ocurren cada año y que las autoridades se niegan a investigar y castigar a los perpetradores y proteger a las víctimas. Los estudiantes de tez morena se sienten incómodos en lugares públicos, evitan usar el transporte público y prefieren salir en grupo. "Si hablamos de los ataques físicos y los casos de crímenes de odio, definitivamente hay un problema en las grandes ciudades", opina Iryna Fedorovich, activista del Fronteras No, organización con sede en Kiev. "Si hablamos de xenofobia, está en todos lados".