Madrid quiere mostrarle al Barcelona que las cosas han cambiado
El superclásico español del sábado llega cuando las situaciones del Real Madrid y el Barcelona parecen haber cambiado respecto de la temporada pasada: el enfrentamiento en el Santiago Bernabéu servirá para confirmarlo o desmentirlo. Con 14 fechas jugadas, el Madrid arriba puntero con una ventaja real de tres puntos y potencial de seis, por tener un partido menos que el Barsa, tras exhibir esta temporada su mejor fútbol en la era de José Mourinho. Barcelona está en la posición extraña de mirar de atrás a su rival: antes que la semana pasada los blaugranas adelantaran un partido por la fecha 17, el Madrid tenía la ventaja más grande —seis puntos— que Mourinho haya sacado a Pep Guardiola desde que se topan en la liga española. Guardiola negó que este clásico fuera el más importante que ha enfrentado, pero reconoció la importancia de mantenerse cerca de los blancos. "No es el más decisivo", dijo tras la goleada del martes 4-0 al BATE Borisov por la Liga de Campeones. "Si perdemos y nos ponemos a nueve puntos costará más, eso sí". La realidad de la liga española marca que los clásicos entre merengues y culés son de los llamados "partidos de seis puntos", porque Barsa y Madrid prácticamente son los únicos equipos que pueden robarse puntos. Tres unidades ganadas en un clásico son tres puntos perdidos por el rival en esta carrera de dos hacia el título. Por eso, una posible ventaja de nueve puntos —dando por ganado el partido pendiente del Madrid— sería enorme, aunque tras el clásico quedarán 21 fechas en el campeonato. Cabe recordar que, contra los equipos que juegan por el tercer puesto, el plantel de Mourinho sólo dejó escapar cinco de 42 unidades disputadas: una derrota y un empate en 14 partidos. El Madrid enfrenta, entonces, una oportunidad de oro de demostrar que puede ganar y jugar mejor que el Barcelona. Claro que la gran duda es si el pragmático Mourinho quiere las dos cosas o, como indica la historia, se conforma con ganar. Mourinho no compareció el viernes a la rueda de prensa previa al clásico, pero su asistente Aitor Karanka dio algunos indicios a los planes del "Chosen One". "Sabemos cómo vamos a jugar nosotros y las posibilidades que tienen ellos con tres defensas atrás, con rombo en el centro del campo o tres delanteros", comentó Karanka. "Nosotros tenemos nuestros principios y las cosas bien aprendidas. Sabemos todos los sistemas que pueden emplear y en eso hemos trabajado. Lo que nos preocupa es estar pendientes de nuestro equipo, de nuestro sistema y de nuestros principios para que sigan siendo los mismos". "Sabemos el sistema que vamos a usar. Vamos a plantear el partido para ganar. Vamos a jugar un 4-3-3, con Cristiano y Di María en las bandas y Benzema o Higuaín arriba. En el medio campo tenemos muchas posibilidades y saldremos a ganar. Mañana se verá. Son tres puntos y no va a cambiar nuestra forma de trabajar se gane, se empate o se pierda. Tenemos una buena línea y vamos a seguir trabajando en ella". Mourinho no ha dado señales sobre su preferencia en la delantera, aunque Higuaín fue titular y anotó un gol el miércoles en el triunfo 3-0 sobre Ajax por la Liga de Campeones. Además, ese "3"" que menciona Karanka en el mediocampo podría ser un asfixiante sistema de triple volante de contención —Lass Diarra, Sami Khedira y Xabi Alonso— buscando interrumpir el circuito de balón que generan Xavi Hernández y Andrés Iniesta en el centro de la cancha. "Supongo que esta vez, por lo que se vio en la Supercopa, querrán jugarnos de tú a tú, presionando arriba, no como la temporada anterior", opinó Xavi. La belleza de este Barsa de Guardiola —a esta altura, ya un equipo histórico_, es que no existen semejantes dudas: se sabe que su estrategia será tener la pelota y circularla pie a pie hasta encontrar una brecha. "Iremos a jugar el mejor partido posible, a competir como los últimos años, sabiendo de sus virtudes", dijo el martes Guardiola. "Y a ver si encontramos la manera de sufrir lo menos posible y dejarles crear las mínimas ocasiones, para ver si sacamos algo positivo". Guardiola está invicto en sus cinco visitas al Bernabéu, de donde ha salido con tres victorias y dos empates. Las interrogantes pasan por ver si el técnico respetará el gran nivel del chileno Alexis Sánchez —con tres goles en dos partidos de liga— para usarlo en compañía de Lionel Messi, en desmedro de David Villa o Pedro Rodríguez. Si bien Guardiola ha recurrido a una línea de tres defensores en varios partidos recientes, él mismo pareció descartarla para la visita al Bernabéu porque "es mucho riesgo". "La defensa de tres sólo es buena si dominas", dijo. "Si no dominas es muy difícil de contrarrestar". Guardiola también reconoció que su equipo debe mejorar de visitante, condición en que dejó escapar nueve puntos al perder con Getafe y empatar con Athletic de Bilbao, Valencia y Real Sociedad. Pero el Madrid ganó sus seis partidos de local en esta liga y será difícil arrancarle tres unidades. En este escenario, Barcelona llega al Barnabéu con más que perder que el local: si cae, se verá en una posición que no conoce desde que comenzó la época dorada de Guardiola. Sería una buena prueba para el temple del plantel, pero los culés seguro prefieren la tranquilidad de un buen resultado antes del inminente viaje al Mundial de Clubes en Japón. "Obviamente, es muy importante sacar un buen resultado y si eso pasa va a ser un golpe anímico para el resto del año", dijo esta semana Messi en una infrecuente entrevista con el portal de la FIFA. "Si sucede lo contrario, no vamos a tener tiempo para relajarnos porque viene el viaje a Japón, que es muy importante para nosotros".