Villas-Boas piensa en ganar, no en su despido
Si Andre Villas-Boas es a los 34 años un hombre famoso en el mundo de los entrenadores de fútbol, es de presumir que no llegó a esta situación por su ingenuidad. Por eso sorprendieron las declaraciones del entrenador del Chelsea tras la derrota como local ante Liverpool por 2-1, su segunda caída seguida en Stamford Bridge. Villas-Boas dijo que no cree que su puesto esté en peligro pese al peor arranque del club en la liga desde que el ruso Roman Abramovich lo compró en 2003. "El dueño no pagó 15 millones de euros (20 millones de dólares) para sacarme de Porto, para luego pagar otra fortuna para echarme", aseguró el técnico. ¿Está seguro, Andre? El portugués tiene reputación de ser uno de esos entrenadores meticulosos y obsesivos a los que no se les escapan detalles. Debe saber que Abramovich es conocido por muchas cosas —la belleza de su novia, la sofisticación de su yate, el tamaño de su fortuna_, pero si hay algo por lo que se destaca a la hora de manejar el club del oeste de Londres es la lista de técnicos que ha despedido. Es una nómina que impresiona, por nombres y por cantidad. De hecho, varios de los despedidos son tan famosos que alcanza una palabra para identificarlos: Mourinho, "Felipao", Ancelotti. (También son tan famosos que cada uno de sus despidos le costó al ruso una pequeña fortuna). Pero no fueron los únicos: en estos años, también pasaron por el banco caliente del Chelsea el israelí Avram Grant y el holandés Guus Hiddink. El italiano Claudio Ranieri ocupaba el puesto cuando Abramovich compró el club en 2003. Duró un año más, tras terminar segundo en la liga y perder en semifinales de la Liga de Campeones en su última temporada al mando. Entonces llegó José Mourinho, el que más aguantó con el nuevo dueño y más títulos le dio: dos ligas Premier, dos Copas de la FA y una Copa de la Liga. Sin embargo, la Champions tampoco llegó —perdió dos semifinales contra Liverpool— y Mourinho partió, empujado por una amarga relación con Abramovich. Grant, el poco conocido director de fútbol del club, se hizo cargo del equipo a la salida del portugués en julio de 2007. El israelí sufrió severas críticas por su falta de antecedentes —se decía que los jugadores decidían las tácticas sobre el césped_, pero logró lo que nadie más ha hecho: llevar a Chelsea a la final de la Copa de Europa, que perdió por penales con Manchester United. Claro que también fue segundo en la liga y en la Copa de la Liga y, en el mundo Abramovich, el segundo es el primer perdedor: Grant fue despedido tres días después de la final de la Champions en Moscú. En sus reportes financieros, Chelsea reportó que las compensaciones de los despedidos Mourinho y Grant le costaron en total 23,1 millones de libras (hoy 36 millones de dólares). Después de un relativo desconocido, llegó nada menos que un campeón mundial: pero Luiz Felipe Scolari, ganador de la Copa del Mundo 2002 con Brasil, duró apenas siete meses. Tras una mala racha al inicio de la segunda mitad de la temporada, fue despedido en febrero de 2010. "Lamentablemente, los resultados y actuaciones del equipo parecían estar cayendo en un momento clave de la temporada", dijo el club, que desembolsó 12,6 millones de libras (19,6 millones de dólares actuales) por el despido de "Felipao" y sus colaboradores. El holandés Hiddink se hizo cargo del equipo en forma interina y en menos de cuatro meses sumó un título, la Copa de la FA. Claro que antes de volver a su puesto con la selección rusa, también sufrió la frustración de quedar afuera en semis de la Champions en un polémico y emocionante partido con Barcelona en Stamford Bridge. Seguido llegó Carlo Ancelotti, que con el Milan había ganado dos Ligas de Campeones en ocho años como técnico y otras dos en su época de jugador. "Chelsea tiene un gran historial: cinco semifinales en seis años es un hermoso registro", dijo. "Pero ahora necesitamos ganar". Ancelotti se convirtió en el primer técnico de Chelsea que logró un doblete, al ganar la liga y la Copa de la FA en la temporada 2009-2010. Pero quedó afuera en octavos de la Liga de Campeones ante el Inter de Mourinho, eventual campeón. En la campaña pasada, Chelsea terminó segundo en la liga detrás del Man United, que además lo eliminó de la Champions en cuartos de final. En su despido más polémico, Abramovich reemplazó este año a Ancelotti con Villas-Boas, flamante campeón de la Liga Europa, la liga y la copa portuguesas con Porto. El joven lusitano se convirtió así en el séptimo entrenador en ocho años de la era Abramovich. Famosos y no tanto, ganadores o no, el multimillonario les mostró poca paciencia a los seis técnicos anteriores. Pocos tuvieron tiempo para intentar un proyecto a largo plazo, pero Villas-Boas está seguro de que para él las cosas son diferentes. "Hemos empezado a construir algo nuevo en este club y el club está comprometido a llevar al futuro lo que estamos construyendo", aseguró Villas-Boas el sábado, cuando Chelsea perdió dos partidos de liga seguidos en casa por primera vez desde que Abramovich es el dueño. "En este momento, estamos en una mala racha como club, como jugadores y cuerpo técnico", agregó el portugués. "No se trata de mí, estamos sólidos como grupo. Nadie quiere experimentar derrotas". De esto último no hay dudas, sobre todo cuando se trata del dueño del Chelsea. Quizás su impaciencia se haya moderado un poco o quizás sea verdad que apuesta a largo plazo al proyecto Villas-Boas. Como demuestran sus antecedentes, no habrá que esperar mucho para saber la respuesta.