¿Cacería de brujas o femicidio? Una lucha que aún continúa en el siglo 21

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Imagen ilustrativa / Pixabay
Ana Carolina Barsallo
10 de octubre 2021 - 09:43

El siglo XVI no fue el mejor tiempo para ser mujer, pues convencer a las personas de que no eras una bruja, no era tarea fácil. Si un dedo te apuntaba y gritaba 'bruja', posiblemente una hoguera en llamas te esperaba. ¿Por qué sucedió esto?

La prueba de Heksenwaag, era un estilo de 'pesa' donde debías demostrar que pesabas más que el aire. Según la doctrina, las brujas no tenían alma, por lo que físicamente no tenían peso. Esta prueba dejó morir entre 80,000 y 100,000 personas, siendo el 80% mujeres. Nacer mujer en años entre 1400 y 1750 era tener un futuro difícil.

Hoy, las balanzas que mataron a miles de mujeres, están expuestas como un objeto turístico.

Uno de los textos medievales más conocido e infame es el 'Malleus maleficarum' en latín mejor conocido como 'El martillo de las brujas'. Fue escrito por el inquisidor Henrich Kramer, y el monje Jacob Sprenger.

Tras ser editado muchas veces, fue publicado en 1487, distribuyendo más de 30.000 copias por todo Europa justo cuando estaba a tope la 'cacería de brujas'. El libro era utilizado en los juicios.

En sus escritos explica el por qué la brujería es un delito, cómo hay que castigarlo y explícitamente menciona que la cacería está dirigida a las mujeres. Estos juicios eran populares en países en un radio de 500km cercanos a la ciudad de Estrasburgo, Francia.

Los cinco con la tasa más alta eran Alemania, Suiza, Francia, Escocia y España. En ese orden respectivamente.

Un punto a destacar es que, según el libro las mujeres no debían ser parteras, porque al traer al bebé al mundo, lo levantan en el aire y lo ofrecen al demonio. Debían dejar este campo libre a los hombres, que sí tenían acceso a la educación.

La caza de brujas llegó a América Latina

Pero a diferencia de los países europeos, no se convirtió en una fiebre. Sin embargo, fue llevado por los españoles a Lima, México y Cartagena de Indias, mezclándose con las visiones que ya existían de la religión y medicina, la de los españoles y los negros de áfrica. Con el pasar de las décadas, la persecución contra las brujas se terminó, pero no la violencia contra la mujer.

Siglos más tarde, cinco específicamente, esta práctica misógina donde las mujeres son consideradas ‘brujas’ por tener conocimientos o habilidades, se sigue practicando en algunas partes del mundo, informó la ONU.

En lugares de difícil acceso en el mundo aún se siguen cometiendo estas aberrantes injusticias

El comité de expertos del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, ha documentado 22,000 víctimas ‘acusadas de brujería’ en los últimos 10 años. Y están seguros que esta es solo la punta del iceberg. Países como Tanzania, India, República del Congo, Angola, Nigeria, Ghana y Kenia aún se detectan estas prácticas.

Personas físicamente diferentes, con trastornos mentales, discapacidades o incluso el ser covid-19 positivo, son razones suficientes para que en estos países seas considerada ‘bruja’, razón para terminar con la vida de un inocente.

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