Intersexualidad: la evidencia cromosómica que derriba mitos sobre los modelos binarios

Según Naciones Unidas, 1.7% de personas en el mundo son intersexuales
Según Naciones Unidas, 1.7% de personas en el mundo son intersexuales / Canva

Sabemos que hay hombres y mujeres, ambos con órganos sexuales definidos, pero quizá ignoramos que algunas personas nacen con características sexuales que no son como las conocemos. La intersexualidad es un término genérico que se utiliza para abarcar más de 40 variaciones distintas de las características sexuales femeninas y masculinas.

La sexualidad no puede estar atada a modelos binarios o dicotómicos. No solo hay cara o cruz. La orientación del deseo no puede explicarse únicamente con la homosexualidad y la heterosexualidad, dejando de lado la bisexualidad o la asexualidad.

El género tampoco puede reducirse a masculino y femenino, olvidando la androginia y todas sus mezclas. Tampoco son suficientes las etiquetas hombre y mujer para explicar todas las identidades. Es un hecho que hay quienes no se identifican con ninguna de ellas y se sienten personas no binarias.

“Lo masculino y lo femenino no son dos valores opuestos, sino grados sucesivos”. Los estados intersexuales son originariamente fenómenos de la más pura normalidad" Gregorio Marañón, 1930.

¿Qué es la intersexualidad?

La intersexualidad apunta en esta misma dirección. Son personas que nacen con características sexuales –genitales, gónadas, niveles hormonales, patrones cromosómicos– que no parecen encajar en las definiciones típicas con las que se han dividido los sexos en base a estructuras anatómicas o fisiológicas.

Los cromosomas, que son los que condicionan el sexo biológico de una persona, en vez de ser XX o XY, puede llegar en la composición genética de “mosaico” que consiste en contar con células de los diferentes pares de cromosomas. También es posible la mezcla de XXY o X0.

Camino Baró, psicóloga y activista intersexual comenta que el porcentaje de personas intersexuales alcanza hasta un 1,7%, por lo que estadísticamente podrías conocer a más personas intersexuales que pelirrojas.

No es correcto decir que las personas intersexuales representan un “tercer sexo”, o que están en el medio de el sexo masculino y femenino. Al igual que todo el mundo, son mujeres, u hombres, o personas no binarias que tienen emociones y sentimientos como cualquier otra persona.

Ser intersexual es solo una característica de una persona, y pueden ser muchísimas cosas más. La gente piensa que reconocer a una persona intersexual es fácil por su aspecto, pero eso es un mito, e igual es algo innecesario. Mauro Cabral, afirma que “pasan inadvertidos entre la gente porque son esa gente: la vecina heterosexual, el cura dando misa, el gay que va cogido de la mano de su pareja, el conocido del bar, la cuñada de alguien...”.

Se propone que aunque las condiciones de intersexualidad a veces traigan como consecuencia complicaciones clínicas y requieran de tratamiento, no se utilice la palabra síndrome y no se consideren una enfermedad.

En el libro La evolución de la sexualidad y los estados intersexuales, desarrollado por Gregorio Marañón en 1930, escribe que “los estados intersexuales son originariamente fenómenos de la más pura normalidad”. Y que “lo masculino y lo femenino no son dos valores opuestos, sino grados sucesivos”.

Hoy en día es un tema que aún presenta mucha desinformación y estigmas equivocados. La mayoría de las personas intersexuales se sienten excluidas por lo cual se exige educación y visibilidad. También, existen cirugías que no son sanas para las personas intersexuales, llamadas gonadectomías o reconstrucciones de clítoris, por lo que debería existir en los hospitales centros de referencia para informarse acerca del tema.

Si socialmente se admitiera que hay variaciones intermedias entre los dos sexos que se reconocen, estas personas tendrían una mayor aceptación y dejarían de sentirse diferentes y rechazados.

Estigmas e intolerancia hacia la diversidad sexual

Desde finales del siglo XIX se han etiquetado como anormales, pues lo más frecuente es poseer órganos sexuales definidos como masculinos o femeninos, es decir que las mujeres tengan ovarios y los hombres testículos; sin embargo, es una realidad que entre esos dos extremos existen variaciones normales.

“Este tipo de variaciones causan preocupación a la familia y al personal médico, ya que cuando nacen niños con estas características, de alguna manera se les obliga ajustar su cuerpo a las características binarias de hombres o mujeres, propiciando que se les dañe con cirugías o tratamientos tempranos porque forzosamente queremos que “encajen” en la categoría de hombre o mujer”.

Generalmente, la intersexualidad es tipificada como una patología o enfermedad, pero en realidad no es ninguna de las dos; es una variación normal entre la diversidad sexual. Debe quedar claro que no se trata de una malformación, sino de una alteración enzimática, cromosómica o de la funcionalidad de las gónadas.

Es muy importante acabar con la discriminación en áreas deportivas y en diferentes trabajos, al igual que en los procedimientos de inscripción de sexo en el registro civil.

No cabe duda que las personas intersexuales son peculiares, pero al igual que ellos lo son todos los demás seres humanos. Hay que aceptarse y expresarse libremente ya que al final todos tienen los mismos derechos.

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