¿Mitos o verdades? Qué tan malo fue Calígula

Imperio Romano

Un retrato en 3D del emperador Calígula
Un retrato en 3D del emperador Calígula / Google

El imperio romano no solo fue majestuoso, poderoso y avanzado para su época, también produjo algunos de los emperadores más famosos de la historia. Unos recordados por ser líderes humanistas y otros por ser seres depravados, excéntricos y malévolos.

Estaba el brutalmente egocéntrico Cómodo, quien además de gobernante era gladiador en el Coliseo, y el extraño Elagabulus, que se vestía con ropa de mujer y recorría el Palatino en carros tirados por esclavas, sin olvidar a Nerón, cuyas orgías y excesos tiránicos fueron notorios. Pero ninguna lista de los peores emperadores romanos estaría completa sin Calígula.

Se sabe de sus orgías obscenas, que tenía relaciones sexuales con sus hermanas y era un torturador ingenioso y sádico. Y que, por supuesto, estaba completamente loco.

Sin embargo, la mayor parte de lo que se cree conocer sobre Calígula proviene de relatos (tanto antiguos como modernos) basados en la imaginación altamente activa de los autores, más que en registros históricos.

Una infancia entre guerras, abusos y depravación

Cayo Julio César Germánico fue hijo de Agripina la Mayor y el aclamado Germánico, un general que nunca fue derrotado en batalla y que recuperó dos de las águilas imperiales perdidas en la batalla de Teutoburgo.

El nombre Calígula, o 'Botitas', se lo dieron los soldados frente a quienes Germánico exhibía a su hijo vestido como un legionario romano en miniatura.

Incómodo con el apodo, Calígula insistió más tarde en el nombre de pila que compartía con un antepasado famoso: Cayo Julio César.

Tras la repentina muerte de su padre por enfermedad, se crio con Tiberio, quien procedió a enseñarle "todos sus depravados hábitos sexuales con mujeres y muchachos, y lo inició en la práctica de la crueldad obligando al chico a presenciar torturas", destaca el historiador australiano Stephen Dando-Collins.

También tuvo que lidiar con la eliminación de sus hermanos mayores (por mandato de Tiberio) y el suicidio de su madre. "Este aprendizaje de supervivencia conformó su paranoico reinado", analiza el experto, asegurando que fue "un milagro" que llegase al trono.

Desde el retrato creado por Suetonio, la mala fama persigue a este ser poliédrico, cuya figura es sinónimo de todo tipo de aberraciones. Pero ¿qué hay de realidad en ese juicio?

Las investigaciones más recientes analizan la evolución de su personalidad y ponen el acento en el papel determinante que jugó su entorno. El miedo a ser asesinado como su familia, las agresiones sexuales a las que fue sometido y los valores autocráticos en los que creció cincelaron el perfil de un hombre desconfiado, megalómano y cruel. A ello se sumó, al parecer, un trastorno bipolar que pudo alterar su conducta.

En sus primeros pasos como gobernante, Calígula mostró buenas cualidades hacia la gestión pública, pero pronto llegó su particular ajuste de cuentas. No hubo piedad. Como tampoco mesura en sus excentricidades, que alimentaron su apelativo de “emperador loco”. Su fascinación por el poder fue equivalente a su atracción por el mal.

Enfermedad cerebral

A los pocos meses de haber accedido al trono, en el otoño del año 37 d.C., Calígula sufrió lo que probablemente fue una crisis nerviosa o una encefalitis (una inflamación del cerebro causada por algún tipo de infección).

Durante varias semanas estuvo al borde de la muerte. En noviembre, cuando se recuperó, se había transformado en un hombre caprichoso, voluble y cruel. El popular gobernante aclamado por el pueblo, impulsor de grandes y abundantes espectáculos, se había esfumado. Ahora estaba convencido de ser un dios tan poderoso como el mismo Júpiter.

Ordenó que se erigiesen estatuas de él en todas las provincias, mandó asesinar a varios senadores y forzó los suicidios de su primo Gemelo y su fiel guardián Macrón, quien había guiado sus primeros pasos en el trono. También humilló a importantes figuras de la élite romana acostándose con sus mujeres para valorar su destreza sexual o envió un ungüento a un gladiador que había sobrevivido a un combate con una herida superficial que resultó ser un veneno y lo mató.

Orgías, sadismo y relaciones homosexuales

la vida sexual del Emperador es el elemento más conocido, y a la vez fabulado, de la biografía de Calígula. Se le acusaba de acostarse con las esposas de sus súbditos, de relacionar el sexo con el dolor físico y de tratar de convertir su palacio en un gran burdel. Durante su breve reinado tuvo cuatro esposas y un sinfín de amantes. Se dice que a Livia Orestila la violó en su propia ceremonia de esponsales y se casó con ella para repudiarla al cabo de unos días.

De sus relaciones homosexuales se suele mencionar, entre los más conocidos, al histrión griego Mnéster y a su primo Emilio Lépido. Este último ejerció un papel protagonista a nivel político hasta que, a finales del 39, el Emperador le acusó de encabezar un complot contra él y ordenó su ejecución.

Lépido reconoció antes de morir que había tenido relaciones sexuales con el Emperador y que tenía el vientre dolorido de la pasión que en ellas había puesto, lo que insinuaba que había ejercido él el papel activo en el acto sexual. En este sentido, los romanos, más tolerantes que los griegos con los homosexuales, daban mucha importancia a quién ejercía el papel de activo y quién el de pasivo en la pareja, tanto a nivel sexual como social. La pasividad era signo de debilidad.

Sobre este mito del emperador perverso, el libro de Dando-Collins deja claro: "Cuando llegó al poder, ciertamente Calígula fue abiertamente promiscuo con las esposas de importantes senadores, en parte para humillar a sus maridos. Incluso le robó una esposa al marido en la noche de bodas. Pero no hay pruebas de que participase en sesiones de sexo en grupo siendo emperador. Y cuando se casó con Cesonia [su cuarta esposa] parece que le fue rigurosamente fiel el resto de su corta vida".

¿Incesto?

Dado que muchos de los detalles del estado mental de Calígula provienen de Suetonio, la afirmación del incesto da lugar a dudas.

Suetonio escribió un siglo después, cuando la leyenda de Calígula como un lunático estaba bien establecida. Para entonces, algunos creían que se había vuelto loco por el sexo porque su esposa le había dado una sobredosis de una poción de amor.

El historiador Tácito nació 15 años después de la muerte de Calígula. A diferencia de Suetonio, informa escrupulosamente de las acusaciones como solo eso, acusaciones, en lugar de hechos, y no menciona ninguno de esos banquetes.

Tampoco el filósofo y senador, Séneca, quien conoció a Calígula.

Ambos escritores mencionan el tema pero refiriéndose a las relaciones incestuosas de la hermana de Calígula, Agripina, solo con su tío e hijo, no con su hermano.

Mitos y mentiras sobre Calígula

  • Cayo Julio César Augusto Germánico no se llamaba Calígula. Es un apodo que le pusieron los soldados de niño en alusión al simpático calzado que llevaba puesto. Calígula sería algo a así como 'Botitas'.
  • Nunca convirtió su palacio en un burdel.
  • No cometió incesto con sus tres hermanas.
  • No obligó a prostituirse a las mujeres de la nobleza.
  • Nunca nombró senador a su caballo, ni lo metió en el dormitorio. Amenazó con hacerlo.
  • No mató a su hermana Drusila, ni mucho menos extrajo de su vientre a su bebé.
  • Más que cometer abusos sexuales, los padeció desde la niñez. El mundo hizo así a Calígula.
  • Fue fiel a su esposa.
  • No hay constancia siquiera de que organizara una sola orgía.
  • Sufrió un trastorno bipolar desde los 10 años.

Víctima y verdugo de los más perversos entresijos del Imperio romano, “en Calígula se juntan por primera vez todos los elementos de la tiranía tal y como la concebimos actualmente. Y por eso tal vez dejó una huella tan profunda en nuestro mundo”, como afirma la historiadora Mary Beard.

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