Alemania celebra los 500 años de la Reforma Protestante

Vista del testamento del teólogo Martín Lutero en los Archivos Nacionales de Hungría, en Budapest, Hungría.
Vista del testamento del teólogo Martín Lutero en los Archivos Nacionales de Hungría, en Budapest, Hungría. / EFE
Efe
31 de octubre 2017 - 06:02

Alemania celebra hoy con actos religiosos e institucionales y una jornada de fiesta los 500 años de la Reforma Protestante, acontecimiento que cambió el rostro de Europa y que fue clave en el desarrollo de la identidad del país.

Los actos centrales tendrán lugar esta tarde en Wittenberg (este), primero con un servicio religioso ecuménico y luego con una ceremonia en la que hablará la canciller alemana, Angela Merkel.

Las celebraciones de hoy ponen fin al denominado "Año Lutero", en homenaje al reformador Martín Lutero, y que ha estado lleno de exposiciones y conferencias.

En estos actos han faltado posiciones críticas ante algunos aspectos del pensamiento de Lutero, sobre todo en lo relativo a su antisemitismo que lo hace en cierta medida antecesor de la época más negra de la historia alemana.

Sin embargo, lo que ha primado es destacar la herencia positiva de la reforma que actualmente asumen en buena parte católicos y protestantes y que ha marcado el rostro de Alemania.

La ciudad de Wittenberg es clave en la historia de la Reforma Protestante puesto que, según una tradición, fue allí donde Lutero, el 31 de octubre de 1517, clavó a martillazos sus 95 tesis, que cuestionaban abiertamente la venta de indulgencias por parte de la Iglesia Católica.

La tesis central era que la salvación se obtenía a través de la fe y de la gracia, y no a través de las obras, con lo que comprarle indulgencias a la Iglesia -para rebajar el tiempo de permanencia en el purgatorio- era algo que no tenía sentido.

La venta de indulgencias era para Lutero un factor de corrupción en el catolicismo y su idea era devolver el cristianismo a sus orígenes, para lo que la única fuente debían ser los textos bíblicos.

En 1521, cuando la difusión de las tesis -gracias al reciente invento de la imprenta- ya era enorme, Lutero fue citado por Carlos V a las cortes de Worms (oeste de Alemania) donde se negó a retractarse.

Lutero se refugió después en un castillo cerca de Eisenach (este del país), el Wartburg, uno de los lugares más emblemáticos de Alemania, donde tradujo el Nuevo Testamento al alemán.

La traducción del nuevo testamento, y posteriormente de toda la biblia, tenía un objetivo principalmente teológico pero tuvo efectos colaterales que fueron más allá de lo meramente religioso.

El texto, en primer lugar, fijó la norma del alemán moderno y fue clave para la unificación del idioma. Eso hace ya de por sí de Lutero un personaje clave de la historia de Alemania, al margen de su influencia religiosa, y lo ha convertido en una figura de identificación nacional de la que en ocasiones se ha abusado.

Además, el deseo de que todo cristiano leyese directamente la biblia llevó a que, en las zonas donde el protestantismo se impuso, se diera un gran impulso a la educación

Durante mucho tiempo, debido a la influencia del libro clásico de Max Weber "La ética protestante y el espíritu del capitalismo" (1907), se ha tenido la idea de que una actitud especial ante el trabajo derivada de la reforma fue clave en el desarrollo de la economía en las zonas protestantes.

No obstante, investigaciones más recientes, como las realizadas por el historiador económico David Cantoni, de la Universidad de Múnich, sugieren que no fue una ética determinada sino el fomento de la educación lo que trajo como efecto secundario el florecimiento de la economía en parte de las zonas protestantes.

El mismo fomento de la educación tuvo otros efectos -no necesariamente deseados por Lutero- como el surgimiento de la ilustración alemana que, además, se vio impulsada por el debate teológico, mucho más libre dentro del protestantismo que del catolicismo.

Hasta entrado el siglo XX la separación entre católicos y protestantes en Alemania era bastante radical e incluso los matrimonios mixtos eran la excepción. Con el ecumenismo, eso ha quedado atrás.

Hoy católicos y protestantes se ven como aliados, pese a que todavía persisten algunas diferencias teológicas.

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