David Hockney revisa su vida en EEUU

Fotografía facilitada por la Real Academia de las Artes que muestra el retrato de Barry Humphries, perteneciente a la muestra de David Hockney "82 portraits and 1 still-life" ("82 retratos y una naturaleza muerta"), que exhibe la Real Academia de las Artes del 2 de julio hasta el 2 de octubre, y que revisa un conjunto de obras que el artista del Pop Art plasmó en los últimos dos años y medio en Los Ángeles.
Fotografía facilitada por la Real Academia de las Artes que muestra el retrato de Barry Humphries, perteneciente a la muestra de David Hockney. / EFE
Efe
28 de junio 2016 - 14:32

Coloridos y pintorescos, 83 retratos de amigos y familiares de David Hockney acampan en Londres para ofrecer una visión humana y cercana del círculo social que acompañaba al pintor británico durante su última estancia en Estados Unidos.

La muestra "82 portraits and 1 still-life" ("82 retratos y una naturaleza muerta"), que exhibe la Real Academia de las Artes del 2 de julio hasta el 2 de octubre, revisa un conjunto de obras que el artista del Pop Art plasmó en los últimos dos años y medio en Los Ángeles.

Con un fondo verde esmeralda y azul cobalto y sentados sobre la misma silla amarilla, Hockney, de 78 años, expuso al trazo de su pincel a sus hermanos, exparejas y trabajadores, en lo que supone su vuelta a la pintura acrílica tras 20 años.

Colgados en orden cronológico y tras una pared de color carmín intenso, la comisaria de la exposición, Edith Devaney, remarcó hoy ante los medios que las obras son "una celebración de la humanidad e individualidad" de los seres próximos al británico.

La también musa del artista, que posó para esta serie, explicó que "Hockney no está interesado" en inmortalizar a personajes famosos, puesto que para él "las celebridades son sus amigos".

La galería despliega este ejercicio sociológico, en el que se suceden hombres trajeados, chicos con ropa deportiva, mujeres con atuendos casuales y pomposos vestidos, calzado que va desde mocasines a sandalias y complementos como pajaritas, perlas blancas y brillantes relojes.

La muestra la abre una pintura del asistente de Hockney, J-P Gonçalves de Lima, en la que se cubre la cara con las manos y descansa sus pies sobre una alfombra con trazos diagonales negros y rojos.

La comisaria afirmó que entiende esta obra como un "autorretrato", debido a que se percibe "la angustia y frustración" que sintió el autor cuando la ejecutó en julio de 2013, después de un período en el que se veía incapaz de volver a pintar.

El acrílico recuerda a "Old Man in Sorrow" (1890) del holandés Vicent Van Gogh, donde un hombre se echa las manos a la cara en señal de llanto, debido a la posición corporal de ambos sujetos, la posición de la silla y el suelo de madera.

El artista, que padece una acusada sordera, sentó en su sillón a sus hermanos, John y Margaret Hockney, quién se sintió "encantada de ser el foco de atención" y que transmite la "buena relación" que comparte con David, destacó la comisaria.

Durante las sesiones, el pintor quería que sus invitados acudieran con la ropa con la que se sintieran cómodos, ya que eso reflejaría su personalidad, y aun así hubo familiares y amigos que no pudieron evitar la tentación de vestirse para la ocasión.

Devaney reveló que Rita Pynoos hizo acto de presencia en el estudio con un vestido rojo largo y abultado, que obligó al que es uno de los pintores británicos más influyentes del siglo XX a estamparlo de una tacada "por si su amiga realizaba algún movimiento" que hiciera cambiar las luces y las sombras.

Con pantalón rosa, corbata con lunares blancos, sombrero y en actitud de sujetar un cigarrillo, el comediante australiano Barry Humprhies es el único retrato famoso que incluye la muestra.

La pieza en la que no se ve ningún rostro es "Fruit on a Bench", una naturaleza muerta que Hockney trasladó a su lienzo después de que uno de sus modelos tuviera que cancelar la cita a último momento y en la que los amarillos y naranjas de los limones, plátanos y un pimentón iluminan una composición de tonos neutros.

En la exposición se encuentran también dos excepciones: el único cuadro en horizontal protagonizado por los gemelos Barringer y el único en el que aparece un objeto ajeno a la vestimenta, en concreto una libreta y un lápiz, que pertenecen al joven de 11 años Rufus Hale.

Durante casi tres años, también se pasearon por su estudio su pareja durante los años 70 Gregory Evans, su masajista David Stoltz, su trabajadora doméstica Patricia Choxon y el artista conceptual John Baldessari.

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