El Edicto de Caracalla: cómo 30 millones de personas consiguieron la ciudanía de un 'plumazo'

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La crisis migratoria se ha convertido en uno de los temas más sensitivos sobre derechos humanos que enfrenta el mundo actual. Mientras los grandes países buscan detener el flujo de migrantes y encontrar una salida estratégica, hubo un hombre que de un 'plumazo' tomó una decisión sin precedentes en la historia otorgándole la ciudadanía a millones de personas.

Millones de personas en todo el mundo dejan sus países, expulsados por conflictos bélicos o por la pobreza, en busca de mejores oportunidades en naciones más desarrolladas.

En respuesta, los gobiernos de estos países gastan millones de dólares cada año para intentar frenar este flujo humano.

Algunos han propuesto soluciones como la regularización de grupos indocumentados que cumplen con ciertos requisitos o pertenecen a países de extrema vulnerabilidad.

Sin embargo, ninguno se compara al gran emperador Caracalla.

Marco Aurelio Severo Antonino Augusto -más conocido por su sobrenombre, Caracalla- gobernó el Imperio romano entre los años 211 y 217, durante la llamada Dinastía de los Severos.

A pesar de no ser uno de los emperadores más recordados, Caracalla dejó su huella en la historia al realizar un hito inigualable: la mayor concesión de ciudadanía de todos los tiempos.

"De golpe abrió todo un abanico de posibilidades para esas personas"

Cuando Caracalla asumió el poder, el Imperio romano se extendía desde Oriente Medio a Hispania (como se conocía a la península ibérica) y desde Egipto a Britania (la isla de Gran Bretaña).

Pero solo los habitantes de Italia, los romanos que vivían en otras provincias (y sus descendientes) y un selecto grupo de habitantes del Imperio tenían la ciudadanía romana plena.

Eso cambió de la noche a la mañana el 11 de julio de 212.

Registros históricos señalan que ese día se publicó la Constitutio Antoniniana (Constitución Antonina), también conocido como el Edicto de Caracalla.

El edicto les otorgó a todos los hombres libres del Imperio la ciudadanía romana plena y a todas las mujeres libres del Imperio los mismos derechos que a las mujeres romanas.

"Significó que, de un plumazo, 30 millones de personas obtuvieron la ciudadanía romana", destacó la historiadora y experta en estudios clásicos de la Universidad de Cambridge, Mary Beard.

"Fue la mayor concesión de ciudadanía en la historia del planeta, e hizo que todos, incluyendo los que vivían en esta alejada provincia (parte del actual Reino Unido), fueran parte del mundo más extenso", resaltó la académica en 2015 durante un debate sobre los aportes de la civilización romana.

"Tener la ciudadanía les permitía a los habitantes de las provincias tener iguales derechos que los romanos. Significaba tener acceso a todo el ámbito del derecho civil romano" sostiene Carmen Lázaro Guillamón, jurista y profesora de Derecho Romano de la Universidad Jaume I en Castellón de la Plana, España.

Busto del emperador Marco Aurelio Severo Antonino Augusto -Caracalla-
Busto del emperador Marco Aurelio Severo Antonino Augusto -Caracalla- / Google

¿Humanista o estratega?

Algunos historiadores señalan que la decisión de Caracalla de otorgar la ciudadanía a la mayoría de sus súbditos no estuvo motivada por el deseo de ampliar derechos, sino que tuvo fines mucho menos nobles.

En su obra "Historia romana" el político y militar Cassius Dio, coetáneo de Caracalla, afirmó que la intención del emperador fue incrementar los ingresos fiscales del Imperio al aumentar el número de personas que debían pagar impuestos.

El fin habría sido financiar las costosas campañas militares en la frontera norte contra los germanos y en oriente contra los partos.

La estrategia, de ser cierta, no resultó exitosa.

Dos décadas después de que se publicara la Constitutio Antoniniana, el Imperio romano entró en lo que se conoce como la crisis del siglo III, un período de gran desorden político, económico y social que dividió al territorio en tres entidades separadas: el Imperio romano, el galo y el de Palmira.

Miles de centroamericanos marchan con destino a Estados Unidos en busca de mejores condiciones
Miles de centroamericanos marchan con destino a Estados Unidos en busca de mejores condiciones / Google

Comparaciones con el escenario actual

Si bien lo que hizo Caracalla fue un hecho sin precedentes, la académica advierte que hay que tener cuidado al comparar lo ocurrido en el siglo III con lo que pasa hoy.

"Está claro que conceder ciudadanía romana a todas las personas libres en el Imperio romano fue una revolución, pero compararlas con determinadas situaciones actuales es, quizás, forzado, porque las situaciones eran muy diferentes".

Para empezar, señala, las circunstancias del otorgamiento de ciudadanía de Caracalla tienen poco que ver con las que vive hoy la mayoría de indocumentados que reclaman una nacionalidad.

"Caracalla otorga la ciudadanía romana a personas que habían conquistado, no eran migrantes. No es lo mismo", observa.

No obstante, afirma que "lo que sí está claro es que la enseñanza es que si a la persona que habita en determinado Estado no se le considera nada, muy probablemente estar fuera del sistema acabe proporcionando algo pernicioso para ese sistema".

Hoy los indocumentados más que migrantes ilegales son "alegales", resalta, es decir: personas sin derecho.

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