El mundo de amor y amistad que nos muestra Guillermo Arriaga en 'El Salvaje'

Guillermo Arriaga presenta ‘El Salvaje’ en la FIL Panamá

Se declara un optimista de la vida, aunque la muerte es un tema que marca su novela “El Salvaje”. Con ésta, el mexicano Guillermo Arriaga encamina al lector a territorios desconocidos y busca realzar el amor y la amistad.

Al laureado escritor, quien estuvo en Panamá para presentar su obra en la Feria del Libro, le tomó cinco años y medio escribir “El Salvaje”. Todo improvisado, sin un trabajo previo o mapa.

Por eso -dice Arriaga- se identifica con Jimi Hendrix, un virtuoso que retrata lo que cree debe ser la música. “No soy alguien que tiene preparado lo que va a escribir. Yo voy improvisando. Creo que por eso me identifico con (Jimi) Hendrix. Él improvisaba mucho y yo improviso mucho. Tú no puedes tararear a Jimi Hendrix”, manifiesta.

Riguroso en cada detalle, reescribe y repiensa sus novelas e historias para cine antes de sentirse satisfecho con el producto final. “Decía Hemingway que el primer tratamiento de todos es una mierda”.

“El Salvaje” trata sobre un joven de 17 años, Juan Guillermo, que termina huérfano. Su hermano mayor es asesinado por jóvenes ultra católicos, que cuentan con el respaldo de grupos poderosos, y sus padres y abuela son víctimas de la tristeza.

“Yo conocí a estos muchachos extremistas, esos jóvenes católicos de ultra derecha y creo que es importante en la novela porque trata no solamente de los católicos, sino de los extremistas de cualquier religión”, asegura el escritor mexicano, responsable de los guiones de “Amores Perros”, “21 gramos”, “Babel” y “Los tres entierros de Melquiades Estrada”.

La novela está basada “en hechos reales que nunca sucedieron”. “No conocí a un huérfano. No soy huérfano”, explica Arriaga, al momento que dice que su padre cumplió 93 años hace unos días y su madre, ya cerca de los 88 años.

Los personajes están alimentados de momentos que vivió directamente o de los cuales fue testigo de una manera muy cercana. Muchos de ellos extraídos del barrio de clase media en el que creció llamado Unidad Modelo. “De ahí, muchos elementos reales que incorpore a la novela”, expresa.

Con “El Salvaje”, ambientada en el México de los años sesenta, Arriaga quiso reproducir una “década muy interesante, con muchos cambios”.

También presenta a Amaruq, un hombre en los bosques de Yukón obsesionado con cazar a un lobo. Historias paralelas, pero así como el trabajo anterior del escritor, se encuentran en el desarrollo de la trama.

Para formar este personaje, Arriaga incluyó muchos elementos que ha aprendido en la práctica de la cacería: cómo leer las huellas, cómo pensar como un animal, qué hacer para acercarse… Quería ser cazador desde los tres años.

“No me digas de dónde. Estaba obsesionado con programas de animales. Tengo un amor profundo por los animales. Quien lee ‘El Salvaje’ podrá notar el amor por los animales”, explica Arriaga, que solo caza con arco y flecha porque así se “vincula con la naturaleza de forma distinta”.

La corrupción y la violencia, marcadas en la sociedad mexicana y que se encuentran presentes en el resto de la región, son otros temas que Arriaga trae al análisis en “El Salvaje”.

“La violencia viene sobre todo de la injusticia. La injusticia quita oportunidades de desarrollo y provoca una sensación de rabia, y eso es lo que lleva a la violencia. ¿Por qué el narco mexicano encuentra gente con la que se alimenta? Son gente que ya no tiene nada que perder, que ha sido sometida a la injusticia, que perdieron sus tierras, sus casas, perdieron oportunidades. Gente que ya no tiene hacia donde ir”, señala.

Por esa realidad, que no solo azota a México, Arriaga no se sorprende que en tiempos de aprensión, líderes con rasgos autoritarios se ganen la confianza de las personas y lleguen al poder.

“Nunca las tendencias autoritarias desaparecen por completo. En épocas de mucho miedo y de mucha incertidumbre, los seres humanos se convierten reduccionistas. Cuando hay inseguridad, la gente tiende a estos extremos políticos”.

Ya está trabajando en varios proyectos, seis lo tienen comprometido y entre ellos hay películas. “Mis próximos seis años no estaré desempleado. En lo que mis amigos se jubilan, yo empiezo a trabajar”, afirma.

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