Los 4 inventores que se arrepintieron de sus creaciones

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Varios fusiles de asalto AK-47
Varios fusiles de asalto AK-47 / AFP
20 de noviembre 2021 - 10:50

Los científicos e inventores 'casi siempre' viven con la intención de crear fenómenos en beneficio del desarrollo y avance de la humanidad. Así, hemos sido testigos de la creación de las vacunas, medicamentos, sistemas industriales, tecnológicos y de comunicación que han cambiado el rumbo de la historia.

Pero, ¿qué pasa cuando una creación es utilizada para hacer daño y convertirse en un arma de guerra?

A continuación conoceremos a 4 inventores que se arrepintieron de sus creaciones, pues terminaron convirtiéndose en armas que acabaron con la vida de millones de personas en el mundo.

La Dinamita

Imagen ilustrativa de la dinamita
Imagen ilustrativa de la dinamita

Fue una de las tantas creaciones del químico, ingeniero, escritor e inventor sueco, Alfred Nobel.

Nobel provenía de una familia de ingenieros y desde muy chico comenzó a trabajar con su padre en la fabricación de explosivos. Sin embargo, un terrible accidente en el que murieron su hermano menor, Emil, y otras cuatro personas tras una explosión de nitroglicerina lo marcaría de por vida.

Las explosiones accidentales de la nitroglicerina, despertaron fuertes críticas contra Nobel y sus fábricas, por lo que el joven Alfred se dispuso encontrar la manera de conseguir que la manipulación de explosivos fuera más segura.

Así, en 1866, Nobel desarrolló un método que permitía manipular con seguridad el inestable explosivo líquido.

Para reducir su volatilidad, mezcló nitroglicerina con un material poroso absorbente, creando así la dinamita.

Pero Alfred también produjo otras invenciones en el terreno de los explosivos, como la gelignita (1875) o la balistita (1887).

Sus productos fueron de enorme importancia para la construcción, la minería y la ingeniería, pero también para la industria militar, para la cual habían sido expresamente diseñados algunos de ellos, como la balistita o pólvora sin humo.

Así, se aplicó como relleno explosivo en los proyectiles de artillería y cargas de demolición militares, causando cientos de miles de muertes.

Estas creaciones le dieron una enorme fama y riqueza, pero también un sentimiento de culpa por el mal y la destrucción que sus inventos pudieran haber causado a la humanidad en los campos de batalla.

La combinación de ambas razones le llevó a legar su fortuna a una fundación -la Fundación Nobel, creada en 1900- con el objetivo de otorgar una serie de premios anuales a las persona que hubieran alcanzado avances en beneficio de la humanidad en los campos de la física, la química, la medicina, la literatura y la paz.

Fusil semiautomático AK-47

Un soldado iraquí con una AK-47 en sus manos
Un soldado iraquí con una AK-47 en sus manos / AFP

En realidad AK-47 es el acrónimo de el Avtomat Kalashnikova modelo 1947, creado y diseñado por Mijaíl Kalashnikov.

Kaláshnikov fue un militar soviético que combatió en la Segunda Guerra Mundial contra la Alemania nazi en la cual fue herido por un disparo en la batalla de Bryansk.

Durante su estancia en el hospital se inspiró para crear una nueva arma, ya que las anticuadas carabinas soviéticas eran de difícil uso y presentaban distintas complicaciones para los soldados del Ejército Rojo.

Al salir del hospital, en 1942, Kaláshnikov fue al taller, donde empezó a fabricar sus diseños. Este nuevo proyecto llamó la atención de sus superiores y lo trasladaron al Instituto de Aviación de Moscú para trabajar con más recursos.

5 años después de un intenso trabajo, probando varios prototipos, Míjail finalmente creo un fusil sencillo, resistente y confiable que se convirtió en el arma de rigor de los ejércitos soviético y ruso, así como de decenas de otros países.

La relativa simplicidad del diseño hizo que su manufactura fuera barata y su mantenimiento en el campo de batalla sencillo. Se convirtió en el fusil de asalto de mayor uso en el mundo y, según los cálculos, acumula más muertes que las bombas atómicas.

Aunque públicamente Kalashnikov nunca admitió remordimientos por su mortífero invento, poco después de su muerte se filtró una carta dirigida a la iglesia ortodoxa rusa a la que asistía, en la que decía sentirse responsable de las millones de muertes causadas por su revolucionario fusil.

"Mi dolor espiritual es insoportable. Sigo haciéndome la misma pregunta insoluble. Si mi rifle privó a la gente de la vida, ¿puede ser que yo... un cristiano y un creyente ortodoxo, tuve la culpa de sus muertes?", se preguntó.

La bomba atómica

Imagen de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki
Imagen de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima y Nagasaki

No hubo otro científico más vinculado a la creación y al uso de las bombas atómicas durante la Segunda Guerra Mundial que Robert Oppenheimer.

El físico teórico estadounidense fue el director del Proyecto Manhattan, que consiguió desarrollar la primera bomba atómica de la historia.

Esta fue detonada previamente en el desierto de Nuevo México, en una operación llamada "Trinity", el 16 de julio de 1945, menos de un mes antes de que se lanzaran las bombas sobre Hiroshima y Nagasaki, en Japón, donde se estima que murieron entre 150,000 y 250,000 personas.

Pero más tarde, Oppenheimer expresaría en repetidas ocasiones su pesar por el fallecimiento de las miles de víctimas en Hiroshima y Nagasaki.

Incluso, dos meses después de la explosión de las bombas, renunció a su cargo. Además, se opuso fuertemente al desarrollo de la bomba de hidrógeno.

Pero sus esfuerzos no tuvieron éxito. Debido a sus polémicas declaraciones públicas —que le sumaron varios enemigos— se le retiraron sus credenciales de seguridad y se le acabó despojando de su influencia política.

"A fines de la década de 1950 y principios de 1960, Oppenheimer estaba bastante amargado y lamentaba muchas cosas. El área de su arrepentimiento siempre se centró en estos fracasos de la posguerra. Lamentó no haber tenido éxito con sus ambiciones de control de armas y haber sido incapaz de frenar el aumento de grandes arsenales de varios megatones", dice Wellerstein para una entrevista con la BBC.

Luego de la explosión de las bombas, Oppenheimer declararía que le vinieron a la mente las palabras del texto sagrado hinduista Bhagavad Gita: "Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos".

El Agente Naranja

Aviones del ejército de Estados Unidos rociando Agente Naranja sobre tierras vietnamitas
Aviones del ejército de Estados Unidos rociando Agente Naranja sobre tierras vietnamitas / Wikipedia

Fue desarrollado por el biólogo vegetal, Arthur Galston quien nunca se imaginó que su descubrimiento en el campo de las hormonas vegetales y el crecimiento de las plantas se utilizaría para matar a miles de personas.

El Agente Naranja fue uno de los herbicidas y defoliantes utilizados por los militares estadounidenses como parte de su programa de guerra química en la Guerra de Vietnam.

Así, desde 1962 a 1970 las tropas estadounidenses liberaron aproximadamente 20 millones de galones del herbicida para destruir cultivos y exponer las posiciones y rutas de movimiento de sus enemigos.

El componente más peligroso del Agente Naranja es la dioxina, un contaminante que puede permanecer en el medio ambiente por décadas y que, entre otras cosas, puede causar cáncer, malformaciones en el desarrollo fetal, problemas de infertilidad y atacar los sistemas nervioso e inmune.

Vietnam estima que tres millones de vietnamitas fueron asesinados, y 500,000 niños nacieron con malformaciones congénitas como resultado de su uso.

La Cruz Roja de Vietnam calcula que hasta 1 millón de personas son discapacitadas o tienen problemas de salud debido al Agente Naranja.

Años después, el biólogo vegetal diría: "La ciencia está destinada a mejorar la suerte de la humanidad, no a disminuirla, y su uso como arma militar me pareció desaconsejable".

***Con información de www.bbcmundo.com/Fernanda Paúl***

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