Los milenarios bailes de Perú se lucen en los valles andinos

Fotografía que muestra un detalle del libro "Fiestas y danzas del Perú" el pasado 14 de febrero, en Lima (Perú)
Fotografía que muestra un detalle del libro "Fiestas y danzas del Perú" el pasado 14 de febrero, en Lima (Perú) / EFE
Efe
02 de marzo 2020 - 10:28

Perú es una nación milenaria con fiestas y bailes folclóricos en cada época del calendario, dedicadas al agua y la fertilidad, a sus numerosas vírgenes y santos, a figuras históricas como el Inca Atahualpa, y al carnaval, que llegan a un especial punto de lucimiento en los valles de los Andes.

Todas las regiones del país, la costa, la sierra y la selva, tienen un catálogo de fiestas, organizadas por una red de benefactores, donde se ejecutan alrededor de 2.000 danzas, según estimaciones del antropólogo Juan Ossio, coordinador y autor de la publicación "Fiestas y Danzas del Perú".

"Hay algunas encuestadoras que hacen un cálculo de 1.500 danzas diferentes en Perú, yo creo que hay más, creo que llegan hasta unas 2.000 danzas", afirmó Ossio en entrevista con Efe.

El experto, que fue el primer ministro de Cultura del país (2010-2011), declaró que "el núcleo principal de todos estos festejos es en los valles interandinos", donde tienen un calendario fijo de celebraciones.

Perú baila a sus santos

"En el caso de la sierra, por ejemplo, una fiesta paradigmática que celebra la Virgen del Carmen es en Paucartambo (Cusco), allí vamos a ver unos 80 bailes", señaló Ossio sobre la vistosa celebración que se realiza del 15 al 18 de julio.

Esta virgen también es celebrada en la provincia costeña de Chincha, con el baile de los negritos y el zapateo, que son tradiciones con influencia africana, dado que en las haciendas agrícolas de esa zona hubo muchos esclavos de ese continente.

Sin embargo, uno de los bailes más populares de la costa es la marinera, la emblemática danza de enamoramiento, que tiene un festival anual en la ciudad norteña de Trujillo.

En el caso de la selva, Ossio señaló que "los grupos amazónicos por ser semi nómades no tienen propiamente un calendario de fiestas".

"Los grupos tribales desarrollan sus fiestas, pero en asociación con festejos que tienen que ver con los ritos de pasajes de los jóvenes en la época de la adolescencia y cuando se llega al matrimonio", explicó.

La danza del inca Atahualpa

Aunque muchos de los bailes en Perú tienen una particular visión de la conquista española, las danzas preceden a este momento de su historia, pues han quedado plasmadas en pinturas rupestres y cerámicas de las culturas Nazca (400 años antes de nuestra era) y Mochica (entre los años 100 y 800 de nuestra era).

Ossio indicó que en el pasado prehispánico las festividades estaban asociadas con las huacas, o centros ceremoniales, las cuales luego fueron sustituidas, con la llegada del catolicismo, por los santos, y con ello hubo una nueva motivación para las fiestas.

No obstante, la captura y muerte del último Inca, Atahualpa, es representada igualmente en el folclor por comparsas vestidas a la usanza del imperio incaico, donde se mofan de los conquistadores españoles y presentan a un sacerdote burlón, que intenta convertir al inca al catolicismo.

"A las finales terminan todos abrazándose en un encuentro donde se unen los españoles con las mujeres indígenas para dar lugar al nacimiento del mestizaje", anotó el antropólogo.

La Candelaria como herencia aimara

Una de las mayores fiestas de la sierra sur de Perú es la de la Virgen de la Candelaria, que reúne en febrero a cientos de bailarines, entre los cuales aparecen demonios y ángeles, en un pasacalles hasta su santuario en la ciudad de Puno, a orillas del lago Titicaca.

"Es una de las más vistosas que hay por el número de comparsas que se presentan, que desfilan por las calles y que al final, como una exhibición, se presentan en el estadio (...) es el auge de la música, del estruendo de esta festividad", manifestó Ossio.

El investigador reconoció que esta celebración está emparentada con festividades que se hacen en Bolivia porque ambas son expresiones de la cultura aimara, que ambos países comparten en esa región.

"Unos han considerado que nosotros nos estamos apropiando de los bailes bolivianos, acá no hay Bolivia ni Perú, lo que hay es la fiesta aimara y los aimaras no tienen fronteras nacionales", remarcó.

La fiesta de la Candelaria suele preceder a los carnavales, donde se puede ver "la apoteosis de personajes burlescos y bromistas" en el mundo al revés, y "de lo que se trata es de hacer alarde del ingenio" del artista andino, dijo Ossio.

Cusco celebra en la nieve

La región del Cusco también tiene en junio una fiesta muy concurrida, que es el Corpus Christi, donde cada barrio de la ciudad saca su propia imagen del santoral en procesión y llegan a reunirse hasta 15 santos en las calles.

Días antes de la procesión del Corpus Christi, hay una masiva peregrinación hacia el nevado de Ausangate, llamada el Qoyllurit'i (La nieve blanca resplandeciente), donde bailan más de 100 danzas en las noches al pie de las montañas nevadas del Cusco.

El libro "Fiestas y danzas del Perú" es una investigación hecha por 14 expertos que ha sido publicada por el Banco de Crédito del Perú (BCP) en su colección Arte y Tesoros del Perú, con una versión digital gratuita disponible en el fondo editorial de la entidad.

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