1,400 dólares por morir a golpes: La tragedia de la boxeadora Jeanette Zacarías

La boxeadora murió a causa de los fuerte golpes que recibió durante la pelea
La boxeadora murió a causa de los fuerte golpes que recibió durante la pelea / JOEL SAGET / AFP

La muerte de la boxeadora mexicana Jeanette Zacarías ha provocado una avalancha de críticas y señalamientos hacia los responsables del manejo del boxeo en México, una industria que mueve millones de dólares, a cambio del riesgo que representa morir por los golpes.

La pugilista que falleció el pasado jueves en un hospital de Montreal, estuvo internada en la unidad de cuidados intensivos durante 5 días, luego de perder su pelea por nocaut técnico en el cuarto round contra la canadiense Marie-Pier Houle.

Segundos después que el réferi Albert Padulo detuviese la pelea, la pugilista sufrió convulsiones y fue trasladada de inmediato al hopsital de Quebec, donde estuvo en coma inducido.

Zacarías comenzó a convulsionar  inmediatamente después que el árbitro detuviese la pelea
Zacarías comenzó a convulsionar inmediatamente después que el árbitro detuviese la pelea / Captura de video de youtube

Zacarías, oriunda del estado de Aguascaliente, llegó a Canadá con la ilusión y el deseo de convertirse en una gran boxeadora, pero la opacidad que envuelve a esta disciplina truncó a golpes sus sueños sobre el ring.

La joven de apenas 18 años recibiría 1,800 dólares canadienses (1,430 dólares americanos) por el combate, según medios de Canadá. La pelea en Montreal era su primer compromiso fuera de México.

En su registro constaban dos victorias (ambas por decisión) y tres derrotas (por KO.). La más reciente había tenido lugar el pasado 15 de mayo, tras 30 meses de inactividad cuando perdió por nocaut técnico ante Cynthia Lozano.

Distintas voces han criticado que Zacarías haya peleado poco más de tres meses después de esta derrota por la vía rápida.

Un video de ese encuentro circuló en Canadá, aumentando los señalamientos, ya que Zacarías ofrecía poca resistencia a su oponente antes de que el réferi parara la pelea. Una escena muy parecida a lo ocurrió en la ciudad canadiense.

Una cadena noticiosa de Canadá difundió información respecto a la manera en que Zacarías fue contratada para pelear. Un organizador de combates que trabaja con Yvon Michel, promotor del encuentro boxístico, debía encontrar a pugilistas para completar la cartelera.

Tocó puertas en otras provincias de Canadá, también en Estados Unidos y Europa, pero las distintas restricciones relacionadas con la covid-19 y calendarios ya ocupados impidieron la tarea. Fue así como un agente basado en México propuso a Jeanette Zacarías y Jovanni Martínez, su pareja y entrenador.

Las dudas sobre la organización del combate entre Jeanette y su contrincante canadiense golpean como puñetazos en la familia de la boxeadora.

“No estaba de acuerdo con su decisión de pelear”, explica Irene Zapata. “Creo que la contrincante no tenía el peso que se requería. Su físico se miraba mayor. Le pregunté a mi hija quién había certificado que cumpliera con el peso, pero me dijo que todo estaba bien. Le dije que si en algún momento sentía que no podía, que se dejara caer o que parara la pelea. Sé que ella lo dio todo”, dice la madre.

Para los jóvenes de clase baja en países con cultura boxística como México, Panamá, Puerto Rico o Argentina, el boxeo puede ser un trampolín para lograr fama y dinero a cambio de resistir la rudeza de los combates. Se someten a extenuantes entrenamientos con la vista puesta en ser descubiertos por los organizadores de las peleas, dispuestos a pagar bajos salarios a cambio de recibir jugosas ganancias en una industria que mueve cientos de millones de dólares al año.

El boxeo como arma de defensa

Jeanette comenzó a boxear desde niña. A los 12 años su padre la inscribió en clases de boxeo con la esperanza de que aprendiera defensa personal para poder reaccionar si en algún momento era víctima de violencia en un país donde son asesinadas 10 mujeres al día. “Vio que tenía talento y siguió”, cuenta la madre. “Al principio me daba miedo, pero se miraba que tenía el don para boxear y por eso la apoyé”, agrega.

La Comisión de alcohol, carreras y juegos de Quebec subrayaron que la mexicana había pasado todas las pruebas médicas exigidas antes de su cita en el cuadrilátero. En tanto que el Ministerio de Seguridad Pública de Quebec, anunció que el Servicio Forense abrirá una investigación sobre “las causas probables y las circunstancias que condujeron a la muerte de la deportista”.

***Nota publicada en www.elpais.com por Jaime Porras Ferreyra y Carlos Salinas Maldonado***

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