Música electrónica se convierte en el centro del cuarto Lollapalooza berlinés

El DJ alemán Oliver Koletzki (centro al fondo) se presenta en el Perry's Stage durante el Lollapalooza Berlin 2018 en el  estadio olímpico de Berlín.
El DJ alemán Oliver Koletzki (centro al fondo) se presenta en el Perry's Stage durante el Lollapalooza Berlin 2018 en el estadio olímpico de Berlín. / EFE
Efe
08 de septiembre 2018 - 14:39

La música electrónica se ha convertido en el centro de la cuarta edición berlinesa del festival Lollapalooza que en este año se realiza, por primera vez, en el Estadio Olímpico de la capital alemana y en el aledaño Campo de Mayo, con sus tradicionales cuatro escenarios y una variada oferta musical.

El Perry Stage, el escenario dedicado tradicionalmente a la música electrónica, está situado en el interior mismo del estadio mientras que los otros tres están en el Campo de Mayo.

El Perry Stage se llenó desde muy temprano y ya por la mañana -las puertas del festival abrieron a las 11.00 hora local (09.00 GMT)- había ambiente de fiesta.

Sin duda, la mayor atracción del día es el francés David Guetta, cuyo concierto será el último de la noche en el Perry Stage pero no hubo que esperar a él para que hubiera un acceso masivo al escenario.

Oliver Kolletzki fue el DJ encargado de inaugurar la fiesta mientras que afuera, en el Campo de Mayo, las decenas de miles de visitantes podían elegir entre diversos tipos de música que iban desde el rap -de grupos como Raf Camora&Bonez MC- hasta música con tendencia baladesca, como la que interpretó Lewis Capaldi.

Otro atractivo de hoy para los aficionados al rap fue Casper, que encabeza actualmente las listas de éxitos musicales en Alemania.

Sin embargo, en los otros escenarios, faltan estrellas internacionales con el atractivo de Guetta o del holandés Armin Van Buuren, que lo antecederá en el Perry Stage.

El festival se ha presentado siempre como un festival familiar, que quiere atender gustos diversos y que huye de la especialización.

Sin embargo, en Berlín, la tradición del tecno y la música electrónica -de la que la desaparecida Love Parade es un recuerdo remoto- parece pesar demasiado y sus adeptos tienden a convertir el festival en algo así como "su festival".

Eso no implica, sin embargo, que Lollapalooza haya abandonado en Berlín su voluntad integradora. Ya la organización misma del certamen, con un sector dedicado a niños y familias con programas especiales, da testimonio de ello lo mismo que las ofertas que van más allá de lo estrictamente musical.

Así, por ejemplo, hay muestras de arte en algunos lugares del Campo de Mayo, un laberinto de espejos y hasta una feria de "comida callejera".

Una novedad de este año ha sido el "Aqua Palooza", un espectáculo para el que se ha aprovechado la vecindad de la piscina olímpica.

El Estadio Olímpico es el cuarto lugar en el que Lollapalooza utiliza en la capital alemana tras haber estado en los años anteriores en el viejo aeropuerto de Tempelhof, en el Treptow Park y el hipódromo de Hoppe Garten.

En el Treptow Park, hace dos años, hubo quejas de los vecinos por el ruido de los conciertos y las pruebas de sonido a primera hora de la mañana, lo que ha vuelto a ocurrir este año con los residentes cerca del Estadio Olímpico.

La Policía berlinesa ha informado a través de Twitter que ha recibido innumerables llamadas de vecinos que aseguran haber sido sacados de sus camas por el ruido de los altavoces.

No obstante, el mismo tuit de la policía indica que el festival está autorizado, incluidas las pruebas de sonido anteriores al mismo.

En el Estadio Olímpico la organización dispone de una mejor infraestructura aunque de menos capacidad para recibir el público.

Para este edición se espera que 70,000 personas visiten el festival cada uno de los dos días, aproximadamente 10.000 menos que en los años anteriores puesto que se pusieron a la venta menos entradas.

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