Turquía excarcela a un científico de la NASA acusado de golpismo
Turquía excarceló este miércoles al científico turco-estadounidense que trabajó en la NASA Serkan Golge, condenado a siete años y medio de prisión por sus supuestos vínculos con los instigadores del fallido golpe de Estado de 2016 en Turquía, informó hoy el Departamento de Estado de EE.UU.
En una rueda de prensa, la portavoz del Departamento de Estado Morgan Ortagus informó de la liberación de Golge y se congratuló de la decisión de Turquía.
"Damos la bienvenida a las noticias de que Serkan Golge ha sido liberado de prisión hoy. Continuamos siguiendo el caso del señor Golge de cerca", afirmó Ortagus, quien dijo que "por respeto a la familia" del científico, el Departamento de Estado no difundirá más detalles sobre su liberación.
La salida de prisión de Golge, de 39 años, se produjo después de una conversación telefónica entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.
La Casa Blanca informó del contenido de esa conversación en un comunicado, en el que no se menciona a Golge y que se limitó a detallar que Trump y Erdogan hablaron sobre los aranceles que EE.UU. ha impuesto al acero turco, así como sobre la decisión de Ankara de comprar a Rusia el sistema antimisiles S-400, a lo que se opone Washington.
Golge, que trabajaba en Houston para la Agencia Espacial de Estados Unidos (NASA), fue detenido el 16 de julio de 2016, horas después de fracasar el fallido golpe de Estado de ese año en Turquía.
En el momento de su arresto, el científico estaba de vacaciones con su familia en la ciudad meridional de Antakya.
En febrero de 2018, Golge fue condenado a siete años y medio de prisión en Turquía por su supuesta relación con la cofradía islamista del predicador turco Fethullah Gülen, exiliado en EE.UU. y al que Ankara responsabiliza del golpe.
Según el tribunal que lo condenó, la prueba de sus lazos con la cofradía es una cuenta que mantenía en el banco Bank Asya, buque insignia del imperio económico de la red gülenista.
Las relaciones entre Ankara y Washington, socios militares en la OTAN, han experimentado dificultades desde el intento de golpe de Estado de 2016, puesto que Turquía reclama la extradición de Gülen, que vive en el estado de Pensilvania y Washington ha rechazado esa petición.
No obstante, las relaciones vivieron un alivio de la tensión tras la liberación en octubre de 2018 de Andrew Brunson, un pastor evangélico que llegó a enfrentarse a 35 años de cárcel en Turquía por acusaciones de espionaje y terrorismo relacionadas con la fallida asonada.