Master Chef Celebrity
En vivo
Este ingrediente ancestral, conocido por su uso culinario y su valor económico, se ha convertido en el centro de una investigación clínica que pretende comprobar si sus propiedades bioactivas pueden reducir el hambre emocional y la ansiedad por consumir dulces, sin los efectos secundarios que se han reportado en el uso del fármaco semaglutida.
El auge de Ozempic, inicialmente aprobado por la FDA en 2017 como tratamiento para la diabetes tipo 2 y, posteriormente, en 2021 como Wegovy para la obesidad, ha sido impulsado no solo por su eficacia clínica, sino también por su difusión entre celebridades y figuras influyentes en redes sociales. Medios como The New York Times han calificado al medicamento como “un magnate de la tecnología e influencers de TikTok”, debido a su impacto viral en la conversación pública sobre el peso corporal.
Sin embargo, esta creciente notoriedad también ha traído consigo inquietudes sobre su disponibilidad, posibles efectos secundarios y su uso fuera del contexto médico. En respuesta, el mundo académico y farmacéutico ha comenzado a explorar caminos alternativos. Uno de ellos está liderado por la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Católica de Valencia en colaboración con el laboratorio IVB Wellness Lab, dirigido por la doctora Isabel Viña Bas.
Ambas instituciones han puesto en marcha un ensayo clínico pionero que busca evaluar los efectos de un suplemento natural basado en azafrán, conocido como SatiSens, como posible herramienta para mejorar la saciedad y reducir los impulsos alimentarios relacionados con las emociones.
El azafrán, obtenido de los estigmas secos de la flor Crocus sativus, es una especia rica en compuestos activos. Contiene hidratos de carbono complejos, proteínas, fibras, lípidos saludables, potasio, calcio, magnesio, fósforo, vitaminas del grupo B y vitamina C. A esto se suman los carotenos y flavonoides responsables de sus propiedades antioxidantes, como lo confirma el estudio de la Universidad de California “Flavonoles de la flor del azafrán: actividad inhibidora de la tirosinasa y mecanismo de inhibición”.
Te puede interesar: ¡Tremendo golpe! Jennifer Lopez muestra su cicatriz facial tras sufrir fuerte lesión
Te puede interesar: Nicolas Cage sorprende con radical transformación física para su nuevo papel en 'Madden'
Sus beneficios van más allá del sistema digestivo: se le atribuyen efectos antiinflamatorios, antidepresivos y, según un estudio realizado por el Instituto de Investigación Bu-Ali en Irán, incluso capacidad para inducir la muerte de células malignas, lo que lo convierte en una prometedora sustancia en estudios oncológicos.
El ensayo de SatiSens, coordinado por el vicedecano de Nutrición Humana y Dietética, José Enrique de la Rubia Ortí, iniciará en enero de 2025. En él participarán entre 80 y 100 personas de entre 18 y 65 años, incluyendo individuos bajo tratamiento con antidepresivos y antipsicóticos, un grupo especialmente vulnerable a trastornos alimentarios y aumento de peso.
Durante 12 semanas, los participantes serán divididos en dos grupos. Uno de ellos consumirá dos cápsulas diarias del suplemento, compuesto por extracto de azafrán, Metabolaid y galactomananos; el otro grupo recibirá un placebo. Las profesoras María Benlloch y Ana Belén Carriquí formarán parte del equipo de investigación, mientras que la coordinación científica estará a cargo del médico Gonzalo Mariscal, Head of Science and Data en Omedics, junto con Isabel Viña Bas.
El estudio se centrará en medir, mediante herramientas estandarizadas como el Emotional Eating Questionnaire (EEQ) y la Power of Food Scale (PFS), el efecto del suplemento sobre el hambre emocional, los antojos dulces, el control del apetito y, eventualmente, la pérdida de peso.
Aunque aún es prematuro comparar directamente el efecto del azafrán con medicamentos como Ozempic, la investigación representa un paso significativo en la búsqueda de soluciones más seguras, accesibles y naturales para los problemas de control del apetito y la ansiedad alimentaria.
Con el respaldo de instituciones académicas y un diseño clínico riguroso, SatiSens se perfila como una posible alternativa para aquellas personas que, por razones médicas, económicas o personales, no pueden o no desean recurrir a tratamientos farmacológicos.