Feligreses iraquíes se regocijan ante futura visita del papa Francisco
La misa matutina en Karemlash, una aldea iraquí alguna vez ocupada por yihadistas del Estado Islámico (EI), suele ser sombría. Pero ahora los feligreses se regocijan ante la visita del papa Francisco, prevista para marzo.
"Estamos felices. Hemos esperado esto durante mucho tiempo", precisa sonriente Adiba Henna, de 45 años, después del servicio de oración en la iglesia católica caldea de San Tadeo de Edesa, en este poblado de la provincia de Nínive.
"Cada vez que el papa visita un país, pensamos, ¿por qué no viene a Irak? Esto es lo más hermoso que podría pasarnos", añade.
El Vaticano anunció el lunes que el pontífice, de 83 años, haría la primera visita papal a Irak a principios de marzo. El itinerario incluye Bagdad, Ur -donde según la tradición nació Abraham- y la provincia de Nínive.
Esa provincia, centro de cristianimo en Irak, fue capturada por EI en 2014, desplazando a miles de fieles que temían ser ejecutados o convertidos a la fuerza.
Los cristianos comenzaron a regresar lentamente, incluso al histórico pueblo de Karemlash, a 28 kilómetros de Mosul, capital provincial y antigua fortaleza de los yihadistas.
La mitad de las aproximadamente 800 familias de la aldea regresaron. Otras aún dudan debido a la falta de servicios públicos y las tensiones entre los grupos armados en la zona.
Irak una vez contó con más de 1,5 millones de cristianos, pero la comunidad fue devastada por conflictos consecutivos.
Tras la invasión liderada por Estados Unidos en 2003, la guerra sectaria provocó la huida de diversas sectas cristianas y los ataques del EI en 2014 afectaron aún más a todas las comunidades minoritarias.
Se estima que 400,000 cristianos permanecen en Irak.
Zuhair Mansur, un director de escuela de 50 años en Karemlash, afirma que la visita del papa podría ayudar a Irak. "Podría ser el paso en la construcción de la paz en este país", comenta frente a la iglesia de San Tadeo de Edesa, renovada después que el poblado fuese recuperado de manos del EI, en 2016.
El papa Francisco fue invitado formalmente a Irak en 2019 por el presidente Barham Saleh, pero todos los viajes del pontífice fueron cancelados debido a la pandemia del coronavirus.
Será el primer viaje del Papa al extranjero desde que el brote golpeó Italia, e Irak es el destino perfecto, según Louis Sako, patriarca de la Iglesia católica caldea de Irak. "Visitar Ur es visitar a Abraham, el padre de todos los creyentes", explica.
En regalo de Navidad
Aunque gran parte de Irak ya no experimenta un conflicto activo, miles de personas han muerto a causa del coronavirus. Además, la peor crisis económica en décadas hará que las tasas de pobreza se duplican este año.
"Es un momento excepcionalmente difícil para Irak. Y en un momento como este, un padre necesita estar con sus hijos", comenta Sako a la AFP en Bagdad.
Las familias siguen sufriendo las muertes de casi 600 iraquíes debido a la violencia relacionada con las protestas desde que un movimiento juvenil, sin precedentes, estallase en octubre de 2019.
En una misa el año pasado, el papa Francisco afirmó estar "entristecido" por la "dura" represión contra los manifestantes.
Martin Banni, el sacerdote de 29 años que dirige la parroquia en la Iglesia de la Asunción de la Virgen María en Bagdad, dijo que esperaba que el viaje papal estimulara un cambio real para los cristianos.
"Confiamos en que no sea sólo una visita de los medios de comunicación, y que tenga un impacto en nuestros líderes", resume Banni.
Su iglesia es modesta y todavía no cuenta con decoraciones navideñas, pero Banni dice que eso podría cambiar ahora. "La noticia de la visita del Papa es un gran y maravilloso regalo de Navidad".